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Cómo alimentarse y alimentar a sus hijos

Madre es madre! Y para la mayoría, la mayor preocupación en el día a día con los niños es sin duda la comida. Algunos porque los niños ...

viernes, 30 de septiembre de 2011

TATUAJE casero, pasatiempo peligroso


Algunos adolescentes se dedican a tatuarse con puntiagudas estilográficas o agujas. Trazan corazones u otros dibujitos a modo de pequeñas «obras de arte» sobre el dorso de sus manos. ¿Lo hacen como prueba de valentía, como símbolo de su hombría, como pasatiempo o como broma escolar sin importancia? Sea cual fuere la razón que les lleva a hacerlo, están poniendo su salud en peligro.

Al igual que los tatuajes profesionales, éstos son muy difíciles de eliminar. Pero estos dibujos hechos con tinta o tinta china son más arriesgados todavía y tienen que ser eliminados quirúrgicamente pues las punzadas de un profano introducen la tinta a diferentes profundidades de la piel.

martes, 27 de septiembre de 2011

Los ahorros de los adolescentes

Los adolescentes que hemos entrevistado tienen gastos muy diversos. Algunos, además de percibir una mensualidad de sus padres, reciben "propinas" de los abuelos, tíos o tías. Como dice Elena, de 15 años: "Ellos son más mano suelta... como los veo poco..."

Entre sus preferencias de consumo hay por lo menos treinta objetos o actividades en las que coinciden: comprar ropa, regalos, posters, casetes, discos, revistas musicales, fotos de cantantes, golosinas, chucherías, libros de aventuras y bijouterie. Algunos gastan en tabaco.

"Es mi peor vicio", dice Andrés, de 16 años. Muchos prefieren ir al cine, teatro, a las discotecas, a jugar a máquinas electrónicas, o al billar, a  partidos de fútbol o de tenis. Algunos costean las clases de gimnasia o danza otros gastan el dinero en alquilar películas de video, y todos en salir con sus amigos. Algunos chicos fueron un poco ambiguos: "En algo que me guste", dice Laura; "en caprichos", dice Andrea, ambas de 15 años.

¿Y qué hay del ahorro? Ana, de 15 años, parece tenerlo muy claro: "Pienso que el dinero está para gastarlo y disfrutarlo. Me fastidia ahorrar por ahorrar'. Pablo, de 17 años, dice: "Mi deporte favorito es la patineta, pero es un deporte caro y me cuesta mucho ahorrar para comprarme un buen equipo. Si tuviese más dinero lo ahorraría para gastármelo en eso". Marina, de 15 años, es contundente: "No puedo ahorrar ni despilfarrar porque casi no dispongo de dinero". El consumismo de Jorge, de 15 años, va cambiando con las estaciones: "En verano despilfarro más que en invierno" Pero Iván y Alejo no tienen la menor duda: ellos ahorran. Sueñan con tener más y más. Carlos dice que si tuviese mucho dinero lo pondría a interés o compraría dólares, y así cuando fuese mayor, se compraría un departamento. Marina quisiera tener un máquina fotográfica y un teleobjetivo. Elena cambiaría los muebles de su habitación, viajaría y se compraría buenos equipos de deportes.

Ahorrar y aprender a administrar el dinero es algo que no se enseña con largos discursos sobre economía. Se aprende de la experiencia de todos los días y del sistema de valores y prácticas de cada familia.

No conviene ser demasiado rígidos en el tema del dinero ni "cerrar la canilla antes de tiempo". Poco a poco nuestros hijos se irán haciendo más independientes y basados en sus ensayos y sus errores manipularán el dinero de forma más racional y adulta.

domingo, 25 de septiembre de 2011

¿En qué gasta la plata?

Todos los humanos nacemos codiciosos. ¿Quién no ha visto a su hijo pequeño pelearse por un juguete, pedir más caramelos con la boca llena de ellos o protestar frente a un quiosco porque nos negamos a comprarle otro juguete más?

Ahora, sus exigencias son mayores. Quieren más cosas y más caras. Lo mejor, entonces, es bueno darles una asignación semanal o mensual para que satisfagan sus deseos, y al mismo tiempo aprendan a administrar su dinero. Sin embargo, cada familia funciona de distinta manera y a algunos padres les resultará más cómodo darles dinero sólo cuando lo necesiten o darles una asignación mínima para luego ir añadiendo algo más para gastos extras.

Las cosas por las que ellos se desviven a nosotros nos pueden parecer completamente superfluas e innecesarias. Pero si les damos su dinero tenemos que estar preparados para resistir los errores que los adolescentes cometan con él sin reprocharles nada. No es raro que una quinceañera decida comprarse un esmalte de uñas color negro, ni que un muchacho de dieciséis años se gaste la mensualidad entera en una entrada para un concierto de rock. No es conveniente interferir en sus adquisiciones. Si se equivocan, ellos deben hacerse responsables de sus decisiones y aprender de su experiencia.

viernes, 23 de septiembre de 2011

De bebé a "casi un hombre"

Todas estas vivencias son relatadas por una mamá:

"Cuando hace pocos días nos sentamos con mi marido y el menor de mis hijos para hablar sobre el futuro de éste, la elección de una carrera o qué otra alternativa podría ocurrir en los próximos 4 ó 5 años, de golpe lo vi grande. Con información, con intereses, con dudas, pero también con conocimiento de sus límites y aversiones. Mientras lo miraba, pensaba que poco a poco había dejado de ser "mi bebé gordito" para transformarse en "casi un hombre", afeitado, pelilargo, muy alto y muy flaco. Y digo casi porque creo que terminará de ser un hombre cuando elija su lugar y comience su independencia económica. Siento que, realmente, está terminando una etapa".  Este es el momento en que nuestra función de padres- contenedores va dejando lugar a otra instancia, la de padres-acompañantes.

Aunque todo se da gradualmente, es hermoso asumir que estamos adquiriendo un rol de observadores y dejamos atrás el de activos involucrados. Si bien la tarea de padres no se agota nunca, la perspectiva desde donde acompañamos a nuestros hijos varía con el tiempo. Siempre estamos comprometidos pero, a medida que crecen, cada vez lo hacemos más en silencio.

En el caso de los hijos varones de esta edad, hay que observar si su relación con el padre ha variado. Un día, papá se da cuenta de que la asimetría -incluso física- ha terminado y de que en casa hay otro "hombre" que le usa la camisa y el auto y le discute acciones y puntos de vista. Este puede ser un momento de ruptura, en el que la competencia y la envidia suelen colarse en la relación. Pero también puede nacer un nuevo equilibrio de reacomodamiento y admitir que todos van siendo "grandes", con más o menos historia, con más o menos experiencia de vida.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Los tiempos cambian


Los cambios traen consigo temores a lo desconocido y puede suceder que sean enfrentados y solucionados o que reactivamente se luche contra todo lo que viene a modificar un orden conocido y tranquilizador. En distintas comunidades, una misma situación puede ser normal o impuesta. Por ejemplo, el hecho de vivir solo, de alejarse del hogar cuando todos o la mayoría lo hacen, cuando la norma lo impone, es atravesar un proceso previsto, un cambio que, aunque pueda no ser deseado, por lo menos se preverá.

En realidad, en esta edad se produce el alejamiento o separación de la familia y lo más probable es que se instalen las iniciativas en el afuera. Así, aparecen las primeras parejas estables y los grupos de amigos y compañeros de deportes o trabajo son las relaciones que adquieren más vigor.

También la militancia política puede aparecer en esta época, ya que las reivindicaciones y las causas justas están a la orden del día y muchos jóvenes toman el rol de transformadores de la sociedad, basado en su necesidad de acción.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Castigo infantil

• Es importante que los padres estén de acuerdo sobre la valoración de la conducta de sus hijos. Uno no puede levantar el castigo que ha impuesto el otro. Si existe diversidad de opiniones, el debate debe producirse en la intimidad, nunca delante del niño.

• Cuando estás muy enfadada con tu hijo, intenta ante todo guardar la calma. Recuerda que la ira y el orgullo pueden llevarte a castigar injustamente o inadecuadamente. Ante todo, es importante que recuperes el control sobre tus emociones. Luego, tomarás una decisión racional y meditada. Será más justa y eficaz.

• Siempre que sea posible, el castigo debe tener relación con la falta cometida. Es poco educativo quitarle su gamehoy al niño si lo que ha hecho mal es poner perdido el cuarto de baño. Más vale obligarle a dejarlo limpio y recogido.

• El castigo debe ser inmediato. Demorarlo conlleva el riesgo de que se olvide la causa que lo ha motiva-
do. Además, nunca será tan eficaz.

• El castigo debe ser proporcional a la falta cometida, según la escala de valores del niño, no la nuestra.

• No sirve de nada amenazar con castigos cuando no llegan nunca.

Más vale no castigar que hacerlo y luego permitir que no se cumpla. Un castigo siempre debe cumplirse hasta las últimas consecuencias.

• No tengamos reparo en reconocer nuestros errores y pedir disculpas por habernos excedido. Los padres perfectos no existen.

• Es más fácil educar a un niño cuando existe entre sus padres y él una comunicación fluida y confiada.

• No debemos caer en la tentación de chantajear a un niño. Si lo hacemos y él protesta y no cede, es señal de que vamos por el camino educacional adecuado. ¡Enhorabuena!

sábado, 17 de septiembre de 2011

Miedo a la noche

Los niños necesitan sentirse seguros y protegidos. Y es precisamente por la noche cuando se sienten más solos y reclaman la presencia de un ser querido. Los bebés pueden tener terribles miedos porque cada día se enfrentan a sensaciones nuevas y desconocidas, que les producen temores. Son miedos normales e incluso necesarios para su desarrollo, pero se intensifican por la noche, con la oscuridad y la soledad de su cuarto.

Cuando esto suceda, el niño se despertará llorando. Los padres deben acudir e intentar calmarlo con mucha ternura, pues se necesita más que en ningún otro momento sentirse querido.

Otra opción -aunque polémica- es llevarse al pequeño a la cama con papá y mamá. Saber que ellos están a su lado lo tranquilizará rápidamente. Quienes han puesto en práctica el sistema confirman que, con el tiempo los sobresaltos nocturnos disminuyen y el niño tiene cada vez menos necesidad de buscar refugio en la cama de los padres, pero muchos pediatras están en desacuerdo con esta práctica.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Canalizar el miedo de los niños


Mediante la palabra y el juego el chiquito elabora y procesa sus conflictos y emociones. Por eso es tan importante potenciar que juegue con libertad. Proponerle que haga dibujos sobre ese mal sueño lo puede ayudar a canalizar su miedo.

Si las pesadillas se repiten con excesiva frecuencia, reflexionemos sobre el comportamiento de nuestro hijo durante el día, las imágenes que ve en la tele o el cine, los cuentos... Ya no es tan chiquito, pero algunas escenas pueden impresionarlo.

Si a los dos meses no hemos descubierto la causa, es imprescindible solicitar ayuda profesional; sobre todo, cuando sus miedos acaban integrándose en la rutina diaria. Lo habitual es que, a partir de los seis años, las pesadillas aparezcan sólo muy de vez en cuando en sus noches.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Después de una pesadilla


¿Cómo tranquilizarlo si acaba de sufrir una pesadilla?
Si se despierta, hay que estar a su lado, hablarle cariñosamente, abrazarlo, hacerle sentir nuestro calor: el contacto físico constituye en esos momentos el mejor sedante.

Si quiere contarnos el mal sueño, dejémoslo, aunque el relato nos parezca surrealista. Charlar sobre sus sentimientos lo ayudará a darse cuenta de que todo ha sido un mal sueño y que no tiene nada que temer. Si prefiere comentárnoslo a la mañana siguiente, hay que seguir las mismas pautas: la clave reside en escucharlo con atención, no con indiferencia.

No ridiculicemos sus temores ni lo llamemos miedoso, recordemos que las pesadillas no se pueden dominar, son producto del inconsciente. Sólo en casos extremos lo llevaremos a dormir a nuestra cama. Es preferible dejar encendida la luz del pasillo.

En algunas ocasiones, el pequeño rechaza el consuelo de uno de los padres y reclama con insistencia al otro. Hay que respetar su deseo, averiguar el motivo de ese rechazo y ponerle remedio.

martes, 6 de septiembre de 2011

Terrores nocturnos


¿Y en qué se distinguen los terrores nocturnos de las pesadillas? Son muy diferentes. Los primeros son menos frecuentes que las segundas y aparecen en la mitad de la noche, en la fase más profunda del sueño. Duran escasos minutos (aunque en algunas ocasiones se prolongan durante media hora) y, al día siguiente, el chiquito no se acuerda de nada.

Es mejor no hablar con él ni intentar despertarlo (está muy excitado y totalmente desorientado: no reconoce a los padres), pero sí conviene permanecer a su lado para evitar que se lastime y por si se despierta. En este caso, es muy probable que rompa a llorar y entonces sí necesitará que hablemos con él y lo calmemos.


domingo, 4 de septiembre de 2011

El colegio de nuestros hijos


A la hora de buscar colegio, hay que tener presente que nuestro hijo puede o no encajar en él, que su buen progreso no sólo va a depender del espacio o de las instalaciones, o de lo caro que salga, sino de factores humanos, como las relaciones que establezca con las docentes y sus compañeros de clase. Los padres deben comprender que será de sabios rectificar si observan que el niño no progresa ni está a gusto en ese sitio que creíamos adecuado, y tranquilamente cambiar de colegio.

Conviene recordar que no siempre una escuela en apariencia maravillosa, llena de luz, buenas instalaciones, abundante personal y demás ventajas, es la garantía de una elección certera. Porque educar no consiste en una simple acumulación de datos, ni tampoco en el desarrollo de la inteligencia en una única dirección, ni en la posibilidad de cursar una determinada carrera y acceder a este puesto de trabajo seguro y bien remunerado. Esta sería una falsa interpretación.

Educar va mucho más lejos. Es dar al niño las herramientas para construir su vida, para que sea capaz de enfrentarse a todas las dificultades y aprenda a resolverlas en forma creativa y positiva. Es enseñar a cada uno a ser su propio maestro, mostrando en cada caso cómo aprovechar el conocimiento adquirido para lograr sus objetivos. Es, también, indicar el camino para saber buscar lo desconocido, acudiendo a las fuentes y utilizando los recursos propios. En definitiva, consiste en capacitar al sujeto para ser él mismo y, sobre todo, para ser feliz.


viernes, 2 de septiembre de 2011

¿De dónde viene un mal sueño?


Las pesadillas surgen al final de la noche y, al despertar, se recuerda lo soñado con gran precisión. Reflejan residuos de conflictos emocionales que el chiquito no ha podido elaborar durante el día. En su contenido intervienen el estado físico y psíquico del pequeño, su nivel de madurez, las vivencias diurnas especialmente inquietantes...

Entre los cinco y seis años, los chicos empiezan a tener claro qué comportamientos están bien o mal, pero en más de una ocasión, se debaten entre la transgresión y el cumplimiento de las normas. Se encuentran en el jardín, o en EGB, y en el colé se les exige más. Con frecuencia se preguntan por cuestiones existenciales (el origen de la vida, la muerte...), y las relaciones entre iguales son para ellos cada vez más esenciales.

¿Demasiadas preocupaciones?
Las normales a su edad, pero no por eso menos importantes. Si a lo largo del día queda un cabo suelto que los tiene a mal traer (aprender a leer, caer en la cuenta de que mamá podría morirse, su compa del alma que ya no quiere nada con él...), cabe la posibilidad de que el inconsciente tire de ese hilo y lo transforme en un sueño atemorizante, esto es, en una pesadilla.