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lunes, 30 de enero de 2012

Hiperactividad, retraimiento o agresividad en el colegio


Los padres, los maestros o las personas a cargo del cuidado de los chicos deben estar atentos a su estado de ánimo y a los cambios en la forma de actuar. Es más que sabido que no todos los chicos, obviamente tampoco los adultos, reaccionan de la misma manera ni demuestran qué les está pasando según un patrón único e inmutable. Las distracciones vienen acompañadas de otras conductas que también deben ser tenidas muy en cuenta a la hora de determinar las causas y de encarar la solución más viable. Estas son algunas de ellas:

Hiperactividad. Son incapaces de quedarse quietos, hablan en clase, hacen chistes todo el tiempo, molestan a los compañeros y en todo momento, tratan de sobresalir o de acaparar la atención de todo el grupo. Las quejas por parte de los docentes se deben a que con frecuencia distraen a los demás y provocan una situación de "caos" generalizado dentro del aula.

Agresividad. Es frecuente que se dé en chicos hiperactivos o muy inquietos. Los demás compañeros suelen dejarlo de lado, no integrarlo en los distintos grupos de estudio o para realizar actividades específicas. Esto genera una terrible situación de frustración y de angustia que en definitiva agrava el problema y se transforma en un círculo vicioso.

Retraimiento. Se trata de chicos con una actitud absolutamente pasiva. En la clase, jamás levantan la mano para participar, no se los escucha hablar, casi no tienen amigos y les cuesta integrarse con los demás. En la casa, también se comportan de la misma manera. El problema es que muchas veces pasan totalmente "desapercibidos" y los demás no se dan cuenta que algo les está pasando. Los padres y los maestros, solos o con la ayuda de un profesional, deben intentar descubrir las causas de este comportamiento, tratar de revertir su timidez y de inculcarles mayor confianza y seguridad en sí mismos.

miércoles, 25 de enero de 2012

Causas de fracaso escolar

Los esfuerzos para que, de una vez por todas, pongan "los pies sobre la tierra" suelen dar sus frutos y contrarrestar en forma definitiva la constante apatía. El primer paso es detectar por qué el chico no atiende o no presta atención en clase. A partir de ahí puede iniciarse un tratamiento. Las distracciones permanentes o la falta de concentración remiten en la mayoría de los casos a otros problemas que hasta el momento se encontraban "camuflados" o imposibles de detectar.

Estas cuestiones pueden ser:


• Internas u orgánicas. Este tipo de inconvenientes suele detectarse ya desde el nivel inicial, el antiguo jardín de infantes, o durante los primeros años de la educación general básica o escuela primaria. La maestra, como los padres, el pediatra o algún adulto o familiar que esté en contacto permanente con el chico son quienes, en la mayoría de los casos, descubren el problema. Este puede deberse a:

• Trastornos neurológicos. Uno de los más comunes es el "síndrome disatencional con hiperactividad", que tiene que ver con una disfunción cerebral mínima y totalmente controlable. El médico especialista en neuropediatría junto con el pediatra podrán detectarlo a través de un electroencefalograma o algún otro estudio indicado especialmente.

• Problemas auditivos o visuales: La imposibilidad de escuchar con claridad a la maestra o de leer sin esfuerzo lo escrito en el pizarrón pueden hacer que el chico se aburra, que pierda el hilo de la clase o que no pueda seguir el ritmo del resto del aula. Estos problemas suelen detectarse a los 4 ó 5 años o durante los primeros grados, cuando el chico comienza con la lectoescritura.

• Externas o emocionales. A diferencia de los problemas internos u orgánicos que suelen saltar a la vista durante la primera etapa de escolarización. en el nivel inicial o durante los primeros grados, la falta de atención debido a cuestiones emocionales aparece a cualquier edad y está muy relacionada con hechos o situaciones puntales que el chico o la familia completa estén pasando en un momento determinado, como por ejemplo:
Muerte o enfermedad de un familiar u otra persona muy allegada

• Divorcio de los padres
  
• Enfermedad de un familiar

•  Formación de una nueva pareja de uno de los padres

• Nacimiento de un hermano

• Mudanza

• Cambio de colegio

• Problemas económicos en la casa

•  Pérdida del trabajo del padre o madre


• Falta de comunicación o de entendimiento con la maestra


• Mala relación o falta de entendimiento con el resto de sus compañeros


No hay dudas que, las crecientes dificultades en el ámbito del trabajo así como también las nuevas formas de relaciones familiares, propias de las llamadas familias ensambladas, repercuten en muchos casos en el estado de ánimo de los más pequeños. "Es muy común que los chicos estén enterados por completo que al padre lo están por echar del trabajo o de la situación económica que atraviesa la familia y que ante esto se sientan indefectiblemente con la 'cabeza en otro lado. Los cambios repentinos en la forma de ser o de comportarse, la baja abrupta en el rendimiento escolar o la falta de integración con el resto del grupo son señales de alarma que deben ser tenidas muy en cuenta.

lunes, 23 de enero de 2012

Enfrentamientos con los niños de la casa

Es de un modo semejante al descripto en publicaciones anteriores que se dan las cosas entre los chicos. Supongamos que Claudio y Valentín están jugando al ludo; si Valentín gana es probable que Claudio, frustrado, haga saltar el tablero y grite; Sí, ganaste, pero fue porque éste es un juego para bebés y no para chicos grandes como yo, que tienen el cerebro para juegos más importantes. En este caso, Claudio salva su prestigio haciendo pasar a su hermano por chiquitín.

A veces los enfrentamientos comienzan con propuestas simpáticas para influir sobre el otro. Tal vez mamá prometa una recompensa para que su hijo acepte sus pautas, pero luego estas sugerencias positivas son paulatinamente reemplazadas por la coerción. Se empieza con un si levantas la mesa todas las noches te voy a comprar ese juego que tanto te gusta, para pasar a un si no levantas la mesa todas las noches no te voy a dejar salir a la calle en tres meses. 
 
Casi imperceptiblemente se pasa en forma gradual al intercambio de palabras de las que nadie puede desdecirse luego. En momentos de agitación, cuando no estamos de acuerdo con una persona, nuestras respuestas tienen un fuerte tono de furia.

sábado, 21 de enero de 2012

Reconocer problemas de atención en el colegio

La falta de atención entre los pequeños que recién comienzan el colegio o entre quienes ya están promediando el ciclo escolar, es uno de los problemas más comentados de los últimos tiempos entre los especialistas en la problemática educativa, los docentes, los padres o los adultos encargados del cuidado de los chicos. Los maestros admiten que resulta cada vez más habitual la actitud de estar "con la cabeza en otra cosa". Aunque esto en algunos casos puede tratarse de una actitud efímera y de ninguna manera, preocupante, existen algunas "pistas inconfundibles" que indican que el problema ha pasado a mayores.

Es normal que el chico se distraiga y no preste atención cuando una actividad no le interesa. El problema surge cuando su aprendizaje se encuentra comprometido o trabado. Estos son algunos de los "síntomas claves":

• No pueden terminar ninguna tarea
• Nada los satisface
• Se aburren con cualquier actividad
• No pueden planificar ni organizar un trabajo o ejercicio
• No respetan las consignas de las tareas
• Tienen problemas de integración o de relación con los demás
• Se aislan de los compañeros Su aprendizaje está estancado

jueves, 19 de enero de 2012

Peleas domésticas

Casi todas las reyertas familiares empiezan sin que los contrincantes adviertan que se están peleando. Cada uno desea algo, alcanzar un objetivo que tiene en mente y le parece el más acertado, en tanto que la otra persona simboliza un obstáculo fastidioso. Supongamos que mamá, por ejemplo, está lavando los platos y papa repara un cable de luz; en ese preciso momento suena el teléfono. Mamá pega un grito pidiendo que papá vaya a atender, pero papá responde que no puede hacerlo porque tiene que completar con la luz del día el trabajo que está haciendo.

¿Cómo es posible que jamás pueda contar con tu ayuda cuando la necesito?, refunfuña mamá. Y este minidiálogo basta para que la pareja se vea envuelta en una discusión donde cada uno evalúa la consideración que recibe del otro y lo poco que importan sus propias necesidades. En este caso, cada uno estará insistiendo en forma encubierta para conservar el poder en sus manos; un psicólogo diría que sus frágiles egos buscan la manera de parecer invulnerables.

martes, 17 de enero de 2012

Falta de atención en la escuela

La falta de atención durante la etapa escolar suele "descolocar" tanto a padres como a maestros. Sepa cómo enfrentar la situación.

No existe un día en que la pila de cuentas de multiplicar no quede a mitad de camino; los problemas de matemática no duerman inconclusos o que la mayoría de los ejercicios de lengua no pasen de largo. Jamás llegan a copiar sin errores las consignas del pizarrón ni logran seguir al pie de la letra las palabras de la maestra. Los cuadernos y las carpetas delatan en cada una de sus páginas "baches" o "lagunas" indescifrables e imposibles de "salvar". Las explicaciones en clase quedan en la nada.

Las malas notas, el abrupto descenso en el rendimiento, los repentinos olvidos de los materiales de estudio o de las tareas encomendadas y hasta los problemas para relacionarse con el grupo o las peleas con los compañeros no dejan ninguna duda que "algo" está ocurriendo. En un primer instante, la situación pasa por alto hasta que las dificultades van aumentando y la escena se vuelve constante. Los padres, los maestros o los adultos en general no saben para dónde "disparar", se sienten abatidos y no encuentran la fórmula mágica para que el chico "baje a la tierra ", aunque más no sea por un rato.