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martes, 19 de abril de 2011

Mitos alrededor del período


La ignorancia ha fabricado muchos tabúes y falsas creencias en torno a un fenómeno tan natural como la menstruación. Durante mucho tiempo se pensó que no había que bañarse durante el ciclo. Siempre que el agua no esté muy caliente y no permanezcan demasiado rato en la bañera, todas las mujeres pueden hacerlo sin ningún problema. Tampoco la natación está prohibida si la ocasión se presenta, pero en ese caso, los tampones son imprescindibles.

También pueden seguir yendo a sus clases de gimnasia o danza, pues el movimiento favorece la circulación y relaja los músculos y la mente. Sin embargo, algunas niñas se sienten mal y tienen dolores durante esos días. Esto es tan normal al principio como la irregularidad en la duración de los ciclos y el tiempo que transcurre entre ellos.

Si la joven no se encuentra bien, no hay que obligarla a realizar esfuerzos contra su voluntad. Lo mejor en esos casos es el reposo, calor en el vientre y alguna charla tranquilizadora. Pero si las molestias son fuertes, conviene hacer una visita al ginecólogo antes que automedicarse con analgésicos.

miércoles, 13 de abril de 2011

La llegada de la menstruación


Llegue en el momento que llegue, la regla suele aparecer inesperadamente. Esto no deja de ser extraño, ya que la menstruación no es un hecho venido del cielo. Mucho tiempo antes, la maduración del cuerpo lo va avisando. El crecimiento de los pechos y del vello púbico empieza uno o dos años antes.

Además, en la mitad de las niñas aparece, entre seis y doce meses antes de la primera regla, el llamado flujo blanco, una secreción viscosa y blanquecina que puede llegar a ser muy abundante. Algunas se asustan ante este hecho. Sin embargo, no se trata de una enfermedad sino de una señal de que los ovarios ya han empezado su producción de estrógeno, la hormona sexual femenina.

Otras chicas sienten, poco antes de su primera menstruación, unos tirones en el vientre o dolores de cabeza. Desde luego, no todas las jóvenes celebran con vítores la aparición de la regla sólo por convertirse en mujer. Muchas se sienten irritadas, asustadas, extrañas y enfermas. A las que no se les ha explicado lo que les va a suceder y les sorprende la regla por la noche, por la mañana corren preocupadas a preguntar a su madre qué es esa mancha de sangre.

Por todo ello, conviene hablar de este tema con antelación y claridad, evitando viejos prejuicios. Hay que explicarles que la sangre de la menstruación no es algo sucio que se debe expulsar. La niña debe saber que el útero se prepara cada mes para recibir un óvulo fecundado, formándose una mucosa gruesa y fuertemente irrigada para que allí pueda instalarse un embrión. Si el óvulo no se fecunda, entonces el cuerpo se deshace de esta mucosa que sale al exterior a través de la vagina.

Por otra parte, no hay que sobreestimar esta pérdida de sangre. Algunas mujeres creen perder hasta tres litros durante el periodo. En realidad, la sangre expulsada cabe en una tacita de café. También conviene saber que la sangre no fluye continuamente, sino que va cayendo gota a gota en diversas oleadas. La hemorragia se puede cortar incluso durante algunas horas. En los dos primeros días es más abundante que en los restantes y a la mayoría de adolescentes les dura entre cuatro y seis días.

sábado, 9 de abril de 2011

La primera menstruación de una hija


Estar mal», «estar indispuesta», «tener el asunto», «tener el mes» e, incluso, expresiones tan irrisorias como «ha venido mi tío Andrés», se han utilizado y se siguen usando para designar algo tan natural y sencillo como la menstruación.

Evidentemente, la joven tiene que estar preparada para este importante acontecimiento. En realidad, si ella ha crecido en un ambiente familiar abierto, no necesita una preparación especial. Pero sí debe estar suficientemente informada y cuanto antes mejor, ya que la menarca (primera menstruación) se ha adelantado progresivamente en la últimas décadas. A principios de siglo, la edad menárquica media era de 14 años, mientras que ahora, en general, la primera regla se produce alrededor de los 12 años.

De todas maneras, este lapso es variable. Una joven puede experimentar su primera regla a los 10 años y otras a los 15 o más tarde. Las causas que inciden en que ésta se produzca antes o después son varias: factores hereditarios, circunstancias sociales favorables o desfavorables, condiciones climáticas, talla y peso corporal... Evidentemente, no hay pautas fijas y conviene no obsesionarse con el tema. Es un hecho natural, aunque su llegada suele ocasionar ansiedad y, a veces, conflictos.

lunes, 14 de marzo de 2011

Problemas escolares, un llamado de atención


Suena el despertador y todas las mañanas se reiteran las mismas escenas. El joven manifiesta no oírlo, se levanta tarde, y cada vez inventa una excusa diferente. No quiere y no puede ir a estudiar, situación que implica un llamado de atención de envergadura mayor y que tiene que alertarlos, dado que está expresando problemas serios que demandan una ayuda Las motivaciones que provocan el rechazo a la escolaridad y que se manifiestan con un bajo desempeño y hasta con e abandono de sus estudios, deviene de factores difíciles de explicar.

Algunas veces aparecen ante la inminencia de una crisis; por ejemplo, el divorcio de sus padres o la pérdida de un ser querido, una mudanza, etc. Porque sienten temor de no poder responder a las expectativas, a lo mejor demasiado exigentes de sus padres.

Pero esta falta de voluntad hacia la escuela también puede hacer su entrada cuando reclama un lugar en su grupo familiar pues cree -fantasía o no-, que las preferencias se centran en uno de sus hermanos y no en él. O para mortificar a sus padres, como un sutil reproche que intenta darles a entender que tiene dificultades para hablar con ellos. Un buen comienzo de solución sería el que acudan a la consulta con un terapeuta especializado, además de apersonarse a la escuela, en busca de una adecuada orientación. Seguramente, al tiempo se vislumbrarán cambios positivos en el rendimiento escolar.

Podríamos seguir enumerando diferentes problemas que hacen compleja (y hasta diría incómoda) la convivencia con los adolescentes. La sugerencia útil que les proponemos es que traten de detectar los momentos más viables y adecuados para escucharlos y también aquellas situaciones donde es preciso cortar una discusión con un enérgico y simple "no". Los padres tienen el deber de guiar y controlar las conductas psicosociales de sus hijos, pero también deben ayudarlos a desprenderse de ellos para que aprendan a ejercer solos distintas funciones que les posibiliten crecer y madurar.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Padres de adolescentes


"Yo, a tu edad...
...trabajaba, estudiaba y nunca me llevaba materias..." El latiguillo pega con insistencia en los oídos adolescentes. Y es tan pertinaz como inútil. Porque el momento que le tocó vivir a ese papá fue otro: lejano y diferente, muy diferente. La libertad de los jóvenes se fue incrementando cada vez más, y la permisividad paterna también. Pero cuando los hijos llegan a este tramo los padres reviven su propia adolescencia y se tientan a hacer comparaciones y a proponerse como modelos. Sin embargo, los tiempos son otros, y la historia personal también.

La poca responsabilidad del muchacho o la chica frente al estudio, la mentira que significa salir de casa con el aparente fin de ir a la escuela, mientras el verdadero destino es otro, puede ser una respuesta a sus padres; una forma de atacarlos en el lugar que más les duele.

Esta actitud es muy común en chicos con papas fríos, distantes, que privilegian lo intelectual sobre lo afectivo. O que depositan en sus hijos expectativas intelectuales que no son más que las propias. Y a las que los adolescentes se oponen y desobedecen.

También es la forma elegida por el chico para "castigar" a un padre demasiado estricto, que no le permite expresarse y pedirle más libertad.

Cuando los adultos evocan su edad dorada destacan la rigurosidad con que fueron criados pero borran la rebeldía, la búsqueda de su propia identidad. A ellos les pasaba lo mismo que les pasa hoy a sus hijos, aunque lo expresaran de otro modo. Esa necesidad de diferenciarse de mamá y papá forma parte del desarrollo adolescente y encuentra distintas vías para manifestarse. La rebeldía puede llevarlos a "hacerse la rata", o a salidas mucho más autodestructivas, como la violencia, las patotas, la drogadicción. Eso dependerá del tipo de acompañamiento que tengan en este proceso de individualización: con comprensión, con afecto, o con castigos.

Lo primero que sienten los padres al enterarse de que su hijo les ha mentido son ganas de tomar medidas drásticas con él. Pero ni la total represión ni la permisividad completa son positivas en estos casos. Hay que tratar de encontrar el equilibrio, difícil pero no imposible. Y el diálogo, indispensable, permanente, aunque les cueste a unos y a otros. La charla amable dará la pista más segura, la que lleve a la razón auténtica de una o muchas "ratas". Y una vez localizada será más fácil solucionar lo que no anda bien en el chico o en los padres.

lunes, 7 de marzo de 2011

En el colegio se aburren


No es ninguna novedad que el sistema educativo actual, con sus programas desactualizados, no cautiva especialmente a los adolescentes. Son muy pocas las materias que les atraen. Muchos de los contenidos de la enseñanza media están tan desvinculados de la realidad que los niños se preguntan más de una vez para qué les sirve estudiar ciertas cosas.

La escuela se transforma para muchos jóvenes en una pesada obligación que deben cumplir para alcanzar un diploma al cabo de cinco años. En algunos, el verdadero interés está en la carrera universitaria que van a seguir después; en otros, la meta es terminar quinto año para empezar a trabajar, y en una gran mayoría la ausencia de proyectos es lo único destacable.

Y mientras tanto... quedan los últimos años del nivel medio, con sus nueve meses, sus cinco días a la semana, sus cinco horas diarias, para asistir a un lugar que francamente les aburre. La "rata" se les ofrece así como un evasión tentadora a la que unos cuantos no se resisten.

Por otra parte, hay padres muy ocupados que delegan todas las responsabilidades en la escuela y se desentienden totalmente del asunto. Como sólo se limitan a firmar el boletín de calificaciones, la noticia de la "rata" les cae como un balde de agua fría. El acercamiento a la escuela tiene que ser más frecuente, sin esperar la citación. Ellos deben estar al tanto de todo lo vinculado con su hijo: conducta, llegadas tarde, inasistencias, relación con los profesores y preceptores, rendimiento.

También es cierto que en este período los muchachos y las chicas están muy absorbidos por la problemática sexual, y les cuesta dirigir sus impulsos hacia los estudios. No es raro entonces el desdén por cualquier tarea intelectual, que suele traducirse en inasistencias desconocidas por la familia.

domingo, 6 de marzo de 2011

Cuando se escapan del colegio



Hay "rabonas" y "rabonas". Algunas son ocasionales e ingenuas; otras, reiteradas y más conflictivas. Todas merecen la atención y el control de padres y profesores.

-Papá, tenes que firmarme la reincorporación.
-Pero, ¿cómo?, ¿faltaste quince días?

Sí, fueron quince certeros y rotundos días los ausentes. Así lo testimonia el papel que el adolescente exhibe temeroso a su padre. La sorpresa inicial va seguida generalmente de una pregunta cargada ya de bronca: "¿Y dónde estuviste?". Porque mamá y papá se acuerdan bien del día que todos se quedaron dormidos y tuvo que faltar, de alguno más por la gripe, de la mañana que fue a sacarse la cédula, de uno o dos días de lluvia... ¿Y el resto?

Según los casos, los padres se enfrentan con un hecho intuido y la sorpresa entonces no es tal, o con una noticia inesperada que los angustia. No sólo están frente al hijo que no cumplió con su obligación de concurrir a clase, sino también ante la incógnita de saber qué hizo en esas horas. Para ellos hay dos transgresiones, y quizá la segunda les pese más.

Este tema no se presta para generalizar: hay "rabonas" y "rabonas". Algunas son ocasionales, otras muy frecuentes. Están los chicos que faltan sólo para salvarse de una prueba o de una lección, y los que usan ese tiempo para reunirse con sus amigos en un café, escuchar música, salir con una chica o un muchachito, o simplemente vagabundear sin rumbo.

Y también hay jóvenes que quieren probar y se "ratean" para no ser menos que sus compañeros -más acostumbrados a estas aventuras- y conseguir así su aceptación. Por lo general, estos chicos no pueden disfrutar mucho de esas horas libres, y se sienten culpables. Están incómodos, tensos, no saben bien qué hacer. Lo más probable es que terminen contándoles la "hazaña" a sus padres, o hagan algo para ser descubiertos.

Pero en cualquier caso es importante conocer cuál es la relación de cada adolescente con su familia y el control que los padres tienen de las actividades de su hijo. Sólo así se descubrirá el verdadero motivo de la falta.

lunes, 21 de febrero de 2011

Padres de adolescentes


Una sicóloga norteamericana enseña a liberarse de la tiranía de los hijos adolescentes. Se dice que hay tres estilos de padres: los autoritarios que esperan que sus hijos se amolden a un conjunto de normas y los castigan cuando no obedecen. Este tipo de padres suele producir hijos retraídos, desconfiados, rebeldes.

El extremo opuesto, la paternidad permisiva es evidente en aquellos progenitores que evitan imponer sus reglas y permiten que sus hijos regulen su propio comportamiento. Esto a menudo permite demasiada autonomía y produce hijos que se sienten perdidos y que ansian tener límites.

El tercer estilo es el convincente. El padre convincente mantiene el control proveyendo estabilidad y cariño. Este enfoque no afecta la autonomía ni la Iniciativa. Estos padres dependen mucho del razonamiento verbal. Este es el estilo ideal para educar a los jóvenes de hoy. Según este estilo de padre si a uno no le gusta el hábito que tiene su hijo de ver constantemente televisión lo mejor qué puede hacer es eliminar el campo de batalla.

Un padre cuenta que compró otro televisor y lo colocó en el cuarto del joven al lado de su escritorio. Este truco le sirvió para dejar de discutir con su hijo, y para su sorpresa logró que hiciera su tarea y aún apagara el televisor para hacerla.

viernes, 25 de septiembre de 2009

el adolescente

el adolescente
Los descubrimos confundidos y nos desesperamos con ellos. Su angustia nos angustia. Sin embargo, sabemos que es necesaria para su crecimiento. Crecer duele. Conectarnos con nuestros miedos sirve para emerger de ellos con solidez.
La orientación vocacional es un proceso que decanta en cada uno en tiempos distintos. No hay recetas ni baterías de tests psicológicos que garanticen la felicidad. Lo que la convoca es la seguridad que uno está haciendo lo mejor que puede en ese momento. Al estudiar todas las posibilidades y aptitudes personales es posible elegir mejor.

Muchos adolescentes desde criaturas sueñan con ser algo determinado. Otros, después de mucho recorrer, descubren qué es aquello qué les gustaría ser. También existen los que no se cuestionan y hacen lo que deben o aquello que sus padres quisieron para sí y no pudieron. Concretan los sueños de los progenitores, no los propios, realizando exactamente lo que mamá y papá les enseñaron. Son contadores, comerciantes o artesanos... como sus padres.
El crecimiento de nuestros hijos nos enfrenta con el nuestro. No queremos que se equivoquen, que sufran, ni pierdan el tiempo... como nosotros. Tampoco deseamos que se dañen aunque sabemos que deben darse su propio oolpe. Es difícil frenarnos para no atajarlos, sin embargo es la única manera de no recortar sus alas.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

adolescentes

adolescentes
Uno suele hacerle preguntas a los adolescentes que ni ellos mismos pueden responder, tales como ¿Qué vas a hacer el año que viene?. EL adolescente no sabe qué contestar porque no puede contestarse. ÉL mismo se plantea muchas más preguntas sin respuesta: ¿Qué será lo mejor para mí?, ¿Estudiar?, ¿Trabajar con la familia?, ¿Irme del país?, ¿Qué me hará feliz espiritual y económicamente?.

¿Cómo explicar la angustia que se siente?, se cuestionan; qué es lo que quieren. Buscan respuestas que orienten su futuro. Exploran, preguntan, razonan tratando de encontrar su verdad. Como padres, sabemos qué es lo que queremos para nuestros hijos, pero ellos se cuestionan si lo que nosotros deseamos es lo que en verdad ellos ambicionan para su vida.
Los hemos educado, mimado, castigado, formado e informado. Hemos hecho suficiente. Dejemos que desplieguen sus propias alas. Ayudémoslo a crecer. Lo mejor que podemos darle a nuestros hijos es la confianza en su propia capacidad de elección. Los padres podemos sugerir, informar, acompañar pero no decidir por nuestros chicos. Son ellos los que deben ser capaces de elegir su propia vida.

jueves, 3 de septiembre de 2009

los adolescentes

los adolescentes
En general los adolescentes tienen hermanos pequeños y esto debe tenerse muy presente. De su actitud ante los cambios o demandas del adolescente dependerá la de los hermanitos menores cuando crezcan. Las habituales bromas que descolocan a los hermanos mayores se transformarán en admiración. Para el flamante adolescente ser tomado como modelo por sus hermanos será gratificante y colaborará con hacerlo sentir menos torpe.

Son de esperar las conductas contradictorias, como dependencia-independencia, momentos de profundas fantasías con salidas estrepitosas. Estas actitudes fluctuantes lo ayudan a aceptar la pérdida de la infancia. Los ensayos constantes de pérdida y recuperación son pruebas que hace para organizar su nueva realidad. Los padres deben mostrarse comprensivos, pero firmes. Recuerde que éste también es un aprendizaje para toda la familia.

domingo, 30 de agosto de 2009

adolescentes

adolescentes
Cuando una madre ya ha pasado por esa etapa algunos comportamientos adolescentes son normales, por ejemplo su distracción, las contestaciones y la desprolijidad, se pasan escuchando música y pasan poco tiempo en casa, mirando tv o simplemente encerrado en su cuarto. Si por primera vez se tiene a un hijo en esta etapa los cambios en su conducta suelen ser preocupantes. A partir de los 12, los cambios parecen más rápidos y, sin duda, son de lo más variados. Esta situación exige de los padres una actitud alerta. Dialogar con un hijo adolescente, cuando éste tiene 16 años y está en plena rebeldía, será mucho más difícil si antes fue un chico dócil.

El desarrollo biológico exige una nueva organización de su personalidad, pero también del entorno. Es importante que, en este momento, los padres compartan su visión y sus sentimientos al respecto. Hay parejas que pasan a sentir una sensación de deterioro o impotencia. En este instante es fundamental que los padres puedan ayudar al chico a aceptar estas transformaciones, siempre que ellos las hayan aceptado.

jueves, 13 de agosto de 2009

Hijo adolescente

 
Cuando los niños crecen  y atraviesan la etapa de la adolescencia empieza a molestarles que sus padres pretendan acompañarlos a todos lados. Ellos tienen muchas actividades en las que se pueden desenvolver perfectamente bien solos, como por ejemplo asistir al colegio, a un club deportivo, pero no siempre es así, hay momentos en los que sí deberá estar como los actos escolares o los eventos deportivos que ha estado preparando.  Incluso el adolescente puede hacerle creer a sus padres que le es indiferente que asistan pero tengan en cuenta que esto no es así, necesitan señales de amor y cariño, no todo el tiempo, pero las siguen necesitando como cuando eran pequeños. 

miércoles, 12 de agosto de 2009

Los amigos

 

Entre los elementos que suelen criticar los padres con respecto a sus hijos adolescentes, se encuentran sus amigos. Esto no está para nada bien, no deben espantarlos con sus malas caras, pues ellos no dejarán de salir juntos, sólo que se empezarán a relacionar lejos de su casa, y esto es justamente lo que un padre no quiere.  Acéptelos con agrado, siempre respetando reglas de buenas costumbres, pero no sea tan dura, esto incluso mejorará la relación con su hijo que reconocerá que se respetan sus decisiones y sus elecciones. 

martes, 11 de agosto de 2009

Criticas


Otro de los inconvenientes que surgen en la relación de los padres con los hijos en la edad de la adolescencia es que uno se vuelve demasiado criticón, o sea todo termina molestándole a los padres, la música, la ropa, los amigos, las modas. Esto no debe tratarse de esta forma, pues ellos actuarán de una forma opuesta incrementando los elementos que desagradan a los padres como forma de desafiarlos, acepte sus costumbres, en general son modas pasajeras, quién no las ha vivido.

lunes, 10 de agosto de 2009

Límites


Como comentamos en el post anterior son cinco los errores que uno suele repetir como padre de un adolescente, el segundo de ellos (ya tratamos el primero), es el de no entregar nunca el control de las situaciones, por más que hayan crecido están necesitando límites constantemente. Ellos buscarán todo el tiempo alejarse de la familia en un reclamo de independencia pero no puede permitírseles. Los padres deberán mantener el equilibrio entre la nueva dosis de libertad que se les otorga pero sin perder el control. Los adolescentes deben saber que con la libertad surgen más responsabilidades.

domingo, 9 de agosto de 2009

Hijos adolescentes


Son cinco los errores más comunes que cometen los padres al relacionarse con sus hijos adolescentes, todos serán fáciles de reconocer si usted está en esta situación. El primero que comentaremos es el de Criticar y Desilusionar. Justamente el período de la adolescencia es un momento difícil en el que no siempre se pueden aceptar las críticas sin sentirse mal. Lo que en general necesitan los adolescentes son consejos e información, pero nunca debe llegar acompañado de un sermón, pues no será ni siquiera escuchado por los jóvenes. Lo importante es ser tolerante y comprensivo con ellos, seguro tomarán mejores decisiones si no se los presiona.

sábado, 8 de agosto de 2009

El adolescente y los padres


La relación de los padres con los hijos adolescentes no siempre es la mejor, y a veces se debe a errores que comunmente cometen los padres. Es importante tratar de evitar las críticas demasiado fuertes y no estar constantemente sermoneando a los hijos, esto los hará alejar. Trate siempre de conocerlos para no repetir los errores que a veces cometieron con uno mismo. Las intenciones no serán nunca malas pero los caminos suelen ser erróneos y llevan a la relación padre e hijo por una serie de enfrentamientos y malos entendidos. Lo primordial es saber escuchar.