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Cómo alimentarse y alimentar a sus hijos

Madre es madre! Y para la mayoría, la mayor preocupación en el día a día con los niños es sin duda la comida. Algunos porque los niños ...

jueves, 13 de agosto de 2009

Hijo adolescente

 
Cuando los niños crecen  y atraviesan la etapa de la adolescencia empieza a molestarles que sus padres pretendan acompañarlos a todos lados. Ellos tienen muchas actividades en las que se pueden desenvolver perfectamente bien solos, como por ejemplo asistir al colegio, a un club deportivo, pero no siempre es así, hay momentos en los que sí deberá estar como los actos escolares o los eventos deportivos que ha estado preparando.  Incluso el adolescente puede hacerle creer a sus padres que le es indiferente que asistan pero tengan en cuenta que esto no es así, necesitan señales de amor y cariño, no todo el tiempo, pero las siguen necesitando como cuando eran pequeños. 

miércoles, 12 de agosto de 2009

Los amigos

 

Entre los elementos que suelen criticar los padres con respecto a sus hijos adolescentes, se encuentran sus amigos. Esto no está para nada bien, no deben espantarlos con sus malas caras, pues ellos no dejarán de salir juntos, sólo que se empezarán a relacionar lejos de su casa, y esto es justamente lo que un padre no quiere.  Acéptelos con agrado, siempre respetando reglas de buenas costumbres, pero no sea tan dura, esto incluso mejorará la relación con su hijo que reconocerá que se respetan sus decisiones y sus elecciones. 

martes, 11 de agosto de 2009

Criticas


Otro de los inconvenientes que surgen en la relación de los padres con los hijos en la edad de la adolescencia es que uno se vuelve demasiado criticón, o sea todo termina molestándole a los padres, la música, la ropa, los amigos, las modas. Esto no debe tratarse de esta forma, pues ellos actuarán de una forma opuesta incrementando los elementos que desagradan a los padres como forma de desafiarlos, acepte sus costumbres, en general son modas pasajeras, quién no las ha vivido.

lunes, 10 de agosto de 2009

Límites


Como comentamos en el post anterior son cinco los errores que uno suele repetir como padre de un adolescente, el segundo de ellos (ya tratamos el primero), es el de no entregar nunca el control de las situaciones, por más que hayan crecido están necesitando límites constantemente. Ellos buscarán todo el tiempo alejarse de la familia en un reclamo de independencia pero no puede permitírseles. Los padres deberán mantener el equilibrio entre la nueva dosis de libertad que se les otorga pero sin perder el control. Los adolescentes deben saber que con la libertad surgen más responsabilidades.

domingo, 9 de agosto de 2009

Hijos adolescentes


Son cinco los errores más comunes que cometen los padres al relacionarse con sus hijos adolescentes, todos serán fáciles de reconocer si usted está en esta situación. El primero que comentaremos es el de Criticar y Desilusionar. Justamente el período de la adolescencia es un momento difícil en el que no siempre se pueden aceptar las críticas sin sentirse mal. Lo que en general necesitan los adolescentes son consejos e información, pero nunca debe llegar acompañado de un sermón, pues no será ni siquiera escuchado por los jóvenes. Lo importante es ser tolerante y comprensivo con ellos, seguro tomarán mejores decisiones si no se los presiona.

sábado, 8 de agosto de 2009

El adolescente y los padres


La relación de los padres con los hijos adolescentes no siempre es la mejor, y a veces se debe a errores que comunmente cometen los padres. Es importante tratar de evitar las críticas demasiado fuertes y no estar constantemente sermoneando a los hijos, esto los hará alejar. Trate siempre de conocerlos para no repetir los errores que a veces cometieron con uno mismo. Las intenciones no serán nunca malas pero los caminos suelen ser erróneos y llevan a la relación padre e hijo por una serie de enfrentamientos y malos entendidos. Lo primordial es saber escuchar.

viernes, 7 de agosto de 2009

Que niño



En la edad escolar el niño está ya en camino de ser persona que se basta a sí misma, que sabe gobernarse y que posee sus propias motivaciones. Si bien se mantiene todavía muy junto a sus padres y apetece las atenciones, el afecto y la simpatía, ya marcha por sus propios pasos a hacerse de amigos, a exhibir sus gustos peculiares, a explorar en muchas direcciones, como criatura dinámica, alerta, entendida, festiva y a menudo trastornadora que es. Grande es su curiosidad por la vida y las cosas que le rodean. Cuando ya se aproxima a los trece empieza a interesarle su propia persona, pero por ahora sus pensamientos van enderezados fuera de sí, hacia el mundo práctico y material.

jueves, 6 de agosto de 2009

La salud infantil



En la edad escolar tampoco nos desvela su salud tanto como antes. Una vez que el niño ha superado la edad preescolar, período crítico para las enfermedades de la niñez, los padres cejan un poco en su vigilancia y desasosiego. Se maneja por sí solo gran parte del tiempo y ya ellos no se sienten intranquilos como antes cuando no podían perderle de vista un momento.

miércoles, 5 de agosto de 2009

La edad escolar



Nos inclinamos a mirar con menos atención a los niños de edad escolar porque su desarrollo no es, ni con mucho, tan evidente como el del niño de tierna edad. El crecimiento corporal se ha hecho más lento. El desenvolvimiento mental se verifica con tanta pausa que lo damos por cosa hecha. Cuando el niño empieza a aprender a hablar todo lo que dice es una novedad y un prodigio. Una vez que llega hacia la mitad de su infancia su capacidad para comprender las cosas y para expresarse ha progresado a tal punto que lo que dice deja de ser extraordinario. Su raciocinio ha mejorado mucho; ya no cree ciegamente en cuentos de hadas ni afirma que son las ramas de los árboles las que hacen que el viento sople.

martes, 4 de agosto de 2009

El niño piensa



Su nueva capacidad de razonar es precisamente lo que le mete miedo a más de un adulto. Mientras que el niño sea de tierna edad y lo ignore casi todo, nosotros los mayores nos sentimos fuertes, validos de nuestro tamaño y facultades. Lo diminuto e indefenso del niño nos hace sentirnos importantes por contraste. Nos divierte su manera inocente de contemplar la vida porque se nos ocurre en el acto: "Ah, todo eso ya lo sabemos con claridad!" Pero a medida que los hijos dependen menos de nosotros, principian a pensar y a discurrir por sí solos.