Entrada destacada

Cómo alimentarse y alimentar a sus hijos

Madre es madre! Y para la mayoría, la mayor preocupación en el día a día con los niños es sin duda la comida. Algunos porque los niños ...

domingo, 4 de septiembre de 2011

El colegio de nuestros hijos


A la hora de buscar colegio, hay que tener presente que nuestro hijo puede o no encajar en él, que su buen progreso no sólo va a depender del espacio o de las instalaciones, o de lo caro que salga, sino de factores humanos, como las relaciones que establezca con las docentes y sus compañeros de clase. Los padres deben comprender que será de sabios rectificar si observan que el niño no progresa ni está a gusto en ese sitio que creíamos adecuado, y tranquilamente cambiar de colegio.

Conviene recordar que no siempre una escuela en apariencia maravillosa, llena de luz, buenas instalaciones, abundante personal y demás ventajas, es la garantía de una elección certera. Porque educar no consiste en una simple acumulación de datos, ni tampoco en el desarrollo de la inteligencia en una única dirección, ni en la posibilidad de cursar una determinada carrera y acceder a este puesto de trabajo seguro y bien remunerado. Esta sería una falsa interpretación.

Educar va mucho más lejos. Es dar al niño las herramientas para construir su vida, para que sea capaz de enfrentarse a todas las dificultades y aprenda a resolverlas en forma creativa y positiva. Es enseñar a cada uno a ser su propio maestro, mostrando en cada caso cómo aprovechar el conocimiento adquirido para lograr sus objetivos. Es, también, indicar el camino para saber buscar lo desconocido, acudiendo a las fuentes y utilizando los recursos propios. En definitiva, consiste en capacitar al sujeto para ser él mismo y, sobre todo, para ser feliz.


viernes, 2 de septiembre de 2011

¿De dónde viene un mal sueño?


Las pesadillas surgen al final de la noche y, al despertar, se recuerda lo soñado con gran precisión. Reflejan residuos de conflictos emocionales que el chiquito no ha podido elaborar durante el día. En su contenido intervienen el estado físico y psíquico del pequeño, su nivel de madurez, las vivencias diurnas especialmente inquietantes...

Entre los cinco y seis años, los chicos empiezan a tener claro qué comportamientos están bien o mal, pero en más de una ocasión, se debaten entre la transgresión y el cumplimiento de las normas. Se encuentran en el jardín, o en EGB, y en el colé se les exige más. Con frecuencia se preguntan por cuestiones existenciales (el origen de la vida, la muerte...), y las relaciones entre iguales son para ellos cada vez más esenciales.

¿Demasiadas preocupaciones?
Las normales a su edad, pero no por eso menos importantes. Si a lo largo del día queda un cabo suelto que los tiene a mal traer (aprender a leer, caer en la cuenta de que mamá podría morirse, su compa del alma que ya no quiere nada con él...), cabe la posibilidad de que el inconsciente tire de ese hilo y lo transforme en un sueño atemorizante, esto es, en una pesadilla.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Elegir el mejor colegio


Casi todos los padres se plantean, en algún momento, cuál puede ser el mejor colegio. Pero no hay que empeñarse en buscar el lugar ideal, ya que ese colegio no existe; primero, porque cada persona tiene una idea particular respecto de la educación que quiere para su hijo y luego, y no menos importante, porque cada niño es distinto y, por lo tanto, necesitará un modelo educativo diferente.

El mejor colegio será aquel que más se aproxime al tipo de educación que los padres quieren para su hijo y que esté, además, en concordancia con la formación que recibe en su propia familia. No hay que olvidar que educar a un niño es tarea de toda una vida, por lo que el papel de la escuela no debería ser más importante que el de la familia, sino un complemento y una continuidad.

Tampoco hay que pasar por alto que la adquisición de conocimientos jamás debe hacerse a costa de la tranquilidad del niño. Es decir, por encima de su rendimiento, habrá que situar siempre su felicidad.


lunes, 29 de agosto de 2011

Los malos sueños


Una mariposa gigante me quería comer, y yo corría y corría para que no me agarrara, y cuando estaba a punto de comerme, ¡zas!, me desperté. Juliana tiene cinco años y adora las mariposas. Cuando ve una en el campo, la pone en una de sus manos, pide un deseo y le canta eso de "Cuéntame los dedos y échate a volar". Pero la mariposa de sus sueños tiene poco de adorable: "Era horrible, ¡tuve mucho miedo!", dice Juliana cuando se lo cuenta a su mamá a la mañana siguiente.

El desagradable "corré que te agarro"
Miedo, angustia, transpiración y taquicardia a veces... Si algo define a una pesadilla es, precisamente, la sensación desagradable que deja al despertar. El animal más inofensivo o el objeto más trivial aparecen caracterizados para infundir miedo y, con frecuencia, listos para jugar con el inconsciente al Corre que te agarro.

Si a los adultos un mal sueño nos deja un gusto tan amargo, es fácil comprender que a los chicos, con menos recursos para racionalizar sus miedos (soñados o reales), les haga pasar un mal momento.

¿Por qué aparecen las pesadillas?, ¿a qué edad son más frecuentes?, ¿qué hacer cuando aparecen en las noches de nuestros hijos?

Todos los niños tienen alguna que otra vez sueños para morirse de miedo (como ellos dicen): uno de cada cuatro, más o menos. Aparecen a partir del segundo año de vida y suelen ser más frecuentes entre los dos y tres años, pero están presentes durante todo el ciclo onírico del ser humano. Cuando la mente traspasa el umbral del sueño, el cerebro sigue trabajando: clasifica y asimila la información recibida durante el día. De este proceso surgen los sueños.


martes, 23 de agosto de 2011

Hijos extramatrimoniales


Los hijos no reconocidos también tienen derechos

El hijo extramatrimonial no reconocido tiene la facultad de demandar judicialmente a la persona que considere su padre, a los efectos de acreditar su filiación. Este derecha es imprescriptible, es decir, puede ser ejercido el momento que lo desee. Si se trata de un menor de edad o incapaz, es necesaria la intervendón de su representante legal, o sea la madre que se encuentra en ejercido de la patria potestad, el tutor, el curador o el Ministerio Público de Menores.


¿Qué ocurre si el padre muere sn haber reconocido a su hijo?

En este caso, si los herederos forzosos o legitimos del fallecido no lo aceptan extrajudicialmente, siempre queda la posibilidad de ejercer una acción contra ellos. Si en base a las pruebas aportadas (entre las que tendrá mayor trascendencia la del ADN),la justida declara la verdadera filiación del interesado, éste será legalmente considerado hijo y anotado en el Registro Civil como tal, al mismo tiempo, como heredero forzoso, obtendrá el reconocimiento de los derechos hereditarios en la sucesión del padre.

domingo, 21 de agosto de 2011

Combatir la pediculosis


En el mercado existen lociones o champúes apropiados para combatir la pediculosis, pero nada para prevenirla. Algunos de los que más rápidamente terminan con el problema, contienen líndano y requieren una aplicación cuidadosa porque puejjen tener efectos adversos por absorción a través de la piel. Otros, por tener en su formulación piretrinas naturales potencializadas son capaces de solucionar el problema con una sola aplicación. Existen también algunos que requieren un tratamiento más prolongado. De todos modos, cualquiera de ellos usado en los momentos de tratamiento y no en forma habitual está preparado para ser bien tolerado.

Después del último enjuague, hay que peinar los cabellos desde las raíces hasta las puntas con un peine de dientes muy finitos para sacar las liendres. Las más rebeldes requieren de las uñas. Conviene lavar el peine utilizado por el piojoso con la loción o champú elegido.

Aunque el piojo se aloja en cualquier cabeza (grande o chica, limpia o sucia, peluda o rala), los cabellos cortos o recogidos les resultan un obstáculo: no son la mejor pista de aterrizaje para este insecto que camina, pero no salta.

Ante el primer síntoma de pediculosis, revise la cabeza de toda la familia. Si su "piojito" tiene liendres o piojos, avise en la escuela y hágalo faltar dos días para realizar el tratamiento y evitar la propagación de esta epidemia.

viernes, 19 de agosto de 2011

Piojos en la cabeza


Pediculosis es el nombre de esta epidemia de carácter mundial que aunque no depende de estaciones climáticas se hace más intensa durante el período escolar y en los niños, los más propensos a jugar amucheados y a entrechocar sus cabezas favoreciendo así el contagio.

Este insecto que mide entre 1 y 2 mm, se alimenta exclusivamente de sangre humana, por lo que sólo nuestros congéneres nos lo pueden contagiar. De color blanco grisáceo, con extremidades para deslizarse entre los cabellos, su diminuta boca es la que realiza la succión: es entonces cuando pica.

Fuera de una humana cabeza, difícilmente sobrevive más de un día. En ella, prefiere habitar en la nuca y detrás de las orejas, lugares "de pique" preferidos.

A lo largo de una vida que no supera el mes y medio, las hembras llegan a depositar hasta doscientos huevos (las liendres) que con su tamaño menor al milímetro se adhieren a los cabellos y en un par de semanas pueden convertirse en piojos adultos prestos a reproducirse en el mismo lugar o en otro vecino.

La picazón, el síntoma más importante de la pediculosis, obliga a observar con paciencia la cabeza del sospechado y a revisarla minuciosamente cerca de una fuente luminosa en busca de piojos o liendres. Si el piojo ha preferido nuevos rumbos, posiblemente haya dejado sus huevos. A simple vista, las liendres se confunden con la caspa, pero mientras aquéllas son brillantes y semitransparentes y están adheridas al cabello, la caspa es opaca y cae si se sacude el pelo.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Los padres y el carácter de los hijos


Los hijos desarrollan su propio carácter y hay muchas cosas imposibles de cambiar, tanto en la personalidad individual que les es propia como en la familia misma Es conveniente armar un esquema gráfico con los miembros de la familia que cubra tres generaciones y registrar tanto los nacimientos como los fallecimientos, las bodas o las separaciones.

Así, cuando lo analicemos sabremos muchas cosas, entre ellas, por qué, por ejemplo, nuestra hija siempre va a contarle sus problemas a su tía en lugar de exponerlas ante nosotras. O por qué se justifica que la seriedad inusual de uno de nuestros niños nos preocupe tanto o más que el desinterés de otro por los temas escolares.

En lugar de polemizar todo el tiempo, aceptaremos con naturalidad las diferencias que hay entre nuestros pequeños y detectaremos qué podríamos hacer para ayudar a aquel que extrañamente se está quedando rezagado en su crecimiento interior.

lunes, 15 de agosto de 2011

EL HIJO UNICO


El hijo único está acostumbrado a que le rindan pleitesía, lo respalden y lo alienten. En general, no siente necesidad de controlar a los demás o de resistirse a las normas de la sociedad. Sufre cuando fracasa aunque sea en una minucia, pero eso sucede pocas veces. Se toma todo en serio, aún las bromas y ni siquiera los amigos compensan su falta de experiencia en cuanto a la convivencia.

Al principio habla imitando a los adultos, luego opta por guardar silencio y termina por adaptarse cuando llega a la mayoría de edad.

Si es varón, hará buena pareja con una hermana menor o intermedia de varones (una hija mayor lo adoptaría como hijo). Con una hija única surgiría la tensión que suele crearse entre dos seres muy problemáticos. El hijo único delegará en su esposa la responsabilidad respecto de los niños que traiga al mundo. En lo escolar y laboral siempre descollará.

Si es mujer, necesitará amigas y pretendientes que la adoren. Cuando forme pareja estable lo hará con un hombre flexible y amable, que no le imponga su voluntad o que se divierta con sus caprichos. Su pareja ideal será el hermano mayor de varones o el menor (o intermedio) de mujeres. El hijo único no le convendrá por su tendencia a delegar en su marido el cuidado de la prole. En lo laboral, podra desarrollar su innegable talento si le gusta el trabajo que realiza y sobre todo si puede trabajar sola o para un hombre de buen carácter.

sábado, 13 de agosto de 2011

EL HIJO INTERMEDIO


Puede tardar en descubrir su verdadera identidad, porque alterna entre seguir los pasos del mayor o del menor. Sin embargo, es muy amigable y haría carrera y fortuna como diplomático o secretario, actividades que requieran tacto, pero no pujanza. En general se llevará mejor con gente del sexo opuesto. Su elección de amistades o de pareja dependerá del grado de identificación que mantenga con el hermano mayor o el menor; es decir, que este detalle es en su caso menos predecible.

miércoles, 10 de agosto de 2011

EL HIJO MENOR


Será mimado y tendrá una visión optimista de la vida. Sus logros suelen ser menos elevados que los del mayor porque carece de disciplina; a veces dedica su vida a los desvalidos de la sociedad o rompe las reglas de la tradición. En general, le permitimos todo y no le explicamos que podría llegar a ser tan importante como su hermano mayor si aprendiera a desenvolverse en su propio estilo.

Si es mujer será muy cortejada, buena madre, y tendrá suerte también como secretaria o en los medios de comunicación. Si es varón, se volcara a los deportes o a las actividades creativas como la pintura, por ejemplo. En el trabajo, si alcanzan posiciones de liderazgo nadie tomará demasiado en serio su autoridad.

La hermana (el hermano) mayor de otra familia será la pareja ideal de un hijo (hija) menor; también sus amigos serán en general hermanos o hermanas mayores. Verá en su pareja la posesión más preciada; optar por una hermana (hermano) menor sería su peor decisión, ya que esperará ser mimado y cuidado, algo que muy pocas veces podría ocurrir. Dejará que lo controlen (aunque con discreción) y tenderá a derrochar el dinero. Si las cosas no andan bien en la amistad o la pareja, se apartará sin discutir.

lunes, 8 de agosto de 2011

El hijo mayor


El hijo mayor: Suele ser más tenso, más serio, más reservado y menos alegre que los demás. Se esfuerza, lo hace todo a conciencia pero no acepta las críticas. Se esfuerza en todo lo que hace porque piensa que si es el mejor los seguiremos queriendo aunque nazcan otros niños. A él le recordamos que debe dar el ejemplo, sin advertir que a veces lo dañamos porque lo volvemos tan rígido qué siempre rechazará todo intento de cambio o conciliación, querrá salirse con la suya y tendrá pocos amigos.

A la hora de casarse o escoger amigos, exigirá el poder. Si es mujer, elegirá una pareja (o amigos) paternal y protectora aunque le irá muy bien si se casa con un hijo menor. Quizá se dedique demasiado a la prole en detrimento de la relación marital.

Si es varón, optará por una mujer muy maternal o por la hermana menor de otra familia y quizás encuentre difícil comprender a sus hijos. Pero, varón o mujer, también mantendrán buena relación con un hijo o hija únicos. En el trabajo ocupará una posición de liderazgo; más de la mitad de los presidentes de los Estados Unidos de Norteamérica y 21 de los primeros astronautas de la misma nacionalidad fueron hijos mayores.


sábado, 6 de agosto de 2011

Hijos distintos


La personalidad de un niño, no sólo es consecuencia de los condicionamientos genéticos y ambientales, sino que también depende de la ubicación en el orden fraterno. Para conocer la incidencia de este factor en el comportamiento de nuestros hijos, aquí una nota que nos ayudará a corregir rumbos.

Freud lo indicó claramente cuando observó que la posición de un hijo en la secuencia de hermanos y hermanas es muy significativa para el curso posterior de su vida.

Es interesante recordar que los hermanos mayores de una misma familia, por ejemplo, pueden sentirse ligados por frustraciones o alegrías comunes pero, a la hora de determinar quién manda, comenzará la discusión y se desarmará el equipo. Reglas básicas de este tipo condicionarán de alguna manera las relaciones entre nuestros hijos y las que mantienen con el entorno. También determinarán nuestro propio rol cuando tratemos de zanjar conflictos entre los pequeños y cuando ellos elijan a sus amigos (y más tarde a sus parejas). Por otra parte, esta nota servirá también para que descubramos por qué nosotros como padres somos como somos.

jueves, 4 de agosto de 2011

Niños que estudian música


Cuando Carlos y Beatriz compraron un violín para su hija Alba, de dos años, tuvieron que enfrentarse con la incomprensión y las críticas de casi todos sus conocidos. De nada sirvió que ambos repitiesen hasta la saciedad que ellos no pretendían forjar un "niño prodigio", como Mozart, sino abrir y despertar las posibilidades y sensibilidad de la niña.

Sus amigos y parientes se quedaban boquiabiertos cuando ellos les comentaban la importancia del aprendizaje musical temprano para el desarrollo de otras capacidades, como las matemáticas y los idiomas, por ejemplo. Tampoco podían saber que la música enseña al niño a entender, a escuchar de modo activo y reflexivo, que va dirigida a su imaginación y favorece su creatividad.


Y lo mismo le ocurrió a Verónica cada vez que explicaba que estaba empleando un sistema musical de estimulación prenatal. Hasta fue acusada de maltratar a su hijo. Pero ella tenía claro que el sonido es una forma razonable y natural de estimular y reforzar el cerebro del feto en formación, además de ser una buena manera de comunicarse con el niño.

Está comprobado estadísticamente que estos niños son, desde que nacen, más tranquilos, sociables y felices y que poseen gran imaginación e inteligencia.

martes, 2 de agosto de 2011

Mentiras adolescentes


Las dificultades para alcanzar la madurez repercuten en el manejo de la verdad entre los adolescentes. Empezando por la sexualidad. Mientras la adolescente de 15 años se jacta ante las compañeras de noviecitos inexistentes, los varones hacen alarde de una iniciación sexual que todavía no ha tenido lugar. Las adolescentes suelen mostrar una conducta doble ante los cambios físicos propios de esa etapa. Para no quedar atrás frente a las amigas, algunas afirman tener ya la menstruación cuando aún no la tienen. En cambio otras, por vergüenza o para que los padres sigan considerándola "la nena de la familia" se encorvan al andar disimulando los pechos o bien se ciñen el busto con una faja.

La conducta "misteriosa" de muchos adolescentes saca a menudo de quicio a los padres que viven preocupados por saber en qué anda su hijo. No es raro que tal cortina de niebla vaya acompañada por toda clase de cuentos que el joven inventa para mantenerlos a distancia y al mismo tiempo intrigar a los mayores, teniéndolos pendientes de sus idas y venidas. Esa conducta traspasa límites muy peligrosos cuando el chico lleva una vida clandestina, subrepticia, como ocurre con el consumo de drogas.

No es raro que en muchos casos los padres tengan indicios de sobra para saberlo que está pasando, asevera Ferreira, pero prefieren no darse por enterados, de modo que aparentan creerse las intrincadísimas historias que sus hijos les cuentan. Cuando la verdad sale finalmente a la luz, la familia da entonces muestras de gran asombro. Elige autoengañarse hasta el final. "¡Imposible, lo hubiéramos sabido!", protestan, cuando en el fondo tienen conciencia de que han optado por ignorar las andanzas del hijo para no afrontar una realidad que los avergüenza y que no han sido capaces de manejar.

Si quieres tener más información sobre los cambios físicos en adolescentes, sus cambios de humor, el tamaño del busto, y demás trastornos que se viven a esa edad, no dudes consultar con expertos ya que este periodo de la vida es muy importante para el bienestar de tus hijos.

domingo, 31 de julio de 2011

Ir a la casa de la abuela


Quiere irse con la abuela, pero después se arrepiente.

Ultimamente, mi hijo, de 27 meses, se comporta de un modo extraño. A veces quiere que mi mamá lo lleve a su casa, pero, al poco tiempo de estar allí, cambia de idea y tengo que ir a buscarlo. ¿Por qué le sucede esto?

Tu hijo se está haciendo grande y esa indecisión es típica de la edad. Por un lado, tiene ganas de ser autónomo; por otro, siente un fuerte apego hacia su mamá y le cuesta separarse. Trata de ser comprensiva y facilitarle su camino hacia la independencia, ya que este proceso, que se inicia en torno al año, es muy importante para que en el futuro el chico pueda convertirse en una persona emancipada.

La próxima vez que quiera ir a casa de la abuela, apóyalo, sin reprocharle sus rápidos cambios de opinión (no digas "enseguida vas a querer volver"...). Es importante explicarle que vas a buscarlo cuando lo desee (procura estar siempre localizable); para un niño tan pequeño no hay nada peor que la sensación de no poder regresar a casa. Y no lo retes si quiere volverse a los cinco minutos. Si sigues estas pautas, tal vez las cosas vayan mejor la próxima vez.

viernes, 29 de julio de 2011

Adiós a la infancia


Comienza una etapa de cambios en la que madre e hija deben hablar mucho; y puede ser muy conveniente una consulta ginecológica que responda las inquietudes que las nenas pueden tener sobre su propio cuerpo y los procesos que irán llegando.

Los médicos recalcan que la edad de la menarca es muy variable, pero en general las nenas siguen el patrón de sus ma dres, que servirá de guía. Si pasados par de años se sentan aún tras tornos, dolores o hemorragias muy intensas, que pueden provocar anemia, es mejor consultar.

Y así, se fue la infancia. Algunas culturas la despiden con rituales; las niñas son aisladas, instruidas por sus madrinas y luego son presentadas en fiestas como nuevas mujeres y por qué no, posibles esposas. Por aquí, con cambios y rebeldías, las vemos crecer. Se anuncia la adolescencia y le damos la bienvenida.

martes, 26 de julio de 2011

Un compañero de jardín violento


Un compañero de jardín de mi hijo Tomás, que tiene 2 años, es muy violento: pega a los demás, rompe los juguetes... ¿Qué podemos hacer los padres ante estas constantes agresiones?

Por el tipo de comportamiento descrito, puede tratarse de un trastorno llamado conducta disocial. Los actos de estos niños suelen ser violentos -gritan, pegan, insultan, etc.-, porque no saben ponerse en el lugar del otro. Asimismo, no aceptan ni respetan las normas que se les imponen: a veces, las propias maestras se ven impotentes para frenarlos.

Si su inteligencia es normal y no presentan ninguna discapacidad que aconseje su escolarización en un centro de educación especial, deben estar en un aula ordinaria, ya que no hay centros específicos para ellos. La tarea de integrar a estos pequeños y ayudarlos a que sus comportamientos sean cada vez más adaptados no es tarea fácil; por este motivo, en casos especiales, los colegios pueden solicitar apoyo de la psicopedagoga.

El Ministerio de Educación debe garantizar su integración escolar, así como que su adaptación no afecte al resto de sus compañeros. En este caso existe la posibilidad de solicitar un apoyo al inspector que corresponda al colegio.

domingo, 24 de julio de 2011

Intimidad de las niñas


En el terreno de las enfermedades más frecuentes de las nenas se encuentran las infecciones urinarias y en especial, la cistitis. Pueden manifestarla desde el control de esfínteres pero se hace común conforme crecen. Los síntomas para estar atentas son el ardos al orinar y que vayan más veces al baño, porque les parece que siempre tienen ganas.

La prevención de esta y otras enfermedades está ligada a la higiene personal, desde chiquitas habrá que enseñarles a limpiarse siempre de adelante hacia atrás. Si hay un aumento de flujo, lo mejor es preferir ios jabones, y los protectores sin desodorantes ni perfumes. Las bombachitas, siempre de algodón y de tonos claros, ya que los colorantes también provocan alergias.

La ropa seguramente a esta edad es un tema difícil. Hasta donde pueda, negocie por prendas amplias, diga no a las calzas de lycra y no ante el intercambio de prenditas de gimnasia, danzas o natación. Todas estas conductas previenen el contagio de enfermedades diversas, desde hongos a virus.

viernes, 22 de julio de 2011

Atención con el sueño de los niños


Estemos alerta, porque si descubrimos lo que lo angustia habremos andado medio camino para ponerle remedio. Si conseguimos que se comunique abiertamente con nosotros y ejercitamos nuestra intuición, es muy posible que demos con la clave.

Atención a la sobrecarga escolar. Del mismo modo que a nosotros la presión laboral puede producirnos estrés e insomnio, un nño también puede esta agobiado por la escuela hasta ese extremo. En ciertos casos suele se necesario acudir a un especie lista. Pero en muchos otro: os trastornos del sueño s irán por donde han venido.

VAMOS AL PSICOLOGO Los trastornos del sueño agudos y persistentes son a menudo el síntoma de una angustia importante. Cuando es así, nadie mejor que un psicólogo infantil para buscar las causas de esa angustia y aconsejarnos en consecuencia.

miércoles, 20 de julio de 2011

Niños a la hora de dormir


Hay muchos niños a los que les cuesta conciliar el sueño, se despiertan con pesadillas y tardan en volver a dormirse. Trastornos cuyas causas hay que averiguar cuanto antes.

Asimismo son frecuentes las angustias producidas por la visión o conocimiento de hechos trágicos: accidentes, atentados... que se dramatizan aún más si los mismos padres son ansiosos y transmiten al niño su mentalidad temerosa del mundo.

Los niños más propensos a tener trastornos del sueño suelen ser temerosos, afectivos, imaginativos y sugestionables. Se alteran con facilidad y suelen estar sometidos a presiones ambientales, sociales o educativas que los desbordan. Muchos de ellos han tenido ya problemas de sueño en la primera infancia.

Estos trastornos del sueño a veces son pasajeros. Puede ser conveniente permitir al niño una pequeña regresión. Queremos decir que las mismas "recetas" que servían para calmar el sueño de un niño de dos años pueden tener también su aplicación ahora. Ya no vamos a contarle el cuento de Blancanieves, desde luego, pero sí podemos acompañarlo un rato antes de dormir. Nuestra atención y afecto todavía tienen un gran poder para tranquilizarlo. Un rato de charla junto a su cama puede ser la ocasión para recuperar la comunicación perdida por falta de tiempo.

También es momento de que intentemos sintonizar con él, de observarlo y tratar de averiguar qué es lo que puede estar angustiándolo. Normalmente, los trastornos del sueño no se dan como algo aislado. Si estamos atentos, no nos costará encontrar otros signos de que algo lo está inquietando: morderse las uñas, agitación excesiva, quizás tristeza o temores...

lunes, 18 de julio de 2011

El crecimiento de las hijas


Lo que estaba quieto de pronto comienza a moverse... En la etapa de la pre-adolescencia y la adolescencia las glándulas sebáceas comienzan a funcionar y cuando más lindas quieren estar nuestras hijas, irrumpe la seborrea en el rostro, el cuero cabelludo, la zona preesternal y la espalda.

Para atenuar los efectos es conveniente disminuir las sustancias grasas de la dieta y realizar un lavado diario con jabón de glicerina. Si con esto no es suficiente, lo mejor es ir al dermatólogo, y si hay acné la consulta es imprescindible. Las chiquilinas se empecinan en combatir los granitos a como dé lugar pero ios productos comerciales sin indicación médica pueden ser perjudiciales.

El pelo de las niñas-mujercitas puede ser expuesto a los excesos de la coquetería descontrolada, advierten los médicos. Cuidado con los geles, el secador de pelo, el brushing y ni hablar de coloraciones.

A pesar de la moda, lo mejor es lavar el pelo con un buen champú para cabello normal, poner acondicionador sólo en las puntas y usar un peine de puntas redondas y separadas para no tironear. Otro error que se debe evitar son los recogidos muy tirantes.

Entre tantos cambios, es probable que asomen los primeros vellos. Si resultan antiestéticos, sugiera las cremas depilatorias que son menos agresivas que la cera. Junto a la sorpresiva desaparición de los cosméticos de mamá, pueden aparecer las primeras dermatitis alérgicas de las nenas, causadas por los primeros ensayos frente al espejo. Cadenitas y toda clase de colgantes y aros, tan baratos que las nenas los consiguen por moneditas, pueden causarles también una reacción al níquel con enrojecimiento, ampollas o picazón.

sábado, 16 de julio de 2011

Niños que se desvelan


A menudo, recibimos cartas de padres desconcertados porque sus hijos tienen problemas durante la noche: ¿Trastornos del sueño a esta edad? ¿No habíamos quedado en que esas cosas ocurren en la primera infancia y que se solucionan con cuentos antes de dormir y ositos de peluche? ¿Es que hay que cantarles el arrorró otra vez a niños que ya han estado en campamentos y capitanean el equipo de fútbol del colegio?

La última consulta era de una madre preocupada porque su hijo se había despertado en cuatro ocasiones con pesadillas y muestras de angustia (respiración agitada, gritos...). Al preguntarle, el niño dijo que ya le había pasado otras veces y que, en ocasiones, si se despertaba, aunque no fuera por tener pesadillas, le costaba mucho volver a dormirse.

Las causas del desvelo

También nosotros, los adultos, nos desvelamos a veces y hasta tenemos pesadillas. Y un niño de nueve, diez, once años, sigue siendo un niño, y toda la infancia está sujeta a crisis de crecimiento que generan angustia. Cierto que hay años más tranquilos que otros, pero las crisis de desarrollo reaparecen de cuando en cuando. En unos se manifiestan más que en otros y de formas diferentes. Las alteraciones del sueño son un modo de exteriorizar que algo les ocurre.

Las causas de la angustia pueden ser diversas. Por ejemplo, los sentimientos de culpa, que a esta edad pueden teñe] fuentes distintas: la curiosidad sexual, los problemas escolares... También están las tensiones con los compañeros, los sentimientos de inferioridad o de insuficiencia frente a las exigencias familiares o escolares (o las que el mismo niño se impone). Sin olvidar las causas de angustia que pueden presentarse a cualquier edad: celos entre hermanos, tensión entre los padres... También acontecimientos del pasado que no han sido bien asimilados pueden dejar un residuo de angustia y alterar el sueño: muerte de un familiar, disputas entre los padres...

miércoles, 13 de julio de 2011

Controlar consumo de alcohol de los hijos


Es obvio que un sorbo de sidra la noche de Navidad o una cerveza muy de tanto en tanto no producen efectos alarmantes. Pero el consumo continuado y prematuro de alcohol puede ser terriblemente destructivo para los adolescentes.

¿Qué pasa, realmente, en el organismo joven? ¿Cómo actúa el alcohol? Según los médicos, disminuye la capacidad de reacción, de concentración y de pensamiento autónomo, influye en el estado de ánimo produciendo cambios bruscos en él, trastoca el crecimiento de las células, afecta al sistema circulatorio y a órganos como el hígado y el estómago, puede ocasionar problemas sexuales y en intoxicaciones graves, es capaz de producir el estado de coma o -por más espantoso que resulte- incluso la muerte.

Los "tragos largos" que se ofrecen en algunos sitios bailables pueden actuar como mezclas explosivas. Y los riesgos aumentan, lógicamente, si junto con ellos se ingiere alguna otra droga, como marihuana o anfetaminas.

Sería bueno que padres y jóvenes tuvieran presente que no es necesario llegar a tales extremos para que el alcohol acarree problemas. Y ahí está el tema de la sexualidad para demostrarlo. Ya no én el caso de los púberes sino en el de los jóvenes, que tal vez están por iniciar su vida sexual, una "borrachera", aunque leve, puede dejar secuelas difíciles de borrar.

En efecto, se sabe y está suficientemente demostrado que, a pesar de que una o dos copas suelen actuar como estimulantes, el exceso de alcohol es un implacable inhibidor sexual. El joven que pretenda tener sus primeras relaciones en este estado comprobará que no puede. Tal vez advierta que esta impotencia se debe al alcohol, pero lo más probable es que no se dé cuenta y lo atribuya, en cambio, a oscuros factores orgánicos.

El cúmulo de dudas, temores e inhibiciones sexuales que suele acompañar a la sexualidad adolescente aumentará entonces aún más, y se prolongará en el tiempo. Los sexólogos acostumbran recordar que muchos de los casos de impotencia que llegan a sus consultorios reconocen sus orígenes en estos hechos tempranos.

Afortunadamente, la "onda verde" y ecológica que está prendiendo en buena parte de la juventud hace que muchos jóvenes empiecen a decirle no al tabaco, al alcohol y otras drogas. Esto sucede mayormente entre algunos púberes que, por otra parte, suelen estar ayudados por la actitud responsable de los padres y de ciertas campañas preventivas.

lunes, 11 de julio de 2011

Reglas para dictar a un niño


Finalmente, para dictar, deberías recordar tres reglas básicas:

• El niño no debe escribir como habla, pues de ahí resultan muchas de las faltas de ortografía. Tiene que ir aprendiendo que los sonidos se expresan con letras y que sonidos iguales se pueden escribir de distinta, manera. Tiene que aprender que la palabra hablada «encendedor no se puede reconocer fácilmente: ¿se escribe con C o S?

• Dile siempre a tu hijo cómo se escribe correctamente una palabra, y nunca cómo no se escribe. Así, en su memoria se grabará la manera correcta de escribirla.

• Y no te preocupes si, en el dictado de la escuela, tu hijo escribe mal una palabra que conocía bien en casa. Por un lado, la situación es muy distinta en la escuela, y además, una palabra familiar puede sonar muy extraña en un contexto desconocido. Como ves, puedes serle de gran ayuda a tu hijo. Sólo hace falta poner un poco de imaginación y los progresos serán inmediatos. El que el pequeño perciba que participas con él en el aprendizaje de su vocabulario le servirá de refuerzo y estímulo a la hora de mejorar su ortografía.

sábado, 9 de julio de 2011

Si se lesiona jugando


Cuando un niño sufre una lesión al hacer deporte, hay que tener siempre en cuenta la regla de oro «CHAP»: Compresión, Hielo, Altura, Pausa. Lo primero es detener de inmediato la actividad corporal (Pausa).

Después es conveniente enfriar la zona lesionada (Hielo). Aplicar un vendaje de compresión para detener hinchazones o hemorragias (Compresión). La posición en alto del miembro dañado es importante (Altura).

jueves, 7 de julio de 2011

Los dictados para los niños


Dictados en cd. El mismo niño se dicta un texto en el grabador; primero texto completo y más tarde en pequeñas unidades. Esta forma de practicar tiene muchas ventajas: el niño tiene que leer previamente, pronunciar con claridad y escuchar atentamente. Además puede elegir él mismo la velocidad de la escritura simplemente parando el cd. En muchos casos suele conseguirse de esta manera aumentar la velocidad de escritura individual, lo cual es importante para los posteriores dictados en el colegio. Muchos niños hace faltas precisamente porque tienen que escribir demasiado rápido.

Dictado con señas. Elige para ello un texto de un libro de cuentos o simplemente palabras del fichero. El texto se lee primero y a continuación se dicta de modo que tu hijo pueda evitar las faltas de ortografía. Para ayudarlo, antes del dictado pueden llegar a un acuerdo sobre como le vas a avisar de los peligros; por ejemplo tosiendo, con una palmada, golpeando la mesa u otra señal cualquiera. En este caso tú eres tan responsable como tu hijo de que el dictado salga sin faltas.

Dictado con diccionario. Díctale a tu hijo una lista de palabras sobre un determinado tema (el hogar: calefacción, ventana, sofá, silla, percha..., etc.). El niño anota las palabras y busca en el diccionario su correcta ortografía. De esta manera, se va acostumbrando a utilizar el material de consulta, y aprende que no hace falta saberlo todo, pero sí saber dónde encontrarlo.


martes, 5 de julio de 2011

Los adolescentes y el consumo de alcohol

Beber con los amigos se ha convertido en una ceremonia arriesgada. A despecho de la advertencia anterior, cualquiera sabe, o ha visto, que en muchas familias se comete la "chistosa" imprudencia de que aun los más niños de la casa brinden con un sorbito de alcohol, e incluso a algunos se les permite ir probando el vino con soda "para que se acostumbren y el día de mañana no les haga mal".

Si se trata de varones, especialmente, algunos suponen que estos hábitos los harán "más hombres". Es así que el alcohol llega a adquirir el mismo significado de rito iniciático que posee el primer cigarrillo. Con esta actitud, los adolescentes -que están con un pie en la infancia y otro en la madurez- asocian el hecho de beber con un permiso de entrada en el mundo de los adultos. Bebiendo se sienten mayores.

Algo distinto ocurre con las bebidas fuertes: la "luz verde" no se enciende en el hogar, pero, en cambio, son totalme te accesibles en los bares, pubs, discotecas y fiestas de amigos. En muchas barritas de jóvenes, el que pide un refresco está mal visto y se arriesga a ser considerado un niño.
A duras penas se tolera esta actitud en las chicas, aunque también esto está cambiando. "Cuando salgo con mis amigos suelo pedir un jugo de tomates y les digo que lleva un poco ginebra para que no me pregunten por qué no bebo", cuenta Julieta, de 16 años. En cambio, Facundo sostiene muy convencido: "Una copa de vez en cuando no hace nada. En las discotecas te lo incluyen junto con la consumición... no vas a ser tan marciano de cambiar ese trago por un refresco".

Sea como fuere, el panorama es preocupante: aunque la familia no sea tolerante con el consumo de alcohol por parte de los jóvenes, es indudable que fuera de casa las normas paternas pasan fácilmente a segundo plano y es el grupo de pares el que lleva las riendas.

sábado, 2 de julio de 2011

Corregir faltas de ortografía


Existen otras posibilidades. La variedad de juegos idiomáticos encaminado la corrección de faltas ortográficas o apoyo de una defectuosa pronunciación muy amplia. Un ejemplo sería el de formar con las letras de una palabra —o-r-t-o-g-r-a-f-í-a por ejemplo— todas las palabras posibles; por supuesto está permitido el uso del diccionario.

Otro caso es el intentar descubrir nuevas palabras en texto cualquiera, por ejemplo: «nueve lámparas son diez puntos de luz», porque entre ellas hay una vela.

La renovación del dictado. Para muechos profesores el dictado sigue siendo el método preferido para examinar la ortografía de los alumnos. Pero existen maneras de conseguir que los dictados tengan más sentido. En cualquiera de los casos, no se trata de contar las faltas, marcarlas con rojo y anotarlas al final. Más bien hay que intentar que el niño evite esas faltas. Es muy positivo que el alumno aprenda a reconocerlas y corregirlas por sí mismo. Existen diferentes juegos en torno a los dictados que pueden servir de ayuda a los problemas del niño si le damos una ayuda y los realizamos juntos en casa.


jueves, 30 de junio de 2011

Los niños y el alcohol


Si beben, se creen adultos

Las bebidas alcohólicas se dividen en dos grupos: las suaves y las fuertes. El primer grupo está constituido por el vino, la sidra, la cerveza y el champán. El segundo, por el whisky, el ron, la ginebra, el coñac, los tragos largos...

Está claro que las bebidas suaves son las que suelen consumirse dentro del hogar, en la mesa familiar, en las celebraciones de cumpleaños y fiestas navideñas. Además, las costumbres populares de nuestro país influyen, por ejemplo, en el consumo de vino, al que se considera normal e inofensivo. Sin embargo, no está de más recordar que una sola gota de alcohol o un simple bombón de licor puede intoxicar gravemente a un niño pequeño.

martes, 28 de junio de 2011

Faltas de ortografía


El fichero de palabras. Es un excelente sistema que da unos resultados muy positivos, ya que el niño participa muy directamente en la elaboración y mantenimiento de este fichero. Basta una caja de zapatos dividida en tres compartimentos. En el primero se ponen las palabras nuevas, en el segundo las palabras que tu hijo ya conoce, y la última casilla corresponde a las que conoce muy bien.

En la parte delantera de cada ficha se dibuja lo que significa la palabra (por ejemplo un rayo, un zapato, una vaca) y por detrás se escribe la palabra. El pequeño puede ir ampliando el fichero con palabras que vaya conociendo dentro y fuera del colegio, y poco a poco, y si continúa trabajando estará muy completo. Con este fichero el niño puede practicar jugando: construyendo frases sin tener que preocuparse por la ortografía, y de manera pasiva las palabras se irán grabando en su memoria.

domingo, 26 de junio de 2011

El alcohol y los jóvenes


Canciones de toda la vida, coplas populares, tangos, boleros y baladas,han hecho del alcohol exaltación, entretenimiento, paño de lágrimas o símbolo de camaradería.

Actualmente, también ocurre que parte de la música que escuchan los jóvenes les habla de la bebida como un elemento cotidiano que ya está naturalmente incorporado a su vida. Y a los adultos se nos ponen los pelos de punta cuando los expertos en el tema nos hablan de la existencia de púberes alcohólicos; niños de 10 u 11 años que beben a escondidas de sus padres. Ni qué hablar, entonces, de los adolescentes que no se esconden para hacerlo: cualquiera puede verlos, ya no en los bares, sino en las cercanías de los quioscos, agotando una botella de cerveza tras otra.

¿Exageraciones? No. Basta abrir los ojos y ver esa realidad que, por apremiante, no debería ser ignorada. ¿Qué hacemos nosotros para evitar este consumo precoz y, sin duda, dañino? ¿O acaso lo estamos fomentando por omisión o por desconocimiento de la gravedad del problema?

viernes, 24 de junio de 2011

La escritura de los niños


A los 9 o 10 años, para nuestros hijos la escuela empieza a ser ya algo muy serio. Reciben sus primeras notas y los resultados de las pruebas les afectan mucho.

Pero Daniel, otra vez has vuelto a escribir burro con «v»; siempre haces la misma falta», o «¡Mónica, ¿cuántas veces tengo que decirte que delante de «b» y «p» se escribe siempre «m» y no «n»? Advertencias o recriminaciones de este tipo suelen ser muy frecuentes cada vez que los padres nos detenemos en el último dictado que nuestro hijo ha hecho en el colegio, o bien cuando repasamos la carta que han escrito a los abuelos.

Nos preocupa su escritura. Es natural que al ver que nuestros hijos tienen cierta dificultad con la ortografía intentemos evitarlo de alguna manera. Queda fuera de dudas que adoptar una postura de recriminaciones o castigos no es en ningún momento lo más adecuado, y más si tenemos en cuenta que son muy variadas las posibilidades, mediante juegos o fichas de palabras, que tienes de ayudar a tu hijo en este terreno. Tu ayuda, como suplemento a la enseñanza recibida en sus clases de lenguaje, puede resultarle muy útil y divertida a la vez.

miércoles, 22 de junio de 2011

Mejorar la relación con hijas adolescentes


Por supuesto que hay salidas. O mejor dicho, entradas y salidas de un momento vital, complejo e inevitable. Para enfrentarlo, no sirven ni los autorreproches (¿en qué fallé como madre?) ni las acusaciones (a esta chica nadie la entiende). Más positivo resulta, en todo caso, aceptar plenamente que, hagamos lo que hagamos y digamos lo que digamos, no podremos evitar que nuestra hija se rebele, se oponga a nuestros deseos e incluso nos ataque despiadadamente. Ella necesita hacerlo, para poder crecer y encontrar su propio modelo de vida, su propio "ser mujer". Y paradójicamente, cuanto más amor y cercanía existen, más furibundo surge el tironeo.

De poca utilidad resulta decir, en un rapto de furia: "¡Está bien! ¡Que se arregle sola, si eso es lo que quiere!". O escuchar en boca de la jovencita: "¡No te metas más, no te necesito!''. Ambas -madre e hija- intuyen que eso tampoco es cierto. Lo difícil de esta etapa es que las hijas todavía nos necesitan, pero sólo aceptan de nosotras un acercamiento preñado de distancia y de respeto por sus búsquedas y errores.

Querer sin asfixiar, guiar sin tiranizar, observar sin condenar, tolerar lo distinto... Estos principios de convivencia que tan difíciles resultan de aplicar en toda crianza se convierten en todo un desafío cuando los hijos llegan a la pubertad y la adolescencia. Y más difíciles aún cuando de madres e hijas se trata.

Porque ambas son como un espejo que refleja similitudes y diferencias. Si dejamos de mirar a nuestra hija buscando en ella a la bebita dócil que ya no está podremos volcar en nosotras mismas una mirada más piadosa, menos exigente, más libre. Si en vez de preguntarnos: ¿en qué fracasé? buscamos nuevos rumbos para esta etapa de nuestra vida, estaremos creando las condiciones para tener una relación más calma con nuestras hijas.

En definitiva, hay algo que sí puede ayudarnos a que "la sangre no llegue al río", y es desdramatizar estas situaciones. Y tener siempre presente que los conflictos de esta etapa son como la acné: pasan, aunque del cuidado que pongamos depende si quedarán o no cicatrices.

Algo más: también sirve retirar un poco esa mirada obsesiva que posamos sobre la conducta de nuestra hija (¿qué le pasa? ¿qué quiere? ¿por qué hace/piensa/dice esto o lo otro? ¿por qué no me lleva el apunte?) y prestar más atención a lo que nos pasa a nosotras, las madres. En la vida de cualquier mujer, ésta puede ser una etapa signada por el temor al envejecimiento y a sentirse inútiles -porque los hijos están creciendo y ya no nos requieren tanto- o, por el contrario, una oportunidad de encarar nuevos rumbos.

Suele haber más tiempo: para retomar los estudios que alguna vez se abandonaron, para intentar algún trabajo (si hasta el momento la única ocupación fue la de ama de casa), para encontrarse con las amigas, para realizar gimansia... En el camino de la maduración no todas son "pálidas", tal como diría un adolescente. Las mujeres que así lo entienden y así lo viven están tan satisfactoriamente ocupadas en desarrollar sus propias potencialidades que no tienen tanto tiempo para torturarse con los avances y retrocesos de sus hijas.

Ni víctimas ni verdugos: madres e hijas, simplemente. Y la vida que avanza incesantemente, que fluye sin que podamos detenerla. Con sus torbellinos que remueven el torrente de amor, y sus remansos de calma que nutren y enriquecen las aguas. A nadar en ellas también se aprende.

domingo, 19 de junio de 2011

Desencuentros y dramas con hijas adolescentes


Es frecuente que, aun con la mejor intención, muchas mamas de hijas adolescentes digan una cosa, hagan otra y en el fondo de su corazón sientan algo totalmente distinto. Y un caso claro es el de los límites y las salidas. La madre dice que después de todo está bien, que su hija está grande y no la perseguirá con la cuestión de los horarios. Pero lo que hace es ocultarle que la noche anterior estuvo muy angustiada porque eran las 12 y aún no había llegado. Y lo que siente auténticamente sólo aflorar aunque disfrazado) cuando la regañ porque estuvo una hora pegada al teléfo no o dejó la ropa tirada por el piso.

Complicado, ¿no? Como la vida misma. Pero lo contrario sólo existe en la novelas de nuestra infancia, en aquella Mujercitas que leíamos y releíamos 3 que tan poco tiene que ver con la vida de hoy.

También es común imaginar que nuestras hijas no tendrán nada que reprocharnos, ya que nosotras les estamos proporcionando una imagen de mujei más actualizada y moderna que aquella que nosotras vimos en nuestras madres. Sin embargo, una excursión por la realidad nos puede demostrar rápidamente cuan ilusorias son esas fantasías.

En efecto, es muy fácil comprobar cómo la jovencita que tiene una madre activa, profesional y autosuficiente en materia económica, se queja de que "mamá nunca está en casa cuando la necesito; en cambio, la 'vieja' de Laura es brutal, siempre nos espera con alguna torta cuando caemos por su casa''. Y entretando, la mencionada Laura se lamentará de que su madre sea ' 'sólo una ama de casa, tan tradicional, tan quedada".

Por aquí y por allá, los ejemplos abundan.

• La madre se queja de que su hija nunca colabora con las tareas de la casa. La hija protesta porque -según ella- cada vez que intenta meterse en la cocina su mamá está "encima' de ella y no le permite hacer las cosas a su modo.

• Si la madre es coqueta, atractiva y no sabe hacerse discretamente a un lado, la hija se sentirá invadida y se lamentará amargamente de que "mi vieja está siempre metida en mis reuniones; a todos mis amigos les parece encantadora porque no la han visto en su papel de bruja". Y si la hija suele andar desaliñada y "rotosa" -algo quea mamá le pone los pelos de punta-, bastará que un día ambas salgan juntas para que aun asila madre reciba el fatídico piropo de "suegra' '. Y entonces la confusión, el malentendido, volverán a reinar entre ambas.

¿Es que no hay salida?

viernes, 17 de junio de 2011

Madre e hija: rivales


Madre e hija: rivales

Precisamente, parecería que el punto más difícil de aceptar por las madres es éste: sus hijas se están separando de ellas. Y si no existiera tanto amor entre ambas no sería necesaria tanta pelea para lograr la separación.

¿Pelea como símbolo de amor? En este caso podría decirse que sí.
Dice la investigadora Nancy Friday: ' 'He oído exclamar a algunas hijas, en momentos de ira, que ellas no aman a sus madres. Nunca oí decir a una madre, en cambio, que ella no amaba a su hija. La mujer puede ser sincera en muchas cosas, pero el mito de que las madres siempre aman a sus hijas, en cualquier circunstancia, es dominante".

Tal vez la confusión se encuentra en la bendita palabra amor. ¿De cuál amor hablamos: de uno idealizado y perfecto entre muñecas de porcelana? ¿O de un amor menos prolijo pero más real entre dos personas, una que es mujer y otra que empieza a serlo, y que sienten ternura, odio, confusión, temores, celos, alegrías?

Hablemos, por ejemplo, de la rivalidad y los celos entre madres e hijas. Mientras la hija crece para entrar en su maduración sexual y su esplendor de juventud, la mamá avanza nada menos que en dirección al climaterio. Ambas etapas coinciden y dan pie a innumerables situaciones difíciles.

Mamá, por ejemplo, se compra un pantalón. Llega a casa y lo comenta. Entonces "la nena" corre a probárselo. Seguramente no le interesa usarlo, ya que ella viste otro tipo de ropa, pero se lo prueba. Y ¡oh, sorpresa!, mamá descubre que el pantalón le queda mejor a la hija que a ella misma. Por una parte, es muy probable que sienta cierto orgullo (¡qué grande y linda está!, ¡cómo creció!) Y por la otra, también es seguro que sentirá una insoportable, incomprensible punzada de dolor y de celos (pero... ¿cómo?, ¿en qué momento creció?, si ayer no más era una nena... y ahora es una mujer..., y si ella está tan grande, ¿entonces yo ya soy una vieja?)

Aunque no seamos plenamente conscientes de ellos, estos sentimientos existen. Son reales y normales, aunque nos cueste aceptarlos.

Por otra parte, son las mismas hijas las que a veces nos recuerdan cruelmente el paso del tiempo. Y lo hacen con brusquedad, impulsadas más por su enorme necesidad de diferenciarse de nosotras que por una apreciación "objetiva" de la realidad. Nos dicen, por ejemplo: "¿No te parece que ya estás un poco grandecita para ese peinado?". O: "¿En serio pensás salir vestida de esa forma? Estás horrible''. Tal vez un rato antes fue la mamá quien criticó el corte de pelo de la hija, su desprolijidad o el largo de su falda. O quizás no. Pero lo cierto es que el ida y vuelta de los juicios lapidarios y las críticas impiadosas puede convertir la convivencia en un campo minado.

martes, 14 de junio de 2011

La mejor amiga en la adolescencia


Aunque ya se ha dicho muchas veces, es bueno recordar que "adolescencia" viene de la palabra latina adolescere, que quiere decir padecer. Y es cierto, porque el adolescente sufre y padece con todos los cambios que está viviendo. Pero lo que no suele tomarse tan en cuenta es que los padres también sufren, y no sólo por causa de los hijos, sino porque ellos también están cambiando. Sus hijos ya no son bebés, pero ellos tampoco son los mismos que cuando sus hijos eran bebés. Aceptar estos cambios, abandonar la pretensión de que somos una especie de inmutables pozos de sabiduría -obligadas siempre a hacer lo correcto y a entender todo- es quizás el primer paso para aflojar tensiones.

De todas formas, ¿por qué será que nos resulta más fácil -o menos pesado-entendernos con el hijo varón que con la hija mujer? Como lo expresó Mabel, al comienzo de esta nota: ' 'Con mi hijo, y eso que es varón, tuve menos problemas' '. ¿No será que "precisamente porque es varón" tuvo menos problemas? Las mujeres estamos acostumbradas a que es normal no entender muy bien a los hombres, porque ellos son distintos y de todos modos pertenecen más al mundo de afuera que al de adentro de la casa. Pero con "la nena" es otra cosa. Creemos que debería ser otra cosa, porque ella es mujer como nosotras y, por lo tanto, se supone que estamos capacitadas para saber al dedillo lo que le pasa.

Le decimos a nuestra hija: ' 'Nadie te conoce como yo" .O "la mejor amiga es la madre". ¡Cuidado con la trampa! Abramos bien los ojos y observemos qué es lo que pasa realmente. ¿Acaso la vida cotidiana no nos está demostrando que eso no es cierto y que ha llegado la hora de revisar ciertas creencias?

Nadie conocía como nosotras a aquella bebita; nadie sabía interpretar como nosotras sus llantos y sus pedidos. Pero la beba ha crecido y ya no necesita nuestro pecho cada dos horas para sobrevivir, y ya no busca sólo nuestra mirada, sino que ansia las otras. Por ejemplo, la del novieci-to con el que se pasa dos horas hablando por teléfono, o la de aquella amiga que no es "extraña", "vaga" o "antipática' ', sino una chica como ella, que seguramente la entiende mejor que su madre.

Todos los días, inevitablemente, nuestra hija sigue creciendo. Y a medida que crece, se separa, se aleja. No nos deja de querer ni de necesitar, sino que nos quiere y nos necesita de otro modo.



domingo, 12 de junio de 2011

Hijas adolescentes


¿Qué pasó con aquella bebita tierna a la que alguna vez miramos embobadas mientras parientes y amigos nos decían "parece una muñequita''? ¿Dónde quedó la nena dulce que venía corriendo a refugiarse en nuestra falda, buscando consuelo o complicidad? ¿Será posible que se haya convertido en esta jovencita insolente y malhumorada, ajena y reservada?

Si usted es madre de una niña púber o adolescente, sabe de qué estamos hablando. Y si no lo es, bastará que mire a su alrededor, que escuche los testimonios de otras madres. Suelen ser de este estilo:

•"A veces me pasa que desconozco a mi hija. Hasta ahora habíamos sido casi inseparables. Pero de un tiempo a esta parte parece empecinada en mostrarse como una extraña. Se acabaron las confidencias y ya no aguanto que ande siempre con esa expresión de fastidio, como si todo lo que yo dijera le molestara. Nada le viene bien; sencillamente, no nos entendemos, y eso me desespera". (Clara , 43 años, su hija tiene 14).

• "Me casé muy joven y siempre pensé que sería hermoso llegar a este momento: tener una hija de 16 años cuando yo apenas tengo 35. Me imaginaba que seríamos amigas, que podría ayudarla, aconsejarla, entenderla. Pero es imposible, porque ella se aisla. Discutimos mucho y con bronca. Me enferma ver que se pase horas encerrada en su cuarto, o que prefiera a esa amiga rara que tiene, antes que aceptar cualquier invitación que yo pueda hacerle. ¿Cómo fue que me equivoqué tanto? Y lo peor es que ni siquiera sé muy bien en qué me equivoqué." (Irene R.)

• "Mi marido dice que ya está harto de las peleas que tengo con mi hija. Y claro, para él es muy fácil porque no tiene que andar lidiando con ella. A él lo respeta, pero a mí... Yo digo: es una joven inteligente, ¿tanto le cuesta entender que a mí me dejaría contenta si a veces, sólo a veces, me hiciera caso? Con mi hijo, y eso que es varón, tuve menos problemas. La nena, en cambio, parece que disfrutara haciéndome sufrir". (Mabel G., 40 años, tiene una hija de 13).

• "Lo que más me duele es su mirada de desprecio. El otro día no tuvo ningún empacho en decirme que lo mejor que puedo hacer es ocuparme de mi vida, 'que bastante estropeada está'. Pero no le di el gusto de ponerme a llorar, como otras veces. Yo también le grité. Le dije que seguramente ella no sentía lo mismo cuando yo le daba la teta, cuando le limpiaba los pañales sucios, cuando me privaba de salir para no dejarla a cargo de nadie, o ahora mismo, cuando ando recogiéndole la ropa que deja tirada y sirviéndole como mucama de lujo. Le dije que ya estoy harta, y es verdad". (Noemí T., 42 años, una hija de 16).

Apenas cuatro casos, pero alcanzan como muestra de una situación muy frecuente, que desconcierta, confunde... y duele. Sin embargo, y a pesar de la dureza de estos testimonios, las madres que aquí opinan no fueron tan categóricas al principio de la charla. Les costó meterse de lleno en sentimientos tan '' incómodos'' como la ira o la frustración, pasando por encima de la valla de los cuentos color de rosa. Esos cuentos legendarios que las mujeres siempre escuchamos fascinadas, acerca de madres perfectas que sólo tendrían hijas perfectas.

Y no. Claro que no, que no existe la perfección; ni en ésta ni en ninguna otra relación humana. Las madres reales de hijas reales están unidas por un vínculo tan amoroso como conflictivo. Y uno de los momentos de mayor conflicto es precisamente aquel en que la hija comienza a convertirse en mujer.

jueves, 9 de junio de 2011

Firmeza y diálogo para educar



Con los más grandes, hay que actuar de forma más diferenciada: ¿podemos pasar el asunto por alto?, ¿conviene distraerlo?, ¿o es necesario mantenerse firme?

Con los de edad escolar ya se puede dialogar. A menudo basta con decirles claramente que su comportamiento es inaceptable y que no vamos a tolerarlo.

Pero en todos los casos necesitan que compartamos mucho tiempo con ellos, realizar tareas juntos, hablar, leer, cantar, ir de excursión, pasarlo bien. Un chico feliz es un niño bueno. Y para ser feliz necesita sólo tres cosas: mucho amor, mucho ejercicio al aire libre y una tarea interesante por la que valga la pena esforzarse.

martes, 7 de junio de 2011

Alternativas para poner límites a sus hijos


¿Y cuáles son las alternativas?
Muchos padres, deseosos de convencer a sus hijos por las buenas, les dan largas explicaciones de por qué no deben hacer esto y aquello. Confían en el poder de la palabra, pero en numerosas ocasiones tanta verbosidad resulta abrumadora para los niños. O ya saben lo que deben hacer o son demasiado pequeños para comprender.

Por lo general, las frases cortas y contundentes les llegan mejor. La pequeña Lara sabía muy bien que, sacando la lengua, provocaba a su mamá. Pero necesitaba exteriorizar su frustración. Lo mejor en esta situación hubiera sido ignorar la provocación, hablar de otra cosa o decir quizá "qué bonita lengua". A los niños, observar el enojo de la mamá les resulta sumamente interesante y puede animarlos a seguir con el juego, sólo por la curiosidad de saber hasta dónde llega. En cambio, una reacción que los aburra terminará pronto con el comportamiento indeseado. ¿Y los límites que hay que imponerles? En este caso, los límites ya quedaban claros al no ceder la madre al capricho de la nena. Si tenía sed, podía tomar agua o jugo.

Más grave es que un niño tire a sus hermanos objetos a la cabeza. Hay muchos pequeños que se portan así cuando algo se interpone en su camino: pintarrajean las paredes, rayan la mesa del living o abren la llave del gas. Todos tienen alguna razón para eso, ya que ningún chico es malo por naturaleza. Es cosa de los padres reflexionar sobre las posibles causas. Quizá su hijo se porte así porque durante las últimas semanas se han ocupado poco de él (aunque haya sido por razones justificadas).

La primera reacción deberá consistir, naturalmente, en sacarle al pequeño iracundo los autitos, retirarlo de la cocina o guardar los marcadores. Pero, a la larga, su comportamiento sólo mejorará tras una dosis extra de atención.

En los muy chiquitos, lo más eficaz suele ser un cambio de la situación. Guardar el objeto que no debe tomar, retirarlo del lugar peligroso, tomarlo en brazos y llevarlo a otra habitación, cada una de estas acciones debe ir siempre acompañada de un corto y contundente "no, no".