Condición de vida
Para comenzar, hay menos gentes que viven en el campo. La educación de los hijos en una población, en un solar pequeño o en un piso de una casa de vecindad, presupone la carencia de la libertad de que gozan los niños del campo. Las energías reprimidas tienen que tener su escape: las entretenciones del niño de la ciudad bien pueden resultar enojosas porque es posible que sus vueltas y revueltas atenten contra la tranquilidad y la pertenencia de los vecinos más inmediatos. Los chicos de la ciudad ni siquiera pueden cantar, silbar o gritar como sus primos de tierra adentro. En un piso, tendrán que ponerse las pantuflas apenas llegan a casa para que su holgorio no moleste a la familia de abajo.
Para comenzar, hay menos gentes que viven en el campo. La educación de los hijos en una población, en un solar pequeño o en un piso de una casa de vecindad, presupone la carencia de la libertad de que gozan los niños del campo. Las energías reprimidas tienen que tener su escape: las entretenciones del niño de la ciudad bien pueden resultar enojosas porque es posible que sus vueltas y revueltas atenten contra la tranquilidad y la pertenencia de los vecinos más inmediatos. Los chicos de la ciudad ni siquiera pueden cantar, silbar o gritar como sus primos de tierra adentro. En un piso, tendrán que ponerse las pantuflas apenas llegan a casa para que su holgorio no moleste a la familia de abajo.
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