Es muy difícil convencer a un niño de nueve o diez años de que debe dormir, no se debería insistir demasiado en ellos, es mucha la energía que contienen sus cuerpecitos como para pasar tiempos de ociosidad muy largos. Si se los quiere tener un poco más tranquilos por momentos lo mejor es incentivar en ellos el gusto por la lectura o realizar actividades en las que puedan jugar pensando. Así como dormir será un fastidio, comer será una fiesta. Además de gustarles mucho ciertos alimentos no se detendrán al momento de comer ni para respirar, suelen comer muy rápido, y suele no respetar demasiado los horarios para hacerlo, es que tanto gasto de energía les dará hambre en cualquier momento del día. Es bueno que se acostumbren a sentarse con tranquilidad y compartir la comida con la familia, pero también hay que tener frutas o algo al alcance de su mano para los momentos de apetito fugaz.
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