Motivación para estudiar
La aptitud para el estudio es más el producto de una buena motivación que una capacidad innata. Ante una mala nota es mejor manifestarle al niño la confianza en que la próxima vez lo hará mejor, que restregarle su fracaso.
Un buen sistema es atribuir sus éxitos a su inteligencia y los fracasos a una falta de esfuerzo. Obvíamente, nos referimos a esfuerzos razonables. Si un niño, además de ir al colegio, toma clases de piano, karate y francés, su fracaso puede deberse a una sobrecarga de actividades y no a un acto de pereza.
La aptitud para el estudio es más el producto de una buena motivación que una capacidad innata. Ante una mala nota es mejor manifestarle al niño la confianza en que la próxima vez lo hará mejor, que restregarle su fracaso.
Un buen sistema es atribuir sus éxitos a su inteligencia y los fracasos a una falta de esfuerzo. Obvíamente, nos referimos a esfuerzos razonables. Si un niño, además de ir al colegio, toma clases de piano, karate y francés, su fracaso puede deberse a una sobrecarga de actividades y no a un acto de pereza.
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