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Cómo ayudar a su hijo adolescente a conocer su propia sexualidad

Muchos jóvenes buscan momentos para consultar a sus padres, a la mamá o al papá sobre la sexualidad. A veces no saben cómo hacerlo, sobre todo las niñas que sienten más pudor a veces que los niños con sus padres. Muchas muchachas son presionadas por sus novios a tener relaciones sexuales y el comentario de sus padres es también muchas veces despectivos hacia él, pues le suelen decir que luego de hacerlo las cambiarán por otras, lo que no es realmente así. Las jóvenes suelen enamorarse con facilidad y el temor de sus padres es que vayan de relación en relación y más allá de poder quedar embarazadas sin desearlo la preocupación está relacionada con las enfermedades que pueden contraer si no son responsables con su cuerpo.

Probablemente hay una hija en nuestra familia con el mismo problema, por eso es importante pensar seriamente en la sexualidad de nuestros adolescentes y no tenerle miedo al tema. Cualquiera sea su decisión, nuestro rol debe ser de ayuda. No dejarlos solos. Los chicos de hoy deben estar informados y cuidados. La información explícita sobre sexo no corrompe. Al contrario, despeja fantasías y otorga confianza en ios padres, si son ellos quienes la dan o la permiten. La sexualidad no puede ser evitada porque está relacionada con la identidad. La ignorancia no es garantía de prevención. La falta de conocimiento no detiene al adolescente para mantener relaciones sexuales.

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Desarrollo y actividades intelectuales

Comienza a interesarse en los sucesos del pasado lejano, se divierte en confeccionar trajes de indio, utensilios indígenas, etc. Los cuentos de hadas son la delicia de chicos y chicas. Saben el día, el mes y el año en que viven. Saben dar el vuelto de cantidades pequeñas. Comienzan a leer las historietas cómicas, ocupación favorita de ahora en adelante. Escuchar la radio es una de sus mayores aficiones, pero principian a desconfiar de lo "real" de sus programas. Extraordinario sentido humorístico, particularmente en los niños talentosos. La experiencia les ha abierto la puerta a la curiosidad por todo en el mundo.

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Cuando se les permite salir sin su compañía y con un grupo de amigos, a sus hijos de 9 o 10 años no está demás recordarles los cuidados y precauciones que debe tener. Primero que nada debe cuidarse con los juegos de barras paralelas y hamacas, no debe pasar por delante ni por detrás cuando estan en movimiento. No deben juntar cosas que vean tiradas y manipularlas, así como no abrir posibles paquetes. Si se encontraran con algo de esto deberían acercarse al personal de vigilancia de la plaza o avisar a otros padres. Tampoco deberían tomar agua de bebederos es mejor que lleven algo de dinero para comprar una gaseosa o agua mineral

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Es cierto que con la aparición de la edad de la adolescencia todo se hace más difícil para los papas poco actualizados. El nene o la nena creció y esto genera ansiedad, pero también se le puede hablar desde otro nivel, más cercano al de un adulto, y esto debe ser aprovechado. Es sumamente favorable el mostrarse orgulloso de los cambios que experimenta su adolescente.

En muchas ocasiones los chicos se sienten culpables por verse grandes, desgarbados e incómodos dentro de su propio cuerpo. La aprobación de los padres será un aspecto fundamental.

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Una de las dudas que se presentan a los padres con hijos pequeños, de unos 9 o 10 años. es permitirle o no que salgan a jugar sin el cuidado de un mayor, por ejemplo a la plaza. No está mal dejarlos ir sin usted pero siempre y cuando vaya con amigos y se le haya enseñado a cuidarse. Es cierto que podrían enumerarse muchos riesgos pero si la educación es la correcta y se le enseña a prever ciertos accidentes está bien que salga, dentro de ciertos límites, con un grupo de amigos. Lo que parece primordial a saber es que no debe alejarse del grupo con el que sale, además de no dialogar con extraños ni aceptar regalos de nadie desconocido.

Hijo adolescente

 

Cuando los niños crecen  y atraviesan la etapa de la adolescencia empieza a molestarles que sus padres pretendan acompañarlos a todos lados. Ellos tienen muchas actividades en las que se pueden desenvolver perfectamente bien solos, como por ejemplo asistir al colegio, a un club deportivo, pero no siempre es así, hay momentos en los que sí deberá estar como los actos escolares o los eventos deportivos que ha estado preparando.  Incluso el adolescente puede hacerle creer a sus padres que le es indiferente que asistan pero tengan en cuenta que esto no es así, necesitan señales de amor y cariño, no todo el tiempo, pero las siguen necesitando como cuando eran pequeños. 

Criticas

Otro de los inconvenientes que surgen en la relación de los padres con los hijos en la edad de la adolescencia es que uno se vuelve demasiado criticón, o sea todo termina molestándole a los padres, la música, la ropa, los amigos, las modas. Esto no debe tratarse de esta forma, pues ellos actuarán de una forma opuesta incrementando los elementos que desagradan a los padres como forma de desafiarlos, acepte sus costumbres, en general son modas pasajeras, quién no las ha vivido.

La salud infantil

En la edad escolar tampoco nos desvela su salud tanto como antes. Una vez que el niño ha superado la edad preescolar, período crítico para las enfermedades de la niñez, los padres cejan un poco en su vigilancia y desasosiego. Se maneja por sí solo gran parte del tiempo y ya ellos no se sienten intranquilos como antes cuando no podían perderle de vista un momento.

La edad escolar

Nos inclinamos a mirar con menos atención a los niños de edad escolar porque su desarrollo no es, ni con mucho, tan evidente como el del niño de tierna edad. El crecimiento corporal se ha hecho más lento. El desenvolvimiento mental se verifica con tanta pausa que lo damos por cosa hecha. Cuando el niño empieza a aprender a hablar todo lo que dice es una novedad y un prodigio. Una vez que llega hacia la mitad de su infancia su capacidad para comprender las cosas y para expresarse ha progresado a tal punto que lo que dice deja de ser extraordinario. Su raciocinio ha mejorado mucho; ya no cree ciegamente en cuentos de hadas ni afirma que son las ramas de los árboles las que hacen que el viento sople.

El niño piensa

Su nueva capacidad de razonar es precisamente lo que le mete miedo a más de un adulto. Mientras que el niño sea de tierna edad y lo ignore casi todo, nosotros los mayores nos sentimos fuertes, validos de nuestro tamaño y facultades. Lo diminuto e indefenso del niño nos hace sentirnos importantes por contraste. Nos divierte su manera inocente de contemplar la vida porque se nos ocurre en el acto: "Ah, todo eso ya lo sabemos con claridad!" Pero a medida que los hijos dependen menos de nosotros, principian a pensar y a discurrir por sí solos.

Edad escolar

Durante el período de la edad escolar, mientras la personalidad del niño se vuelve paulatinamente más compleja, se nos hace cada vez más difícil comprenderle. Su progresiva independencia v su capacidad para pensar y discernir por sí solo son a veces desconcertantes. Da al traste con nuestras nociones de superioridad el aplomo con que el niño comienza a poner en tela de juicio nuestras opiniones y a concebir impávido sus propias ideas.