"Voy al baño y me doy ceunta de que el bebé está saliendo y se cae en el inodoro"
Las pesadillas en las que algo malo sucede a la madre o al recién nacido en el momento del parto son frecuentes en la recta final del embarazo. La fecha del nacimiento se aproxima y, aunque dar a luz no supone, por lo general, ningún riesgo, sigue siendo una experiencia única en la que el dolor y la felicidad van unidos. Y por muy planificado que se tenga el proceso, existe el miedo a que suceda un imprevisto o a que algo escape a ese control.
En estos sueños, la mayoría angustiosos, se entremezcla todo lo que se ha oído, leído o pensado en relación al acontecimiento que se avecina con los miedos de la futura madre: "¿Saldrá todo bien? ¿Podré aguantar el dolor? ¿Gritaré o me estallarán los nervios durante las contracciones?". No todos los sueños que expresan temor al parto son angustiosos, algunos sólo resultan sorprendentes: "Llegaba a la maternidad, elegía un bebé y me lo llevaba". "Estoy en el cine con mi marido y de repente veo que tiene al niño en brazos, ya ha nacido..." "Doy a luz y no siento ningún dolor, no me doy cuenta."
"Salía a hacer unas compras y dejé al niño con mi suegra; al volver a casa me lo había robado" Una pesadilla que se repite con bastante frecuencia es que alguien -muchas veces la suegra- roba al niño. "En algunos cas % señala N lana Peiro, puede tratarse de muí eres que inconscientemente sienten que ellas le robaron el hijo (el marido) a su suegra y sueñan que ella quiere vengarse."
Otro tipo de angustia que aflora en sueños de robo es la de las madres que tienen que volver a trabajar y se sienten culpables por dejar a su hijo en manos de extraños. También resultan terribles los sueños de muerte, pero en la mayoría de los casos su significado es simplemente el de cambio o ruptura con la vida anterior: la mujer deja de ser hija para convertirse en madre, se separa de su familia porque ya tiene una propia, o de sus amigos de soltera, teme que sus nuevas responsabilidades le impidan seguir trabajando...
Sin embargo, no todas las embarazadas tienen malos sueños, algunas, de hecho, no recuerdan ninguno, lo que en principio significa que viven su embarazo sin inquietud. Y también las hay que sí sueñan, y mucho, pero sólo escenas placenteras en las que se ven a sí mismas felices con su hijo y su nueva vida.
Las pesadillas en las que algo malo sucede a la madre o al recién nacido en el momento del parto son frecuentes en la recta final del embarazo. La fecha del nacimiento se aproxima y, aunque dar a luz no supone, por lo general, ningún riesgo, sigue siendo una experiencia única en la que el dolor y la felicidad van unidos. Y por muy planificado que se tenga el proceso, existe el miedo a que suceda un imprevisto o a que algo escape a ese control.
En estos sueños, la mayoría angustiosos, se entremezcla todo lo que se ha oído, leído o pensado en relación al acontecimiento que se avecina con los miedos de la futura madre: "¿Saldrá todo bien? ¿Podré aguantar el dolor? ¿Gritaré o me estallarán los nervios durante las contracciones?". No todos los sueños que expresan temor al parto son angustiosos, algunos sólo resultan sorprendentes: "Llegaba a la maternidad, elegía un bebé y me lo llevaba". "Estoy en el cine con mi marido y de repente veo que tiene al niño en brazos, ya ha nacido..." "Doy a luz y no siento ningún dolor, no me doy cuenta."
"Salía a hacer unas compras y dejé al niño con mi suegra; al volver a casa me lo había robado" Una pesadilla que se repite con bastante frecuencia es que alguien -muchas veces la suegra- roba al niño. "En algunos cas % señala N lana Peiro, puede tratarse de muí eres que inconscientemente sienten que ellas le robaron el hijo (el marido) a su suegra y sueñan que ella quiere vengarse."
Otro tipo de angustia que aflora en sueños de robo es la de las madres que tienen que volver a trabajar y se sienten culpables por dejar a su hijo en manos de extraños. También resultan terribles los sueños de muerte, pero en la mayoría de los casos su significado es simplemente el de cambio o ruptura con la vida anterior: la mujer deja de ser hija para convertirse en madre, se separa de su familia porque ya tiene una propia, o de sus amigos de soltera, teme que sus nuevas responsabilidades le impidan seguir trabajando...
Sin embargo, no todas las embarazadas tienen malos sueños, algunas, de hecho, no recuerdan ninguno, lo que en principio significa que viven su embarazo sin inquietud. Y también las hay que sí sueñan, y mucho, pero sólo escenas placenteras en las que se ven a sí mismas felices con su hijo y su nueva vida.
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