Penas de amor de hijos adolescentes
Las relaciones amorosas entre adolescentes son lábiles, esto significa que el apasionamiento de un día puede disolverse al siguiente. Sin embargo, para todos los jóvenes el amor es algo muy serio, y si se enamoran sin ser correspondidos su dolor es tan profundo como la angustia de los adultos por no ser amados.
Los adolescentes son inestables emocionalmente como una forma inconsciente de protegerse del dolor. Al crecer deben aceptar ciertas cosas como irreversibles y eso les causa un profundo malestar. Deben asumir que ya no son niños, su cuerpo ha cambiado y sus responsabilidades también. Los mitos acerca de los padres como seres fantásticos, sin errores ni limitaciones, se derrumban, descubren que son humanos. Cuando eran chicos pensaban que los padres eran como personajes de historieta, infalibles y todopoderosos, y ahora, más grandes, los desenmascaran con frustraciones y anhelos todavía insatisfechos.
Los adolescentes toman muy en serio sus penas de amor, porque ya están doloridos por otras cosas. Por eso un buen papá y una buena mamá no deben dejarlos solos en este difícil momento.
Las relaciones amorosas entre adolescentes son lábiles, esto significa que el apasionamiento de un día puede disolverse al siguiente. Sin embargo, para todos los jóvenes el amor es algo muy serio, y si se enamoran sin ser correspondidos su dolor es tan profundo como la angustia de los adultos por no ser amados.
Los adolescentes son inestables emocionalmente como una forma inconsciente de protegerse del dolor. Al crecer deben aceptar ciertas cosas como irreversibles y eso les causa un profundo malestar. Deben asumir que ya no son niños, su cuerpo ha cambiado y sus responsabilidades también. Los mitos acerca de los padres como seres fantásticos, sin errores ni limitaciones, se derrumban, descubren que son humanos. Cuando eran chicos pensaban que los padres eran como personajes de historieta, infalibles y todopoderosos, y ahora, más grandes, los desenmascaran con frustraciones y anhelos todavía insatisfechos.
Los adolescentes toman muy en serio sus penas de amor, porque ya están doloridos por otras cosas. Por eso un buen papá y una buena mamá no deben dejarlos solos en este difícil momento.