Todas las preguntas tienen respuesta
Es fundamental contestar siempre a sus preguntas. Irse por la tangente o eludir el tema es defraudarlos y coartar su natural curiosidad. Debemos responder la verdad, explicar las cosas de una forma clara, natural, cargada de sentido común. Evitar los razonamientos complicados, los tecnicismos y el obsesionarnos por dar una respuesta muy precisa. Respondamos de modo natural y ayudándonos de pequeñas comparaciones y ejemplos.
El niño no siempre podrá entendernos, pero esto no es tan grave. Lo que importa es que sepa que las preguntas tienen respuestas. Nuestra misión es responder a las cuestiones más complicadas de la forma más espontánea posible, de la misma manera que se contesta a cualquier otro interrogante que planteen.
En el mercado existen buenos libros dedicados a los niños, con ilustraciones y explicaciones sencillas, que son excelentes auxiliares de los papis en este tipo de información. Y una regla de oro: adaptar la respuesta a la mentalidad de cada chico, no dando más explicaciones si queda satisfecho. No ir nunca más allá de lo que su curiosidad pide. Tan malo es quedarse corto como excederse y dar una explicación que no entienden o no viene al caso. Y, sobre todo, hay que hablarles del sexo honestamente, explicando sus peligros para que puedan defenderse. El sexo es un valor y no hay que relacionarlo con temas negativos, ya que se corre el riesgo de que se identifique así. Es bueno que los chicos ejerzan su sexualidad. Es una calle que tienen que aprender a cruzar, no un precipicio.
Es fundamental contestar siempre a sus preguntas. Irse por la tangente o eludir el tema es defraudarlos y coartar su natural curiosidad. Debemos responder la verdad, explicar las cosas de una forma clara, natural, cargada de sentido común. Evitar los razonamientos complicados, los tecnicismos y el obsesionarnos por dar una respuesta muy precisa. Respondamos de modo natural y ayudándonos de pequeñas comparaciones y ejemplos.
El niño no siempre podrá entendernos, pero esto no es tan grave. Lo que importa es que sepa que las preguntas tienen respuestas. Nuestra misión es responder a las cuestiones más complicadas de la forma más espontánea posible, de la misma manera que se contesta a cualquier otro interrogante que planteen.
En el mercado existen buenos libros dedicados a los niños, con ilustraciones y explicaciones sencillas, que son excelentes auxiliares de los papis en este tipo de información. Y una regla de oro: adaptar la respuesta a la mentalidad de cada chico, no dando más explicaciones si queda satisfecho. No ir nunca más allá de lo que su curiosidad pide. Tan malo es quedarse corto como excederse y dar una explicación que no entienden o no viene al caso. Y, sobre todo, hay que hablarles del sexo honestamente, explicando sus peligros para que puedan defenderse. El sexo es un valor y no hay que relacionarlo con temas negativos, ya que se corre el riesgo de que se identifique así. Es bueno que los chicos ejerzan su sexualidad. Es una calle que tienen que aprender a cruzar, no un precipicio.