El lenguaje es fundamental en el desarrollo humano, ya que es clave en la estructuración del pensamiento, y las dificultades pueden influir en las capacidades cognitivas. Desde bebés, hay que hablar mucho con nuestros hijos, ofreciéndoles un modelo claro y correcto que, poco a poco, por medio de la imitación irán haciendo suyo.
Una de las alteraciones más frecuentes es la disfemia (tartamudez). Se detecta a partir de los siete años. Antes de esa edad, algunos niños tartamudean, pero puede deberse a una simple cuestión evolutiva que, probablemente, desaparecerá con el tiempo. Sólo si los síntomas persisten, conviene ponerse en manos de un especialista.
Por desgracia, el tartamudeo influye en el rendimiento escolar si no se le da un tratamiento adecuado, ya que genera mucha inseguridad en quien lo padece, sobre todo en situaciones de grupo como las que se dan en el colegio, haciendo que el niño se inhiba. Es fundamental que estos niños crezcan en un ambiente relajado y no se los interrumpa nunca para corregirlos.
Una de las alteraciones más frecuentes es la disfemia (tartamudez). Se detecta a partir de los siete años. Antes de esa edad, algunos niños tartamudean, pero puede deberse a una simple cuestión evolutiva que, probablemente, desaparecerá con el tiempo. Sólo si los síntomas persisten, conviene ponerse en manos de un especialista.
Por desgracia, el tartamudeo influye en el rendimiento escolar si no se le da un tratamiento adecuado, ya que genera mucha inseguridad en quien lo padece, sobre todo en situaciones de grupo como las que se dan en el colegio, haciendo que el niño se inhiba. Es fundamental que estos niños crezcan en un ambiente relajado y no se los interrumpa nunca para corregirlos.
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