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viernes, 24 de junio de 2011

La escritura de los niños


A los 9 o 10 años, para nuestros hijos la escuela empieza a ser ya algo muy serio. Reciben sus primeras notas y los resultados de las pruebas les afectan mucho.

Pero Daniel, otra vez has vuelto a escribir burro con «v»; siempre haces la misma falta», o «¡Mónica, ¿cuántas veces tengo que decirte que delante de «b» y «p» se escribe siempre «m» y no «n»? Advertencias o recriminaciones de este tipo suelen ser muy frecuentes cada vez que los padres nos detenemos en el último dictado que nuestro hijo ha hecho en el colegio, o bien cuando repasamos la carta que han escrito a los abuelos.

Nos preocupa su escritura. Es natural que al ver que nuestros hijos tienen cierta dificultad con la ortografía intentemos evitarlo de alguna manera. Queda fuera de dudas que adoptar una postura de recriminaciones o castigos no es en ningún momento lo más adecuado, y más si tenemos en cuenta que son muy variadas las posibilidades, mediante juegos o fichas de palabras, que tienes de ayudar a tu hijo en este terreno. Tu ayuda, como suplemento a la enseñanza recibida en sus clases de lenguaje, puede resultarle muy útil y divertida a la vez.

jueves, 24 de marzo de 2011

Problemas de lenguaje


El lenguaje es fundamental en el desarrollo humano, ya que es clave en la estructuración del pensamiento, y las dificultades pueden influir en las capacidades cognitivas. Desde bebés, hay que hablar mucho con nuestros hijos, ofreciéndoles un modelo claro y correcto que, poco a poco, por medio de la imitación irán haciendo suyo.

Una de las alteraciones más frecuentes es la disfemia (tartamudez). Se detecta a partir de los siete años. Antes de esa edad, algunos niños tartamudean, pero puede deberse a una simple cuestión evolutiva que, probablemente, desaparecerá con el tiempo. Sólo si los síntomas persisten, conviene ponerse en manos de un especialista.

Por desgracia, el tartamudeo influye en el rendimiento escolar si no se le da un tratamiento adecuado, ya que genera mucha inseguridad en quien lo padece, sobre todo en situaciones de grupo como las que se dan en el colegio, haciendo que el niño se inhiba. Es fundamental que estos niños crezcan en un ambiente relajado y no se los interrumpa nunca para corregirlos.