Existen otras posibilidades. La variedad de juegos idiomáticos encaminado la corrección de faltas ortográficas o apoyo de una defectuosa pronunciación muy amplia. Un ejemplo sería el de formar con las letras de una palabra —o-r-t-o-g-r-a-f-í-a por ejemplo— todas las palabras posibles; por supuesto está permitido el uso del diccionario.
Otro caso es el intentar descubrir nuevas palabras en texto cualquiera, por ejemplo: «nueve lámparas son diez puntos de luz», porque entre ellas hay una vela.
La renovación del dictado. Para muechos profesores el dictado sigue siendo el método preferido para examinar la ortografía de los alumnos. Pero existen maneras de conseguir que los dictados tengan más sentido. En cualquiera de los casos, no se trata de contar las faltas, marcarlas con rojo y anotarlas al final. Más bien hay que intentar que el niño evite esas faltas. Es muy positivo que el alumno aprenda a reconocerlas y corregirlas por sí mismo. Existen diferentes juegos en torno a los dictados que pueden servir de ayuda a los problemas del niño si le damos una ayuda y los realizamos juntos en casa.
Otro caso es el intentar descubrir nuevas palabras en texto cualquiera, por ejemplo: «nueve lámparas son diez puntos de luz», porque entre ellas hay una vela.
La renovación del dictado. Para muechos profesores el dictado sigue siendo el método preferido para examinar la ortografía de los alumnos. Pero existen maneras de conseguir que los dictados tengan más sentido. En cualquiera de los casos, no se trata de contar las faltas, marcarlas con rojo y anotarlas al final. Más bien hay que intentar que el niño evite esas faltas. Es muy positivo que el alumno aprenda a reconocerlas y corregirlas por sí mismo. Existen diferentes juegos en torno a los dictados que pueden servir de ayuda a los problemas del niño si le damos una ayuda y los realizamos juntos en casa.
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