Es obvio que un sorbo de sidra la noche de Navidad o una cerveza muy de tanto en tanto no producen efectos alarmantes. Pero el consumo continuado y prematuro de alcohol puede ser terriblemente destructivo para los adolescentes.
¿Qué pasa, realmente, en el organismo joven? ¿Cómo actúa el alcohol? Según los médicos, disminuye la capacidad de reacción, de concentración y de pensamiento autónomo, influye en el estado de ánimo produciendo cambios bruscos en él, trastoca el crecimiento de las células, afecta al sistema circulatorio y a órganos como el hígado y el estómago, puede ocasionar problemas sexuales y en intoxicaciones graves, es capaz de producir el estado de coma o -por más espantoso que resulte- incluso la muerte.
Los "tragos largos" que se ofrecen en algunos sitios bailables pueden actuar como mezclas explosivas. Y los riesgos aumentan, lógicamente, si junto con ellos se ingiere alguna otra droga, como marihuana o anfetaminas.
Sería bueno que padres y jóvenes tuvieran presente que no es necesario llegar a tales extremos para que el alcohol acarree problemas. Y ahí está el tema de la sexualidad para demostrarlo. Ya no én el caso de los púberes sino en el de los jóvenes, que tal vez están por iniciar su vida sexual, una "borrachera", aunque leve, puede dejar secuelas difíciles de borrar.
En efecto, se sabe y está suficientemente demostrado que, a pesar de que una o dos copas suelen actuar como estimulantes, el exceso de alcohol es un implacable inhibidor sexual. El joven que pretenda tener sus primeras relaciones en este estado comprobará que no puede. Tal vez advierta que esta impotencia se debe al alcohol, pero lo más probable es que no se dé cuenta y lo atribuya, en cambio, a oscuros factores orgánicos.
El cúmulo de dudas, temores e inhibiciones sexuales que suele acompañar a la sexualidad adolescente aumentará entonces aún más, y se prolongará en el tiempo. Los sexólogos acostumbran recordar que muchos de los casos de impotencia que llegan a sus consultorios reconocen sus orígenes en estos hechos tempranos.
Afortunadamente, la "onda verde" y ecológica que está prendiendo en buena parte de la juventud hace que muchos jóvenes empiecen a decirle no al tabaco, al alcohol y otras drogas. Esto sucede mayormente entre algunos púberes que, por otra parte, suelen estar ayudados por la actitud responsable de los padres y de ciertas campañas preventivas.
¿Qué pasa, realmente, en el organismo joven? ¿Cómo actúa el alcohol? Según los médicos, disminuye la capacidad de reacción, de concentración y de pensamiento autónomo, influye en el estado de ánimo produciendo cambios bruscos en él, trastoca el crecimiento de las células, afecta al sistema circulatorio y a órganos como el hígado y el estómago, puede ocasionar problemas sexuales y en intoxicaciones graves, es capaz de producir el estado de coma o -por más espantoso que resulte- incluso la muerte.
Los "tragos largos" que se ofrecen en algunos sitios bailables pueden actuar como mezclas explosivas. Y los riesgos aumentan, lógicamente, si junto con ellos se ingiere alguna otra droga, como marihuana o anfetaminas.
Sería bueno que padres y jóvenes tuvieran presente que no es necesario llegar a tales extremos para que el alcohol acarree problemas. Y ahí está el tema de la sexualidad para demostrarlo. Ya no én el caso de los púberes sino en el de los jóvenes, que tal vez están por iniciar su vida sexual, una "borrachera", aunque leve, puede dejar secuelas difíciles de borrar.
En efecto, se sabe y está suficientemente demostrado que, a pesar de que una o dos copas suelen actuar como estimulantes, el exceso de alcohol es un implacable inhibidor sexual. El joven que pretenda tener sus primeras relaciones en este estado comprobará que no puede. Tal vez advierta que esta impotencia se debe al alcohol, pero lo más probable es que no se dé cuenta y lo atribuya, en cambio, a oscuros factores orgánicos.
El cúmulo de dudas, temores e inhibiciones sexuales que suele acompañar a la sexualidad adolescente aumentará entonces aún más, y se prolongará en el tiempo. Los sexólogos acostumbran recordar que muchos de los casos de impotencia que llegan a sus consultorios reconocen sus orígenes en estos hechos tempranos.
Afortunadamente, la "onda verde" y ecológica que está prendiendo en buena parte de la juventud hace que muchos jóvenes empiecen a decirle no al tabaco, al alcohol y otras drogas. Esto sucede mayormente entre algunos púberes que, por otra parte, suelen estar ayudados por la actitud responsable de los padres y de ciertas campañas preventivas.
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