Está claro que la última decisión debe corresponder a los padres, pero considerar las opiniones de los hijos contribuye a crear un buen clima familiar.
Nadie querrá afirmar en serio que una dictadura es preferible a un sistema democrático. Sin embargo, dentro de la familia se conservan estructuras de poder que distan mucho de ser democráticas. Naturalmente, los padres de hoy son dictadores bondadosos, que explican y tratan de convencer. Pero la última palabra, desde luego, la tienen ellos.
Por supuesto que hay muchas cuestiones que no podemos negociar con los hijos porque, si por ellos fuera, tal vez no encontrarían el momento apropiado para irse a la cama ni el mejor día para comer pescado.
Nadie querrá afirmar en serio que una dictadura es preferible a un sistema democrático. Sin embargo, dentro de la familia se conservan estructuras de poder que distan mucho de ser democráticas. Naturalmente, los padres de hoy son dictadores bondadosos, que explican y tratan de convencer. Pero la última palabra, desde luego, la tienen ellos.
Por supuesto que hay muchas cuestiones que no podemos negociar con los hijos porque, si por ellos fuera, tal vez no encontrarían el momento apropiado para irse a la cama ni el mejor día para comer pescado.