Cuando el niño se encuentra entre los seis a doce años su relación con la ropa y su aspecto cambia. Es mucho más consciente de lo que traen puesto los demás, y quiere parecerse a ellos. Ser diferente es tan mortificante para un niño de su edad como lo es para un hombre el ser de muy corta estatura o para una mujer el ser demasiado gorda. El calzado, la gorra, los trajes o el peinado que se apartan de los que lleva la mayoría bien pueden ser motivo de viva humillación. Es bueno considerar sus gustos y sus decisiones a la hora de vestirse o de comprar ropa, esto mejorará mucho su autoestima.
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