El pudor que suelen experimentar algunas niñas durante las primeras menstruaciones puede llevarlas a adoptar recursos higiénicos perjudiciales, sobre todo si no se sienten suficientemente seguras para hablar del tema abiertamente. Es importante aclarar que alcanza con cambiar la toalla higiénica varias veces en el día y lavarse más a menudo que lo habitual. Pero no es necesario realizar "baños de asiento" -como se recomendaba antiguamente- ni lavados internos vaginales, que pueden ser dañinos. Del mismo modo, resulta innecesario, y hasta riesgoso, emplear toallas higiénicas "perfumadas" o con desodorante.
Las dudas "¿Cuándo voy a usar corpino?, ¿me puedo depilar las piernas?, ¿por qué me sale tanto vello?, o ¿por qué no me sale?"... En esta etapa, las dudas y los interrogantes son muchos. Por eso, más allá de las explicaciones "técnicas" -que se encuentran al alcance de cualquier libro de divulgación- es bueno tener en claro que nuestras hijas requieren comprensión y apoyo para transitar este momento de su vida. Detrás de su ansiedad, y de sus preguntas se encuentra la angustia de perder sus formas infantiles y convertirse en mujer, que por ser algo desconocido todavía puede despertar temor.
Con el mismo espíritu amplio y comprensivo deberíamos tener presente que todo este vendaval hormonal que provoca la menarca también se manifiesta en estados de ánimo cambiantes. La mujercita necesita que le respeten su intimidad, su necesidad ocasional de estar sola en su cuarto. Pensemos que no le pasa nada, o mejor dicho, ie pasa mucho: está creciendo y necesita acostumbrarse al gran cambio.
Las dudas "¿Cuándo voy a usar corpino?, ¿me puedo depilar las piernas?, ¿por qué me sale tanto vello?, o ¿por qué no me sale?"... En esta etapa, las dudas y los interrogantes son muchos. Por eso, más allá de las explicaciones "técnicas" -que se encuentran al alcance de cualquier libro de divulgación- es bueno tener en claro que nuestras hijas requieren comprensión y apoyo para transitar este momento de su vida. Detrás de su ansiedad, y de sus preguntas se encuentra la angustia de perder sus formas infantiles y convertirse en mujer, que por ser algo desconocido todavía puede despertar temor.
Con el mismo espíritu amplio y comprensivo deberíamos tener presente que todo este vendaval hormonal que provoca la menarca también se manifiesta en estados de ánimo cambiantes. La mujercita necesita que le respeten su intimidad, su necesidad ocasional de estar sola en su cuarto. Pensemos que no le pasa nada, o mejor dicho, ie pasa mucho: está creciendo y necesita acostumbrarse al gran cambio.
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