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miércoles, 27 de abril de 2011

Las precauciones ante el desarrollo de las niñas


El pudor que suelen experimentar algunas niñas durante las primeras menstruaciones puede llevarlas a adoptar recursos higiénicos perjudiciales, sobre todo si no se sienten suficientemente seguras para hablar del tema abiertamente. Es importante aclarar que alcanza con cambiar la toalla higiénica varias veces en el día y lavarse más a menudo que lo habitual. Pero no es necesario realizar "baños de asiento" -como se recomendaba antiguamente- ni lavados internos vaginales, que pueden ser dañinos. Del mismo modo, resulta innecesario, y hasta riesgoso, emplear toallas higiénicas "perfumadas" o con desodorante.

Las dudas "¿Cuándo voy a usar corpino?, ¿me puedo depilar las piernas?, ¿por qué me sale tanto vello?, o ¿por qué no me sale?"... En esta etapa, las dudas y los interrogantes son muchos. Por eso, más allá de las explicaciones "técnicas" -que se encuentran al alcance de cualquier libro de divulgación- es bueno tener en claro que nuestras hijas requieren comprensión y apoyo para transitar este momento de su vida. Detrás de su ansiedad, y de sus preguntas se encuentra la angustia de perder sus formas infantiles y convertirse en mujer, que por ser algo desconocido todavía puede despertar temor.

Con el mismo espíritu amplio y comprensivo deberíamos tener presente que todo este vendaval hormonal que provoca la menarca también se manifiesta en estados de ánimo cambiantes. La mujercita necesita que le respeten su intimidad, su necesidad ocasional de estar sola en su cuarto. Pensemos que no le pasa nada, o mejor dicho, ie pasa mucho: está creciendo y necesita acostumbrarse al gran cambio.

lunes, 25 de abril de 2011

Hablar de anticonceptivos


No se puede cerrar los ojos. Convertirse en mujer implica ser capaz de procrear. Es cierto que durante los primeros períodos, muy raras veces tiene lugar una ovulación efectiva. También pasará mucho tiempo antes de que la ovulación sea realmente regular. Pero no existen garantías de que la joven no quede embarazada si mantiene relaciones sexuales.

Muchos padres de chicas de 11 ó 12 años se sienten un poco perplejos ante la idea de tener que abordar este tema con sus hijas. Pero también deberían saber que el seis por ciento de las niñas de 14 años, el 20 por ciento de las de 15 y el 44 por ciento de las de 16 años, empiezan a tener relaciones sexuales, por más precoz qué pueda parecer esta iniciación.

Y lo más grave del asunto es que la mayoría de ellas no toman medidas anticonceptivas las primeras veces. Sabemos que es difícil hablar con las adolescentes sobre los temas referentes a la sexualidad y, en especial, sobre el tema de los anticonceptivos. Pero, un embarazo no deseado puede ser mil veces más traumático que una conversación sincera entre madre e hija. La información es fundamental, tanto si se trata de su primera regla y su significado como si se intenta prevenir un paso en falso. Hablar es la regla de oro.

domingo, 17 de abril de 2011

La regla es irregular


Otra cuestión importante que hay que saber es que sólo un uno por ciento de las mujeres tienen el período puntualmente cada 28 días, durante un largo lapso de su vida. Simplemente un viaje, un cambio de clima, una fiebre infecciosa, un problema emocional, un examen difícil... pueden desbaratar totalmente el ciclo de una mujer.

Ya lo dicen medio en broma los ginecólogos: lo único regular de la regla es su irregularidad. Además, el ritmo menstrual varía con la edad. Las chicas entre 13 y 17 años tienen un ciclo de una duración media de 34 días aproximadamente con una desviación normal de nueve días hacia atrás o hacia adelante. En cambio, entre los 30 y los 40 años, el ciclo dura, por término medio, unos 28 ó 30 días.

Volviendo a las jóvenes, después de la primera hemorragia menstrual, las siguientes pueden producirse después de seis semanas o 28 días, siendo ambos casos normales. A menudo ocurre también que después de los primeros ciclos, aparentemente ya regulares, la regla desaparece durante algún tiempo. Esto es totalmente normal, ya que el cuerpo todavía se está organizando y tarda en estabilizarse.

La irregularidad de estos cambios hormonales puede resultar engorrosa para muchas chicas, ya que genera ansiedad. A ello se le suma el hecho de que no acostumbran llevar preventivamente una toalla higiénica a todas partes. De todos modos, actualmente esta situación no es "dramática", porque la publicidad habla con mucha naturalidad de los productos higiénicos; fácilmente pueden pedir una toallita o un tampón prestados.

miércoles, 13 de abril de 2011

La llegada de la menstruación


Llegue en el momento que llegue, la regla suele aparecer inesperadamente. Esto no deja de ser extraño, ya que la menstruación no es un hecho venido del cielo. Mucho tiempo antes, la maduración del cuerpo lo va avisando. El crecimiento de los pechos y del vello púbico empieza uno o dos años antes.

Además, en la mitad de las niñas aparece, entre seis y doce meses antes de la primera regla, el llamado flujo blanco, una secreción viscosa y blanquecina que puede llegar a ser muy abundante. Algunas se asustan ante este hecho. Sin embargo, no se trata de una enfermedad sino de una señal de que los ovarios ya han empezado su producción de estrógeno, la hormona sexual femenina.

Otras chicas sienten, poco antes de su primera menstruación, unos tirones en el vientre o dolores de cabeza. Desde luego, no todas las jóvenes celebran con vítores la aparición de la regla sólo por convertirse en mujer. Muchas se sienten irritadas, asustadas, extrañas y enfermas. A las que no se les ha explicado lo que les va a suceder y les sorprende la regla por la noche, por la mañana corren preocupadas a preguntar a su madre qué es esa mancha de sangre.

Por todo ello, conviene hablar de este tema con antelación y claridad, evitando viejos prejuicios. Hay que explicarles que la sangre de la menstruación no es algo sucio que se debe expulsar. La niña debe saber que el útero se prepara cada mes para recibir un óvulo fecundado, formándose una mucosa gruesa y fuertemente irrigada para que allí pueda instalarse un embrión. Si el óvulo no se fecunda, entonces el cuerpo se deshace de esta mucosa que sale al exterior a través de la vagina.

Por otra parte, no hay que sobreestimar esta pérdida de sangre. Algunas mujeres creen perder hasta tres litros durante el periodo. En realidad, la sangre expulsada cabe en una tacita de café. También conviene saber que la sangre no fluye continuamente, sino que va cayendo gota a gota en diversas oleadas. La hemorragia se puede cortar incluso durante algunas horas. En los dos primeros días es más abundante que en los restantes y a la mayoría de adolescentes les dura entre cuatro y seis días.

sábado, 9 de abril de 2011

La primera menstruación de una hija


Estar mal», «estar indispuesta», «tener el asunto», «tener el mes» e, incluso, expresiones tan irrisorias como «ha venido mi tío Andrés», se han utilizado y se siguen usando para designar algo tan natural y sencillo como la menstruación.

Evidentemente, la joven tiene que estar preparada para este importante acontecimiento. En realidad, si ella ha crecido en un ambiente familiar abierto, no necesita una preparación especial. Pero sí debe estar suficientemente informada y cuanto antes mejor, ya que la menarca (primera menstruación) se ha adelantado progresivamente en la últimas décadas. A principios de siglo, la edad menárquica media era de 14 años, mientras que ahora, en general, la primera regla se produce alrededor de los 12 años.

De todas maneras, este lapso es variable. Una joven puede experimentar su primera regla a los 10 años y otras a los 15 o más tarde. Las causas que inciden en que ésta se produzca antes o después son varias: factores hereditarios, circunstancias sociales favorables o desfavorables, condiciones climáticas, talla y peso corporal... Evidentemente, no hay pautas fijas y conviene no obsesionarse con el tema. Es un hecho natural, aunque su llegada suele ocasionar ansiedad y, a veces, conflictos.