El cambio de mentalidad del padre que descubre una nueva posición con respecto a sus hijos es desparejo a lo largo del país. En algunas ciudades, los padres ya viven la crianza de sus chicos en un sentido más integral, mientras que en otras todavía cuesta más que el hombre, la mujer, los tíos y los abuelos acepten que el varón puede ocuparse del bebé de la misma forma que la mujer.
Esto tiene que ver con la información, que tiene una distribución similar a la de la riqueza: cada vez son menos los que acceden a las novedades, cada vez son más los que mantienen costumbres de otras épocas que podrían cambiarse por otras que generan mejores resultados. Otro tema que va tomando cada vez más peso en la sociedad es la ausencia del padre. El número de madres solteras es cada vez más alto.
También resulta preocupante que la educación pública no se proponga brindar información acerca de la importancia de la maternidad y la paternidad, del cuidado de la anticoncepción y la prevención de enfermedades de transmisión sexual. Sería bueno que se le diera más importancia al tema, para que los chicos pudieran ir pensando en su futuro rol familiar desde jóvenes.
Habría que hablarles de la crianza, de las distintas etapas del desarrollo de los niños, de los buenos hábitos y de muchas cuestiones que puedan darles una formación complementaria a la que reciben en sus casas con respecto a la paternidad. Y, para los chicos que no van a la escuela, las radios y los programas masivos de televisión podrían incluir mensajes educativos.
El chico que se cría sin padre va formándose con diferencias con respecto al que tiene padre y madre. Esta situación que no es ideal genera algunas consecuencias. La mayoría de estos nenes tiene más problemas en la escuela por su rendimiento y por su conducta. Incluso el índice de delincuencia en chicos mayores de 18 años aumenta en el grupo de los que se criaron sin padre.
El padre siempre fue el encargado de mostrarle el mundo a sus hijos, por ser quien tradicionalmente trabajó fuera de la casa. Y también es el que "trae el mundo a casa". Una de sus funciones emblemáticas es la de establecer las normas. Hoy en día la madre se maneja con criterio propio y no amenaza al hijo con lo que va a pasarle cuando llegue el papá; de todos modos en la mayoría de los casos encarna la ley dentro del hogar. Por eso su ausencia se hace sentir.
Siempre es tiempo de mejorar o establecer un vínculo, si los primeros años de vida de los chicos el padre no estuvo presente o bien no llegó a involucrarse del todo en su crianza, puede recuperar su lugar en la vida de sus hijos. Todas las relaciones se cultivan y se van armando de acuerdo a las personalidades. En algunas hace falta tener más paciencia y otras son más espontáneas, pero siempre se pueden empezar a construir.
Esto tiene que ver con la información, que tiene una distribución similar a la de la riqueza: cada vez son menos los que acceden a las novedades, cada vez son más los que mantienen costumbres de otras épocas que podrían cambiarse por otras que generan mejores resultados. Otro tema que va tomando cada vez más peso en la sociedad es la ausencia del padre. El número de madres solteras es cada vez más alto.
También resulta preocupante que la educación pública no se proponga brindar información acerca de la importancia de la maternidad y la paternidad, del cuidado de la anticoncepción y la prevención de enfermedades de transmisión sexual. Sería bueno que se le diera más importancia al tema, para que los chicos pudieran ir pensando en su futuro rol familiar desde jóvenes.
Habría que hablarles de la crianza, de las distintas etapas del desarrollo de los niños, de los buenos hábitos y de muchas cuestiones que puedan darles una formación complementaria a la que reciben en sus casas con respecto a la paternidad. Y, para los chicos que no van a la escuela, las radios y los programas masivos de televisión podrían incluir mensajes educativos.
El chico que se cría sin padre va formándose con diferencias con respecto al que tiene padre y madre. Esta situación que no es ideal genera algunas consecuencias. La mayoría de estos nenes tiene más problemas en la escuela por su rendimiento y por su conducta. Incluso el índice de delincuencia en chicos mayores de 18 años aumenta en el grupo de los que se criaron sin padre.
El padre siempre fue el encargado de mostrarle el mundo a sus hijos, por ser quien tradicionalmente trabajó fuera de la casa. Y también es el que "trae el mundo a casa". Una de sus funciones emblemáticas es la de establecer las normas. Hoy en día la madre se maneja con criterio propio y no amenaza al hijo con lo que va a pasarle cuando llegue el papá; de todos modos en la mayoría de los casos encarna la ley dentro del hogar. Por eso su ausencia se hace sentir.
Siempre es tiempo de mejorar o establecer un vínculo, si los primeros años de vida de los chicos el padre no estuvo presente o bien no llegó a involucrarse del todo en su crianza, puede recuperar su lugar en la vida de sus hijos. Todas las relaciones se cultivan y se van armando de acuerdo a las personalidades. En algunas hace falta tener más paciencia y otras son más espontáneas, pero siempre se pueden empezar a construir.