El factor emocional es otro punto a tener en cuenta al buscar las causas de las dificultades de aprendizaje de nuestros hijos. Los chicos que sufrieron sucesivas mudanzas o comparten dos casas como consecuencia de la separación de sus padres suelen tener dificultades para organizar y reconocer como propios ciertos espacios, por ejemplo su cuarto con los juguetes. Si esto ocurre, es posible que también les resulte complicado organizar estructuras fuera de sí. Finalmente, un tercer factor es la falta de estimulación en el hogar, que genera cierto grado de inmadurez y provoca cuadros similares.
La consulta con una psicopedagoga, así como la posibilidad de iniciar una psicoterapia son alternativas válidas. Recuerde que cuanto más temprano se trate más fácil será superar la situación. Más adelante las dificultades aparecen con el aprendizaje de las cuatro operaciones matemáticas ya que este tipo de conocimiento está íntimamente vinculado con lo emocional. La resta y la división son las más conflictivas ya que traducidas al lenguaje concreto significan sacar y separar. Muchas veces, los chicos se resisten a aprender estas operaciones como una manera de defenderse de las pérdidas: separación de los papas, nacimiento de un hermanito, muerte de un abuelo, etc. Aquí no sólo es importante trabajar con la situación emocional desencadenante, sino también reforzar el mecanismo de la operación matemática.
En los años posteriores las dificultades se relacionan con materias específicas, por eso es siempre importante averiguar qué conflicto personal puede interferir entre el chico y ese tipo de conocimiento.
La consulta con una psicopedagoga, así como la posibilidad de iniciar una psicoterapia son alternativas válidas. Recuerde que cuanto más temprano se trate más fácil será superar la situación. Más adelante las dificultades aparecen con el aprendizaje de las cuatro operaciones matemáticas ya que este tipo de conocimiento está íntimamente vinculado con lo emocional. La resta y la división son las más conflictivas ya que traducidas al lenguaje concreto significan sacar y separar. Muchas veces, los chicos se resisten a aprender estas operaciones como una manera de defenderse de las pérdidas: separación de los papas, nacimiento de un hermanito, muerte de un abuelo, etc. Aquí no sólo es importante trabajar con la situación emocional desencadenante, sino también reforzar el mecanismo de la operación matemática.
En los años posteriores las dificultades se relacionan con materias específicas, por eso es siempre importante averiguar qué conflicto personal puede interferir entre el chico y ese tipo de conocimiento.