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domingo, 21 de agosto de 2011

Combatir la pediculosis


En el mercado existen lociones o champúes apropiados para combatir la pediculosis, pero nada para prevenirla. Algunos de los que más rápidamente terminan con el problema, contienen líndano y requieren una aplicación cuidadosa porque puejjen tener efectos adversos por absorción a través de la piel. Otros, por tener en su formulación piretrinas naturales potencializadas son capaces de solucionar el problema con una sola aplicación. Existen también algunos que requieren un tratamiento más prolongado. De todos modos, cualquiera de ellos usado en los momentos de tratamiento y no en forma habitual está preparado para ser bien tolerado.

Después del último enjuague, hay que peinar los cabellos desde las raíces hasta las puntas con un peine de dientes muy finitos para sacar las liendres. Las más rebeldes requieren de las uñas. Conviene lavar el peine utilizado por el piojoso con la loción o champú elegido.

Aunque el piojo se aloja en cualquier cabeza (grande o chica, limpia o sucia, peluda o rala), los cabellos cortos o recogidos les resultan un obstáculo: no son la mejor pista de aterrizaje para este insecto que camina, pero no salta.

Ante el primer síntoma de pediculosis, revise la cabeza de toda la familia. Si su "piojito" tiene liendres o piojos, avise en la escuela y hágalo faltar dos días para realizar el tratamiento y evitar la propagación de esta epidemia.

viernes, 19 de agosto de 2011

Piojos en la cabeza


Pediculosis es el nombre de esta epidemia de carácter mundial que aunque no depende de estaciones climáticas se hace más intensa durante el período escolar y en los niños, los más propensos a jugar amucheados y a entrechocar sus cabezas favoreciendo así el contagio.

Este insecto que mide entre 1 y 2 mm, se alimenta exclusivamente de sangre humana, por lo que sólo nuestros congéneres nos lo pueden contagiar. De color blanco grisáceo, con extremidades para deslizarse entre los cabellos, su diminuta boca es la que realiza la succión: es entonces cuando pica.

Fuera de una humana cabeza, difícilmente sobrevive más de un día. En ella, prefiere habitar en la nuca y detrás de las orejas, lugares "de pique" preferidos.

A lo largo de una vida que no supera el mes y medio, las hembras llegan a depositar hasta doscientos huevos (las liendres) que con su tamaño menor al milímetro se adhieren a los cabellos y en un par de semanas pueden convertirse en piojos adultos prestos a reproducirse en el mismo lugar o en otro vecino.

La picazón, el síntoma más importante de la pediculosis, obliga a observar con paciencia la cabeza del sospechado y a revisarla minuciosamente cerca de una fuente luminosa en busca de piojos o liendres. Si el piojo ha preferido nuevos rumbos, posiblemente haya dejado sus huevos. A simple vista, las liendres se confunden con la caspa, pero mientras aquéllas son brillantes y semitransparentes y están adheridas al cabello, la caspa es opaca y cae si se sacude el pelo.