Con respecto a los menos afortunados, hemos de pensar primero en los motivos de su fracaso escolar, ya que cada caso es distinto. Y si la clave de una buena recuperación reside justamente en que ésta se adapte a las características concretas de cada niño, no olvidemos que no existen cuadernitos "a medida". Por lo tanto, no pueden ayudar a todos los escolares por igual.
Además, el verano no suele ser una época propicia para recuperar un curso entero. Por lo general, el trabajo forzado sólo consigue aumentar la desmotivación del niño y su aversión por el estudio. Esto no significa que haya que abandonarlo a su suerte pero, desde luego, su salvación no pasa por llenarle las vacaciones con cuadernitos.
Cómo mínimo, sería conveniente darle un mes de absoluta vacación escolar, sin trabajo, antes de tomar otras medidas; por ejemplo:
• Elaborar junto con la maestra un plan de estudios individualizado para recuperar en vacaciones. Dicho plan debe incluir, además, un horario de estudio, la creación de un clima adecuado que favorezca la concentración, y cuadernitos sólo como un material de apoyo más (no el único).
• Si existe la voluntad o la costumbre de utilizar estos cuadernitos, no debemos elegir el primero que veamos sino aquellos que guarden mayor relación con los libros de texto utilizados durante el curso; los que no supongan un gran cambio en los modos de explicar y presenten el trabajo al que el niño está acostumbrado y los que admitan la utilización de otros materiales.
En cualquier caso, nunca deberíamos olvidar que para nosotros las vacaciones son sagradas, lo hayamos hecho bien o mal durante el año. Nosotros, los adultos, necesitamos cambiar de actividad si queremos volver revitalizados, ellos también.
Además, el verano no suele ser una época propicia para recuperar un curso entero. Por lo general, el trabajo forzado sólo consigue aumentar la desmotivación del niño y su aversión por el estudio. Esto no significa que haya que abandonarlo a su suerte pero, desde luego, su salvación no pasa por llenarle las vacaciones con cuadernitos.
Cómo mínimo, sería conveniente darle un mes de absoluta vacación escolar, sin trabajo, antes de tomar otras medidas; por ejemplo:
• Elaborar junto con la maestra un plan de estudios individualizado para recuperar en vacaciones. Dicho plan debe incluir, además, un horario de estudio, la creación de un clima adecuado que favorezca la concentración, y cuadernitos sólo como un material de apoyo más (no el único).
• Si existe la voluntad o la costumbre de utilizar estos cuadernitos, no debemos elegir el primero que veamos sino aquellos que guarden mayor relación con los libros de texto utilizados durante el curso; los que no supongan un gran cambio en los modos de explicar y presenten el trabajo al que el niño está acostumbrado y los que admitan la utilización de otros materiales.
En cualquier caso, nunca deberíamos olvidar que para nosotros las vacaciones son sagradas, lo hayamos hecho bien o mal durante el año. Nosotros, los adultos, necesitamos cambiar de actividad si queremos volver revitalizados, ellos también.
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