La personalidad de un niño, no sólo es consecuencia de los condicionamientos genéticos y ambientales, sino que también depende de la ubicación en el orden fraterno. Para conocer la incidencia de este factor en el comportamiento de nuestros hijos, aquí una nota que nos ayudará a corregir rumbos.
Freud lo indicó claramente cuando observó que la posición de un hijo en la secuencia de hermanos y hermanas es muy significativa para el curso posterior de su vida.
Es interesante recordar que los hermanos mayores de una misma familia, por ejemplo, pueden sentirse ligados por frustraciones o alegrías comunes pero, a la hora de determinar quién manda, comenzará la discusión y se desarmará el equipo. Reglas básicas de este tipo condicionarán de alguna manera las relaciones entre nuestros hijos y las que mantienen con el entorno. También determinarán nuestro propio rol cuando tratemos de zanjar conflictos entre los pequeños y cuando ellos elijan a sus amigos (y más tarde a sus parejas). Por otra parte, esta nota servirá también para que descubramos por qué nosotros como padres somos como somos.
Freud lo indicó claramente cuando observó que la posición de un hijo en la secuencia de hermanos y hermanas es muy significativa para el curso posterior de su vida.
Es interesante recordar que los hermanos mayores de una misma familia, por ejemplo, pueden sentirse ligados por frustraciones o alegrías comunes pero, a la hora de determinar quién manda, comenzará la discusión y se desarmará el equipo. Reglas básicas de este tipo condicionarán de alguna manera las relaciones entre nuestros hijos y las que mantienen con el entorno. También determinarán nuestro propio rol cuando tratemos de zanjar conflictos entre los pequeños y cuando ellos elijan a sus amigos (y más tarde a sus parejas). Por otra parte, esta nota servirá también para que descubramos por qué nosotros como padres somos como somos.
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