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Cómo alimentarse y alimentar a sus hijos

Madre es madre! Y para la mayoría, la mayor preocupación en el día a día con los niños es sin duda la comida. Algunos porque los niños ...

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viernes, 6 de abril de 2012

Miedos de una madre


Y todo surgió cuando comenzó a latir dentro de mí. Ahí estaba tan inmóvil, tan silenciosa, tan presente. Entonces tuve miedo: ¿Estará bien? ¿Crecerá sana? ¿Qué sentirá? Se me ocurrió protegerla, para mí era el tesoro más preciado y quise tenerla como en una cajita de cristal. ¿Sería posible eso?

Pronto sentí que un pececito muy inquieto nadaba en mi vientre. Desde ese momento, en cada patadita, una lágrima; en cada hipar, una risa; en cada movimiento, una gran emoción. Entonces sí. Era más evidente que ahí estaba y con sólo sentir eso, otra vez llegó el miedo. ¿Le hará mal si lloro? ¿De qué lado me acuesto para no molestarla? ¿Si grito se asustará? Y si me enfermo, ¿qué le pasará? Por eso, quise protegerla y traté de construir para ella una cajita de cristal.

Nació Maité, la beba más hermosa, más bonita, más perfecta, tan chiquita y frágil, tan indefensa... Y otra vez el miedo. ¿Tendrá frío? ¿Tendrá hambre? ¿Le dolerá algo? ¿Y si se enferma? ¿Respira bien? ¿Se mueve? De nuevo quise protegerla y estuve pendiente de mi preciado tesoro, de sus sueños, sus llantos y sus risas... ¡Por supuesto, le construí una cajita de cristal!

Cumplió el año, ya camina y, por lo tanto, ya se aleja más de mí y entonces el peligro es más inminente. Tropiezos, caídas, accidentes... Siento miedo y quiero protegerla pero su independencia me da más miedo aún. ¿Cómo hacer para controlarme? Todo se me va de las manos. Mi beba comienza a esfumarse y con ella también mi cajita de cristal que alguna vez existió y que hoy quisiera seguir existiendo. ¿Podrá?

sábado, 6 de agosto de 2011

Hijos distintos


La personalidad de un niño, no sólo es consecuencia de los condicionamientos genéticos y ambientales, sino que también depende de la ubicación en el orden fraterno. Para conocer la incidencia de este factor en el comportamiento de nuestros hijos, aquí una nota que nos ayudará a corregir rumbos.

Freud lo indicó claramente cuando observó que la posición de un hijo en la secuencia de hermanos y hermanas es muy significativa para el curso posterior de su vida.

Es interesante recordar que los hermanos mayores de una misma familia, por ejemplo, pueden sentirse ligados por frustraciones o alegrías comunes pero, a la hora de determinar quién manda, comenzará la discusión y se desarmará el equipo. Reglas básicas de este tipo condicionarán de alguna manera las relaciones entre nuestros hijos y las que mantienen con el entorno. También determinarán nuestro propio rol cuando tratemos de zanjar conflictos entre los pequeños y cuando ellos elijan a sus amigos (y más tarde a sus parejas). Por otra parte, esta nota servirá también para que descubramos por qué nosotros como padres somos como somos.

viernes, 29 de julio de 2011

Adiós a la infancia


Comienza una etapa de cambios en la que madre e hija deben hablar mucho; y puede ser muy conveniente una consulta ginecológica que responda las inquietudes que las nenas pueden tener sobre su propio cuerpo y los procesos que irán llegando.

Los médicos recalcan que la edad de la menarca es muy variable, pero en general las nenas siguen el patrón de sus ma dres, que servirá de guía. Si pasados par de años se sentan aún tras tornos, dolores o hemorragias muy intensas, que pueden provocar anemia, es mejor consultar.

Y así, se fue la infancia. Algunas culturas la despiden con rituales; las niñas son aisladas, instruidas por sus madrinas y luego son presentadas en fiestas como nuevas mujeres y por qué no, posibles esposas. Por aquí, con cambios y rebeldías, las vemos crecer. Se anuncia la adolescencia y le damos la bienvenida.