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Cómo alimentarse y alimentar a sus hijos

Madre es madre! Y para la mayoría, la mayor preocupación en el día a día con los niños es sin duda la comida. Algunos porque los niños ...

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miércoles, 10 de agosto de 2011

EL HIJO MENOR


Será mimado y tendrá una visión optimista de la vida. Sus logros suelen ser menos elevados que los del mayor porque carece de disciplina; a veces dedica su vida a los desvalidos de la sociedad o rompe las reglas de la tradición. En general, le permitimos todo y no le explicamos que podría llegar a ser tan importante como su hermano mayor si aprendiera a desenvolverse en su propio estilo.

Si es mujer será muy cortejada, buena madre, y tendrá suerte también como secretaria o en los medios de comunicación. Si es varón, se volcara a los deportes o a las actividades creativas como la pintura, por ejemplo. En el trabajo, si alcanzan posiciones de liderazgo nadie tomará demasiado en serio su autoridad.

La hermana (el hermano) mayor de otra familia será la pareja ideal de un hijo (hija) menor; también sus amigos serán en general hermanos o hermanas mayores. Verá en su pareja la posesión más preciada; optar por una hermana (hermano) menor sería su peor decisión, ya que esperará ser mimado y cuidado, algo que muy pocas veces podría ocurrir. Dejará que lo controlen (aunque con discreción) y tenderá a derrochar el dinero. Si las cosas no andan bien en la amistad o la pareja, se apartará sin discutir.

jueves, 31 de marzo de 2011

Mucho amor para el primogénito


Para ayudarlo a aceptar al recién llegado, debemos actuar con tacto. No es necesario llegar al extremo de una lectora que nos contó que retaba al recién nacido mientras le cambiaba los pañales para no dar celos al mayor. Tampoco debemos fingir que no queremos al bebé. El más grande debe entender, y hay que decírselo, que tenemos amor suficiente para los dos. Es absurdo comportarse como si el afecto no alcanzase para todos.

No obstante, si vemos que al mayor le afecta mucho presenciar cómo se da el pecho al pequeño, podemos ser discretos y evitar que presencie ese contacto tan íntimo. Pero a lo mejor le agrada, y entonces podemos dejar que participe de ese momento.

No debemos jugar a la escondida para impedir que vea que también queremos y cuidamos al pequeño. Hay madres a las que el malestar del mayor las hace sentirse culpables, y eso a veces tiene el efecto de reforzar dicho malestar. Si nos mostramos como "descubiertos en falta", el niño puede pensar que, después de todo, tiene razón para enojarse con nosotros.


Los padres deben sentirse seguros
Al contrario, sin dejar de reconocer y comprender la crisis por la que pasa, tenemos que mostrarnos seguros y confiados, dándole muestras de que lo queremos como siempre y que no tiene nada que temer.

Podemos implicarlo en la relación y pedirle que, como es "tan grande", nos alcance la toalla y el talco, y darle las gracias efusivamente. Ser útil lo hará sentirse orgulloso y lo ayudará mucho. En todas las ocasiones posibles, debemos alabar las ventajas de ser el mayor: jugar, correr, andar en triciclo... Otras veces, en cambio, nuestro primogénito querrá volver a ser chiquito y acurrucarse en nuestros brazos, y no siempre en el momento más oportuno. No nos lo quitemos de encima: por el contrario permitámosle sentirse otra vez 'nuestro bebé".

No es extraño que., después de la llegada del hermano, el mayor tenga algún retroceso en su desarrollo: mojar la cama, hablar como un bebé... No hay que alarmarse ni retarlo, sino comprender que se trata de una manifestación normal de los sentimientos que está experimentando.

Si los padres sabemos conducir con tacto esta delicada etapa, el primogénito saldrá reforzado de la inevitable crisis, más asentado y maduro para afrontar los sucesivos retos que implica crecer.

lunes, 28 de marzo de 2011

Precauciones para el nacimiento de un hermano

De ser posible, no enviemos al niño esos días afuera de su casa, como se hace a menudo, ya que puede vivirlo como un destierro que confirma sus temores. En su hogar es donde se siente mejor y es mejor que venga la persona que lo cuidará esos días, ya que ahora, más que nunca, necesita un lugar donde sentirse seguro. Volver a casa después de una ausencia y encontrarse con "el otro" no es una buena manera de empezar las relaciones.


Asimismo es bueno que el niño concurra a la clínica y participe del acontecimiento familiar (por supuesto que eso no implica asistir al parto). Pero, será un modo de involucrarlo en el suceso y de demostrarle que él sigue siendo importante.

Esos días deberá sufrir también la ausencia de su papá. Debemos explicarle los motivos de todo eso. Pero, mientras mamá esté hospitalizada, el papá tiene que aprovechar la ocasión para estrechar su contacto con el pequeño y mostrarle su inmenso cariño y apoyo.

Un momento primordial es el de la vuelta a casa. Resulta fundamental mostrarle la alegría que nos produce estar juntos otra vez y escuchar con atención cuando nos cuente qué ha hecho en nuestra ausencia.

sábado, 26 de marzo de 2011

Cuidado con los celos por la llegada del bebé


Cuidado con lo que dicen las visitas

Hay que evitar a toda costa comentarios desafortunados de los parientes y visitas, como "ya te queda poco tiempo de ser el rey de la casa", comentarios que, podemos estar seguros, no serán buenos para la criatura y no lo pondrán de muy buen ánimo para recibir al hermanito que va a venir. Además, debemos explicarle que el nuevo integrante lo va a querer muchísimo y que él podrá cuidarlo y protegerlo. Pero no debemos exagerar ni pintarlo todo de color rosa, porque así evitaremos decepciones.

El primogénito tendrá que pasar inevitablemente por momentos difíciles, así que tampoco conviene prometer cuadros idílicos ni de beatífica armonía.

Pero, eso sí, debemos tener especial cuidado en hacer sentir a nuestro hijo en estos meses lo mucho que lo queremos, lo especial que es para nosotros y que ni nuestro cariño por él ni su posición en la casa van a verse amenazados por las circunstancias que se avecinan. Este es el mejor modo de ayudarlo con sus preocupaciones y de que las cosas sean más fáciles después del nacimiento del bebé.

Cuando el parto esté ya muy cerca, debemos asegurarle al pequeño que mamá no se irá al hospital sin avisarle: así evitaremos posibles trastornos del sueño. Incluso, si el imprevisto se presenta durante la noche, hay que despertarlo para despedirse de él.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Prepararse para la llegada de un hermano


Y desde ese mismo momento debemos prepararnos para los celos. No hay cosa más natural, y no debe tomarnos desprevenidos. Algunos padres, al no saber que los celos se presentan siempre e inevitablemente, tienen terribles sentimientos de culpa o incluso dudan en darle a su primogénito el disgusto de darle un hermanito.

Pero no hay que asustarse. Lo extraño sería que los celos del mayor no se presentasen. Aunque pensemos que tener un hermanito debería alegrarlo, pongámonos en su caso. El hasta ahora rey de la casa ve amenazado su disfrute exclusivo de los mimos y atenciones de toda la familia. Un usurpador está al acecho.

La situación para él es muy parecida, e igual de grave y amenazadora, que la que sufre un rey cuando ve peligrar su trono, o un amante que va a ser desplazado por un rival. La cosa no es, por lo tanto, para tomarla en broma.


¿Qué podemos hacer? En estos meses previos al parto hay que informarle con claridad lo que ocurrirá y contestar a sus preguntas. Conviene también interesarlo en el arreglo de la habitación y en el ajuar del futuro bebé. Si vamos a usar objetos que han sido suyos, no le digamos que ya no lo son. Y, por supuesto, no le quitemos nada que sea actualmente suyo para destinarlo al que va a venir. Será conveniente dejarlo tomar parte en alguna decisión sobre los preparativos. Así le damos la oportunidad de involucrarse y de sentirse importante.