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domingo, 26 de mayo de 2013

Cómo lidiar con los celos del hermano del mayor


Otro bebé en camino? Pero sabemos que el hermano mayor necesita realmente su comprensión. Ver exactamente cómo lidiar con los celos que esta nueva etapa pueda ocasionar. Las directrices son Breno Rosostolato, especialista en psicología clínica y profesora de psicología en la Facultad de Santa Marcelina.

"No es más que un ojo. Sólo observa y se da cuenta de que algo es diferente. La barriga de mamá está creciendo, esto es presagio de que algo va a suceder.

Naturalmente, muchos niños se sienten celos con la aparición de un hermano pequeño. Después de todo, para el niño, que hasta entonces había recibido la atención de los padres, la llegada de otro rompe la exclusividad. Los celos se basa en temas de pérdida, ya que el niño tiene la fantasía de que sus padres van a perder a su hermano, por lo tanto, otro sentimiento se despertó: la rivalidad. El hermano mayor se siente inseguro y asustado por la posibilidad de perder terreno ante el que ha de venir. Para defenderse, crea situaciones para mantener y conservar el amor de los padres.

El niño en este período es invadida por fantasías, emociones y sentimientos de amenaza, llevándola a reacciones agresivas y comportamientos regresivos como el incontrolado pis y caca, rabietas, volver al uso del chupete o el biberón y la desobediencia. Todo para llamar la atención de los padres. Estas manifestaciones son el resultado de que el bebé está en el útero y denuncian el sufrimiento de dolor experimentado por el niño. El sentimiento de abandono domina porque no tiene los recursos internos para hacer frente a estos sentimientos. Por lo tanto, los padres serán los interlocutores entre el hijo y hermano que anuncia. La paciencia, la atención y la charla serán fundamentales para disminuir el dolor del niño y facilitar su adaptación y aceptación para el bebé.

Es muy importante hablar de la madre que el bebé está en el vientre, lo que indica que él es el hermano y ser la compañera del hijo mayor. Al decir que el bebé es pequeño, demuestran que es frágil y que, por lo tanto, se necesita una gran cantidad de ayuda del hijo mayor hasta que crezca el bebé. La madre debe acercarse a los hermanos. Anime a su hijo a tocar, abrazar y hacer en el cuidado hermano. Es aconsejable que la madre permite la participación del hijo mayor en el cuidado de su hermano, ayudando con las tareas pequeñas y felicitándolo por su actitud. Por lo tanto, el niño se sentirá más valorado, y desarrollar emocionalmente, interiorizando los conceptos de colaboración y asistencia.

Mostrar el mismo amor y cariño al hijo mayor, diciendo que a él directamente, sin exagerar o excesos. Las madres no deben culparse a sí mismos para dar más atención a los más jóvenes. Después de todo, hay un sinnúmero de cambios de pañales, la alimentación y bañarse. Para dar cabida a los cuidados necesarios para el recién nacido y su hijo mayor, tomar descansos y hablar con el niño, que serán amigos muy edificantes y compañeros. Hacer hincapié en la convivencia armoniosa entre los dos hermanos será el más viejo cada vez más propensos a recibir en tu vida hermano. En situaciones de conflicto, y los momentos más tensos, tratará de dar cabida a los niños a expresarse libremente, dando condiciones para ella para hablar de sus temores. Siempre la bienvenida a la angustia del niño y encontrar apoyo.

La llegada de un hijo cambia la rutina de la familia y con la llegada de la segunda, la rutina se ha adaptado en un primer estado se someterá a un nuevo cambio, sobre todo en lo que respecta al respeto del hijo mayor. Cambio de habitación, comenzando en el kindergarten, todo esto va a afectar. Para minimizar estos efectos, es recomendable que los padres de planificar el futuro. La anticipación de las adaptaciones ayudan a la transición y desarrollo del niño en su relación personal con el hermano más joven.

La llegada del hermano debe ser un paso a transformaciones sana y constructiva de los más antiguos. Es la vida que le ayudará a reconocer unos a otros y socializar. El desarrollo cognitivo y afectivo implica la aceptación de los demás y sus diferencias, sin apoyarse en celos o rivalidad ".

sábado, 13 de agosto de 2011

EL HIJO INTERMEDIO


Puede tardar en descubrir su verdadera identidad, porque alterna entre seguir los pasos del mayor o del menor. Sin embargo, es muy amigable y haría carrera y fortuna como diplomático o secretario, actividades que requieran tacto, pero no pujanza. En general se llevará mejor con gente del sexo opuesto. Su elección de amistades o de pareja dependerá del grado de identificación que mantenga con el hermano mayor o el menor; es decir, que este detalle es en su caso menos predecible.

miércoles, 10 de agosto de 2011

EL HIJO MENOR


Será mimado y tendrá una visión optimista de la vida. Sus logros suelen ser menos elevados que los del mayor porque carece de disciplina; a veces dedica su vida a los desvalidos de la sociedad o rompe las reglas de la tradición. En general, le permitimos todo y no le explicamos que podría llegar a ser tan importante como su hermano mayor si aprendiera a desenvolverse en su propio estilo.

Si es mujer será muy cortejada, buena madre, y tendrá suerte también como secretaria o en los medios de comunicación. Si es varón, se volcara a los deportes o a las actividades creativas como la pintura, por ejemplo. En el trabajo, si alcanzan posiciones de liderazgo nadie tomará demasiado en serio su autoridad.

La hermana (el hermano) mayor de otra familia será la pareja ideal de un hijo (hija) menor; también sus amigos serán en general hermanos o hermanas mayores. Verá en su pareja la posesión más preciada; optar por una hermana (hermano) menor sería su peor decisión, ya que esperará ser mimado y cuidado, algo que muy pocas veces podría ocurrir. Dejará que lo controlen (aunque con discreción) y tenderá a derrochar el dinero. Si las cosas no andan bien en la amistad o la pareja, se apartará sin discutir.

lunes, 8 de agosto de 2011

El hijo mayor


El hijo mayor: Suele ser más tenso, más serio, más reservado y menos alegre que los demás. Se esfuerza, lo hace todo a conciencia pero no acepta las críticas. Se esfuerza en todo lo que hace porque piensa que si es el mejor los seguiremos queriendo aunque nazcan otros niños. A él le recordamos que debe dar el ejemplo, sin advertir que a veces lo dañamos porque lo volvemos tan rígido qué siempre rechazará todo intento de cambio o conciliación, querrá salirse con la suya y tendrá pocos amigos.

A la hora de casarse o escoger amigos, exigirá el poder. Si es mujer, elegirá una pareja (o amigos) paternal y protectora aunque le irá muy bien si se casa con un hijo menor. Quizá se dedique demasiado a la prole en detrimento de la relación marital.

Si es varón, optará por una mujer muy maternal o por la hermana menor de otra familia y quizás encuentre difícil comprender a sus hijos. Pero, varón o mujer, también mantendrán buena relación con un hijo o hija únicos. En el trabajo ocupará una posición de liderazgo; más de la mitad de los presidentes de los Estados Unidos de Norteamérica y 21 de los primeros astronautas de la misma nacionalidad fueron hijos mayores.


jueves, 31 de marzo de 2011

Mucho amor para el primogénito


Para ayudarlo a aceptar al recién llegado, debemos actuar con tacto. No es necesario llegar al extremo de una lectora que nos contó que retaba al recién nacido mientras le cambiaba los pañales para no dar celos al mayor. Tampoco debemos fingir que no queremos al bebé. El más grande debe entender, y hay que decírselo, que tenemos amor suficiente para los dos. Es absurdo comportarse como si el afecto no alcanzase para todos.

No obstante, si vemos que al mayor le afecta mucho presenciar cómo se da el pecho al pequeño, podemos ser discretos y evitar que presencie ese contacto tan íntimo. Pero a lo mejor le agrada, y entonces podemos dejar que participe de ese momento.

No debemos jugar a la escondida para impedir que vea que también queremos y cuidamos al pequeño. Hay madres a las que el malestar del mayor las hace sentirse culpables, y eso a veces tiene el efecto de reforzar dicho malestar. Si nos mostramos como "descubiertos en falta", el niño puede pensar que, después de todo, tiene razón para enojarse con nosotros.


Los padres deben sentirse seguros
Al contrario, sin dejar de reconocer y comprender la crisis por la que pasa, tenemos que mostrarnos seguros y confiados, dándole muestras de que lo queremos como siempre y que no tiene nada que temer.

Podemos implicarlo en la relación y pedirle que, como es "tan grande", nos alcance la toalla y el talco, y darle las gracias efusivamente. Ser útil lo hará sentirse orgulloso y lo ayudará mucho. En todas las ocasiones posibles, debemos alabar las ventajas de ser el mayor: jugar, correr, andar en triciclo... Otras veces, en cambio, nuestro primogénito querrá volver a ser chiquito y acurrucarse en nuestros brazos, y no siempre en el momento más oportuno. No nos lo quitemos de encima: por el contrario permitámosle sentirse otra vez 'nuestro bebé".

No es extraño que., después de la llegada del hermano, el mayor tenga algún retroceso en su desarrollo: mojar la cama, hablar como un bebé... No hay que alarmarse ni retarlo, sino comprender que se trata de una manifestación normal de los sentimientos que está experimentando.

Si los padres sabemos conducir con tacto esta delicada etapa, el primogénito saldrá reforzado de la inevitable crisis, más asentado y maduro para afrontar los sucesivos retos que implica crecer.