Todos los humanos nacemos codiciosos. ¿Quién no ha visto a su hijo pequeño pelearse por un juguete, pedir más caramelos con la boca llena de ellos o protestar frente a un quiosco porque nos negamos a comprarle otro juguete más?
Ahora, sus exigencias son mayores. Quieren más cosas y más caras. Lo mejor, entonces, es bueno darles una asignación semanal o mensual para que satisfagan sus deseos, y al mismo tiempo aprendan a administrar su dinero. Sin embargo, cada familia funciona de distinta manera y a algunos padres les resultará más cómodo darles dinero sólo cuando lo necesiten o darles una asignación mínima para luego ir añadiendo algo más para gastos extras.
Las cosas por las que ellos se desviven a nosotros nos pueden parecer completamente superfluas e innecesarias. Pero si les damos su dinero tenemos que estar preparados para resistir los errores que los adolescentes cometan con él sin reprocharles nada. No es raro que una quinceañera decida comprarse un esmalte de uñas color negro, ni que un muchacho de dieciséis años se gaste la mensualidad entera en una entrada para un concierto de rock. No es conveniente interferir en sus adquisiciones. Si se equivocan, ellos deben hacerse responsables de sus decisiones y aprender de su experiencia.
Ahora, sus exigencias son mayores. Quieren más cosas y más caras. Lo mejor, entonces, es bueno darles una asignación semanal o mensual para que satisfagan sus deseos, y al mismo tiempo aprendan a administrar su dinero. Sin embargo, cada familia funciona de distinta manera y a algunos padres les resultará más cómodo darles dinero sólo cuando lo necesiten o darles una asignación mínima para luego ir añadiendo algo más para gastos extras.
Las cosas por las que ellos se desviven a nosotros nos pueden parecer completamente superfluas e innecesarias. Pero si les damos su dinero tenemos que estar preparados para resistir los errores que los adolescentes cometan con él sin reprocharles nada. No es raro que una quinceañera decida comprarse un esmalte de uñas color negro, ni que un muchacho de dieciséis años se gaste la mensualidad entera en una entrada para un concierto de rock. No es conveniente interferir en sus adquisiciones. Si se equivocan, ellos deben hacerse responsables de sus decisiones y aprender de su experiencia.