Entrada destacada

Cómo alimentarse y alimentar a sus hijos

Madre es madre! Y para la mayoría, la mayor preocupación en el día a día con los niños es sin duda la comida. Algunos porque los niños ...

viernes, 6 de mayo de 2011

Los buenos padres


Los padres genuinos sienten positivamente acerca de ellos mismos y de sus hijos. E mensaje que envían es: "Me gustas. Eres buena persona". El hijo de padres que lo quieren genuinamente recibe, como todo niño, el mensaje que le envían, y responde de estas maneras:

—"Les gusto".
—"Me dan responsabilidades".
—"Puedo hablarles: me atienden".
—"Les gusta besarse y apretujarse conmigo".
—"Si se equivocan, lo admiten".
—"Me toman en serio".
—"Les gusta estar conmigo".

Cómo se sienten interiormente los hijos de padres genuinos: Estos niños poseen propia estimación. Y se dicen a sí mismos:

—"Me siento una persona; no una cosa que empujar para un lado y para el otro".
— Soy un miembro importante de esta familia".
— Me tienen en cuenta. Yo aporto algo a la familia".
— La mayoría de las personas que conozca me aceptarán".

Como se comportan los hijos de padres genuinos: Los hijos de padres genuinamente interesados en sus hijos, son niños muy capaces. Son espontáneos, activos, energéticos, felices; se llenan de entusiasmo; son confiados, un poco "sabiondos", pero abiertos a nuevas ideas; reflexivos y muy considerados con los demás.


Cómo se originan los padres genuinos:
Cuando estos padres a su vez eran niños, sus propios padres tenían fe en ellos, o bien, ya de mayores, han sido personas que han hallado la manera de sentirse en paz consigo mismas, y que en algún momento, tomaron la decisión consciente de que no iban a hacer el papel de víctimas en este mundo. Estos padres se toman en serio a sí mismos.

Sienten al mismo tiempo respeto y compasión por sus personas, pero evitando ser indulgentes, malcriarse o engañarse con respecto a lo que son. Cuando cometen un error, lo utilizan como una oportunidad de aprendizaje. Se recuperan por sí mismos, sin necesidad de perder tiempo en lamentaciones inútiles. Los padres genuinos saben cómo divertirse. Y puede considerarse que sus hijos son niños muy, muy afortunados.

miércoles, 4 de mayo de 2011

hijos de padres desentendidos


Cómo se comportan los hijos de padres desentendidos: Los hijos de este tipo de padres pueden presentar los siguientes síntomas: tendencia a robar, a ser exagerados, depresión, indiferencia a lo que les rodea, ansiedad, conducta fastidiosa, dolores de estómago.

Para evitar tener que enfrentar verdades dolorosas, los hijos de padres que se desentienden suelen gastar grandes energías tratando de negar lo que ven y lo que sienten. Especialmente después de un divorcio, si el padre sólo ve a sus hijos muy de tarde en tarde, y los niños saben perfectamente que él podría estar con ellos más a menudo si quisiera.


Resulta demasiado fuerte para los niños admitir que su padre no quiere estar con ellos, y por eso buscan alguna fórmula para negarlo. Una niñita se convenció a sí misma de que su padre era un hombre extremadamente ocupado, y entonces fabricó en su imaginación una elaborada historia en la cual ella estaba al cuidado de la casa, le preparaba sus comidas, lavaba sus ropas, lo cuidaba, para que la vida de su padre fuera más confortable...

A nosotros puede resultarnos desgarradora esta historia, pero gracias a esta invención la niña pudo salvar su estabilidad síquica. Cómo se originan los padres desentendidos: Los padres aue se Desentienden de sus hijos, que nunca están disponibles, generalmente sienten que ellos mismos crecieron sin amor suficiente. Por esta razón, alguno en la pareja se resiente de cualquier atención que el otro prodigue a los hijos, y al mismo tiempo desconfían de la propia habilidad para amar o para ser padres... Se sienten incómodos con la cercanía de otro ser humano, la intimidad: no aceptan bien sus propios sentimientos y los de los demás, y resienten las necesidades afectivas de sus hijos. Mientras más los necesiten los niños, más incómodos se sentirán. En vez de tratar de resolver estos problemas, prefieren distraerse con lo que esté sucediendo con su pareja, su trabajo o sus amigos.

Otros padres se desentienden bajo algún tipo de presión, como el trauma del divorcio, por ejemplo, que en el caso de la mujer significa también la necesidad de sustentar a su familia en la ausencia del padre. Padres que en situaciones normales son amorosos y generosos, se vuelven indiferentes, cuando sienten que no pueden luchar contra todos los problemas del mundo exterior que los asaltan... Voluntariamente o no, los padres desentendidos están siempre distraídos por un tipo cualquiera de problemas. La amarga vendad es que hay muy poco lugar en sus corazones o en sus cabezas para albergar a sus hijos y lo que ellos puedan estar sintiendo.

lunes, 2 de mayo de 2011

Cómo se originan los padres ineptos


Sicológicamente hablando, los padres ineptos son seres inmaduros. De niños, los mimaban excesivamente o los malcriaban. Ahora ellos no pueden, realmente, asumir ninguna responsabilidad. Tener que participar de la vida de sus hijos les parece una tarea devastadora. Como generalmente poseen poca estimación propia, esta situación los hace sentirse aún más incompetentes.

Asustados por las demandas de la vida, algunos usan del alcohol y los estupefacientes como medio de anestesiarse contra las penas (y de paso posponen tenerse que enfrentar con lo que en ese momento los esté arrasando). Los hijos de padres ineptos son niños que se encuentran en una situación muy dura, y merecen la ayuda persistente de los adultos.


Los padres que se desentienden de sus hijos nunca están disponibles para los niños, o cuando están con ellos están preocupados por otras cosas. El mensaje que trasmiten es: "Tú no eres terriblemente importante para mí". El niño, como siempre, recibe el mensaje y reacciona en alguna de estas formas:

—"No les gusto. Quisieran que yo no anduviera ni por todo esto".
—"No sé cómo obtener la atención de mis padres".
—"Están siempre tan ocupados".
—"Siempre hay algo en sus vidas más importante que yo".
—"Me hacen promesas, pero luego no les importa no cumplirlas".
—"No ocupo un lugar en sus vidas".

Cómo se sienten interiormente los hijos de padres desentendidos: Si un niño acepta el mensaje de los padres desentendidos, probablemente piensa:
—"No soy importante".
—"Nada de lo que hago es suficiente para ellos".
—"No me gusto a mí mismo".

Los niños que no aceptan el mensaje de indiferencia de estos padres, dirían así:
—"No sé por qué no les gusto. Espero encontrar a alguien a quien le guste entretenerse conmigo".
—"Ellos sí me quieren, sólo que están demasiado ocupados para estar conmigo".

domingo, 1 de mayo de 2011

Atrapé a mi hijo adolescente con fotos


Muchos padres se preguntan cómo deberían reaccionar si descubren que su hijo adolescente se dedica a mirar revistas, comics y fotos de cariz erótico.

Mi hijo Jorge, de 13 años, parecía muy agobiado con los estudios. Decidí sorprenderlo con su comida favorita y llevársela amorosamente a su cuarto. Cuando abrí la puerta me quedé de piedra al ver esas imágenes de chicas desnudas. Todo fue muy rápido y confuso. Tomé la revista y le pregunté que de dónde había sacado esa porquería. «Las venden en todos los kioskos» fue su respuesta. «¿Ah, sí?, ahora te quedas sin mensualidad», concluí yo. La verdad es que cuando salí de su cuarto con la revista en las manos me sentía muy preocupada. ¿No sería mi hijo un chico obseso o anormal? Decidimos no volver a hacer alusión al tema.

Al cabo de unos meses, ordenando su habitación se me ocurrió mirar en un cajón y descubrí más fotos eróticas. Mi disgusto fue mayúsculo. Me sentía desorientada y sin saber cómo reaccionar ante mi propio hijo. En la comida fui a buscarlas y delante de su padre dije: «Mira en lo que se entretiene tu hijo últimamente». «¿Te parece bien andar con estas cochinadas?», dijo mi marido. «No es asunto de ustedes; además, mis amigos también lo hacen.» Un portazo del chico zanjó la conversación.

La comunicación con nuestro hijo, que hasta ahora había sido de lo más normal, se hizo más tensa; rehuía hablarnos de lo que hacía habitualmente y se mostraba distante. Me sentí un poco culpable. ¿Habría actuado bien?, ¿es tan grave que un adolescente vea esas fotos? Al poco tiempo recibimos la llamada de una de las profesoras de Jorge. Acudimos a la cita. Nos comentó que nuestro hijo hacía frecuentes alusiones o chistes en clase que ponían de manifiesto su preocupación y curiosidad por lo referente al sexo. Le comentamos lo que había ocurrido en casa. Nos tranquilizó saber que éste era un hecho bastante habitual entre los chicos de esta edad. Ella nos aseguró que enojarse o quitarle las fotos o revistas sólo contribuiría a reforzar en el chico el sentimiento de que el sexo era algo sucio y vergonzante.

A esta edad, nos dijo, el sexo es todavía una asignatura pendiente y estas fotos, satisfacen su curiosidad por lo que aún no está a su alcance. Si los niños han aprendido todo lo necesario sobre su desarrollo, los adultos no tienen por qué preocuparse. Al fin y al cabo, dentro de ciertos límites, ésta es una manera de documentarse sobre algo que está a la vuelta de la esquina en sus vidas. Por supuesto que estas fotos también los excitan, pero si concebimos la sexualidad como algo natural, esto no hay que considerarlo como un placer prohibido.

Gracias a esta charla, comprendimos que no debía ser fácil para él afrontar y compaginar sus nuevas necesidades fisiológicas con una vida afectiva plenamente satisfactoria. Quizá, nunca habíamos abordado el tema con naturalidad ni habíamos entendido^que esto era tan primordial para su crecimiento. Creyendo que éramos padres ejemplares, lo censuramos en lugar de ayudarle, dialogando con él sobre la sexualidad y la pornografía. Pero nunca es tarde para dar marcha atrás.

viernes, 29 de abril de 2011

LOS PADRES INEPTOS


Los padres ineptos
Son personas que no resultan efectivas como padres, o son completamente inoperantes. A veces se encuentran entre los que abusan del alcohol o los estupefacientes. El mensaje para sus hijos es: "Estoy demasiado arrasado para darte lo que tú necesitas". El niño recibe el mensaje y responde de alguna de estas maneras:

—"No puedo contar con ellos".
—"Me abochornan".
—"Trato de evadirlos".
—"Me dan lástima'.
—"Necesitan mi ayuda".
—"Me darán todo lo que pida".
—"Siempre me salgo con la mía".

Cómo se sienten interiormente los hijos de padres ineptos: Los niños que han aceptado el mensaje de los padres ineptos suelen decirse a sí mismos:

— Tengo que protegerlos".
—"Yo soy el que está a cargo de la situación".
— Me preocupan".
— No puedo dormir hasta saber que han llegado a la casa y se encuentran bien".

Los niños que no aceptan este mensaje, se dicen:

— "No los respeto y no estoy dispuesto a hacer nada por ellos".
— "No sirven para nada. Mejor me desentiendo de ellos".
— No puedo contar con nadie. Estoy solo, y es culpa de ellos".

Los hijos de padres ineptos suelen desplegar los siguientes síntomas: irrespetuosidad, actitudes maduras precoces, depresión, tácticas manipuladoras, frecuentes estallidos de cólera. Estos niños se sienten atrapados. Ellos saben que, como a niños, les corresponde que los protejan, y en cambio tienen que ser ellos los que ofrecen protección. Comprender esto puede crear enormes frustraciones.

miércoles, 27 de abril de 2011

Las precauciones ante el desarrollo de las niñas


El pudor que suelen experimentar algunas niñas durante las primeras menstruaciones puede llevarlas a adoptar recursos higiénicos perjudiciales, sobre todo si no se sienten suficientemente seguras para hablar del tema abiertamente. Es importante aclarar que alcanza con cambiar la toalla higiénica varias veces en el día y lavarse más a menudo que lo habitual. Pero no es necesario realizar "baños de asiento" -como se recomendaba antiguamente- ni lavados internos vaginales, que pueden ser dañinos. Del mismo modo, resulta innecesario, y hasta riesgoso, emplear toallas higiénicas "perfumadas" o con desodorante.

Las dudas "¿Cuándo voy a usar corpino?, ¿me puedo depilar las piernas?, ¿por qué me sale tanto vello?, o ¿por qué no me sale?"... En esta etapa, las dudas y los interrogantes son muchos. Por eso, más allá de las explicaciones "técnicas" -que se encuentran al alcance de cualquier libro de divulgación- es bueno tener en claro que nuestras hijas requieren comprensión y apoyo para transitar este momento de su vida. Detrás de su ansiedad, y de sus preguntas se encuentra la angustia de perder sus formas infantiles y convertirse en mujer, que por ser algo desconocido todavía puede despertar temor.

Con el mismo espíritu amplio y comprensivo deberíamos tener presente que todo este vendaval hormonal que provoca la menarca también se manifiesta en estados de ánimo cambiantes. La mujercita necesita que le respeten su intimidad, su necesidad ocasional de estar sola en su cuarto. Pensemos que no le pasa nada, o mejor dicho, ie pasa mucho: está creciendo y necesita acostumbrarse al gran cambio.

lunes, 25 de abril de 2011

Hablar de anticonceptivos


No se puede cerrar los ojos. Convertirse en mujer implica ser capaz de procrear. Es cierto que durante los primeros períodos, muy raras veces tiene lugar una ovulación efectiva. También pasará mucho tiempo antes de que la ovulación sea realmente regular. Pero no existen garantías de que la joven no quede embarazada si mantiene relaciones sexuales.

Muchos padres de chicas de 11 ó 12 años se sienten un poco perplejos ante la idea de tener que abordar este tema con sus hijas. Pero también deberían saber que el seis por ciento de las niñas de 14 años, el 20 por ciento de las de 15 y el 44 por ciento de las de 16 años, empiezan a tener relaciones sexuales, por más precoz qué pueda parecer esta iniciación.

Y lo más grave del asunto es que la mayoría de ellas no toman medidas anticonceptivas las primeras veces. Sabemos que es difícil hablar con las adolescentes sobre los temas referentes a la sexualidad y, en especial, sobre el tema de los anticonceptivos. Pero, un embarazo no deseado puede ser mil veces más traumático que una conversación sincera entre madre e hija. La información es fundamental, tanto si se trata de su primera regla y su significado como si se intenta prevenir un paso en falso. Hablar es la regla de oro.

sábado, 23 de abril de 2011

Trastornos sensoriales


Aunque a simple vista no se detectan, los trastornos sensoriales pueden ser impedimentos para que las cosas vayan bien en la escuela. En los más pequeños, por ejemplo, es difícil descubrir ligeras pérdidas visuales o auditivas, pero es necesario que, ante la más mínima sospecha, se realice un buen reconocimento médico que saque a la luz o descarte cualquier patología.

Otra alteración común es la falta de hierro (se detecta fácilmente con un simple análisis de sangre), que puede provocar cansancio, agotamiento y apatía; lo que repercutirá de forma directa en su capacidad de concentración y estudio.

Como hemos señalado, muchas pueden ser las razones para que el rendimiento escolar no sea el adecuado. La clave está en no pasar por alto los primeros síntomas que manifieste el pequeño, de manera que podamos intervenir antes de que el copo se convierta en una gran bola de nieve. Para que las dificultades se corrijan a tiempo y no se incrementen, es básico no delegar la educación de nuestros hijos en el colegio y procurar una sistemática coordinación con la maestra.

jueves, 21 de abril de 2011

Conflictos emocionales


Aunque nosotros no lo advirtamos, cualquier situación de exceso de estrés en el hogar la capta nuestro hijo y, al final, termina pasando factura en su mundo escolar. La precipitación, las discusiones entre la pareja, el no dedicarles todo el tiempo que ellos necesitan, los celos entre hermanos o el no sentirse suficientemente valorado y estimulado por sus papas son factores que reducen el rendimiento.

También influye mucho el tipo de relación que el niño establezca con sus compañeros de clase y con su maestra, y el papel que tenga asignado en su aula. Tanto en el ámbito del hogar como en el de la escuela, debe sentirse querido, importante y aceptado.

martes, 19 de abril de 2011

Mitos alrededor del período


La ignorancia ha fabricado muchos tabúes y falsas creencias en torno a un fenómeno tan natural como la menstruación. Durante mucho tiempo se pensó que no había que bañarse durante el ciclo. Siempre que el agua no esté muy caliente y no permanezcan demasiado rato en la bañera, todas las mujeres pueden hacerlo sin ningún problema. Tampoco la natación está prohibida si la ocasión se presenta, pero en ese caso, los tampones son imprescindibles.

También pueden seguir yendo a sus clases de gimnasia o danza, pues el movimiento favorece la circulación y relaja los músculos y la mente. Sin embargo, algunas niñas se sienten mal y tienen dolores durante esos días. Esto es tan normal al principio como la irregularidad en la duración de los ciclos y el tiempo que transcurre entre ellos.

Si la joven no se encuentra bien, no hay que obligarla a realizar esfuerzos contra su voluntad. Lo mejor en esos casos es el reposo, calor en el vientre y alguna charla tranquilizadora. Pero si las molestias son fuertes, conviene hacer una visita al ginecólogo antes que automedicarse con analgésicos.