Entrada destacada

Cómo alimentarse y alimentar a sus hijos

Madre es madre! Y para la mayoría, la mayor preocupación en el día a día con los niños es sin duda la comida. Algunos porque los niños ...

sábado, 15 de octubre de 2011

EL INSOMNIO DURANTE LA DENTICIÓN


Los primeros cuatro molares, que en el niño normal despuntan entre los doce y los dieciocho meses, son los que más a menudo causan trastornos. El niño se muestra inquieto y caprichoso, y puede perder el apetito durante varios días seguidos. Muchas veces, por la noche se despierta llorando. Puede administrársele una pequeña dosis de algún sedante ligero, luminaletas, por ejemplo.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Cambios de generación

Los cambios entre generación y generación tienen que ver con distintos aspectos culturales que influyen sobre los jóvenes; algunos se expresan a través del arte o la política, pero muchos otros están presentes en los actos cotidianos, incluso en los más triviales. Hoy es común ver a un hombre llevando el cochecito de su bebé, cuando hasta hace 20 años llamaba la atención ver a un hombre encargándose de una criatura.

En muchos casos, el varón empezó a cuidar a sus hijos empujado por la situación social o económica. Al quedarse sin trabajo, una cuestión desafortunada, pasa más horas en su casa y eso le da una posibilidad muy positiva: tiene la chance de descubrir que puede disfrutar mucho del contacto con sus niños, de mostrarles sus sentimientos y acercarse desde un costado que antes le quedaba vedado o reservado para momentos especiales. Aprende a disfrutar de sus hijos.

viernes, 7 de octubre de 2011

Mi hijo va a cumplir 18

 
Años atrás, aparecían los permisos, los cigarros,  las llaves de casa, los consejos de un padre, un tío o algún W hombre experimentado. Con cierta nostalgia, los mayores recuerdan los 18 como el momento en que todo era posible. Esta edad simbolizaba (y simboliza) la extrema potencia: el comienzo de la adultez y la plenitud de las condiciones físicas y psíquicas para emprender cualquier proyecto. Es la orden de largada para comenzar una carrera que ofrece un sinfín de posibilidades. Algunos, quizás pocos, tienen clara la meta; otros corren sin saber adonde tienen que llegar. Sin duda, las puertas se abren para todas las oportunidades hasta ahora vedadas. Pisar la línea de los 18 es como legalizar mil inconvenientes y entender que la autonomía finalmente es posible.

"Llegan cosas más serias"


Sebastián, que ansia que pasen dos años para llegar a los 18, nos cuenta:
"Es como que uno tiene más libertad. Te dan más permisos. Ahora querés ir a bailar y no podes ir a cualquier lugar porque no te dejan entrar. En cambio, a los 18, podes ir con toda tranquilidad porque lo vas a lograr. El auto es otro tema, reútil, porque uno ya se mueve solo y no depende de nadie. Yo manejo mi moto desde los 11 ó 12, pero me siento más seguro cuando manejo yo que cuando voy con un chico al que no le conozco sus reacciones."

"Otra cosa que se me cruza por la cabeza es que a esa edad voy a poder estudiar y también trabajar en algo que tenga que ver con mi estudio, así me voy metiendo en tema. Hay cosas que también voy a extrañar, ya que ahora estudio para "zafar" y después voy a tener que saber y alcanzar buen promedio. Yo sé que esta etapa es linda, porque con los 18 también llegan cosas más serias que las que uno vive ahora."


"Grande fui desde los 12"
Juan representa la perspectiva opuesta:
"Para mí, el reconocimiento de ser grande es de afuera, porque grande fui siempre. Desde los 12, bah..., quiero decir que desde entonces tuve responsabilidades como si fuera grande. Mis padres se separaron y, por cosas muy difíciles de explicar, nos quedamos a vivir con papá. Desde entonces, tengo muchos deberes con mi familia, además de estudiar, cosa que hago con bastante éxito."

"Mi papá me emancipó, así que pude hacer algunas cosas más. Yo me encargo de las compras, administro la casa, llevo a mis hermanos a la escuela o a la casa de sus amigos. Ahora, que pasé los 18 y también los 19, soy grande para ver películas con restricciones. Sin embargo, manejo desde los 16: saqué un permiso especial porque cuando mi papá se iba a trabajar, alguien debía movilizarse para las necesidades de la casa. Nunca tuve consejos de nadie, mis amigos son los únicos con los que puedo charlar".

En este caso, el símbolo de los 18 quedó totalmente eclipsado por situaciones traumáticas y accidentales. La madurez de Juan respondió más a situaciones externas que a su verdadera madurez biopsíquica.

martes, 4 de octubre de 2011

El servicio militar

Muchos chicos inmediatamente asocian esta edad con el servicio militar.. Pero, ¿por qué hay hacia esa idea tanta rebeldía, miedo y sensación de que se pierde el tiempo? Quizás porque junto con la aparición del momento de plena libertad, en que los derechos se equilibran con los deberes, aparece el fantasma del sometimiento. En este caso, corporizado en una institución que no permite -o al menos no permitía- elegir y que obliga a un servicio al que no se optó para pertenecer.

Aunque algunos chicos, con muchas dudas o temores de instrumentar iniciativas propias, a lo mejor se sienten a gusto en una institución donde no hay posibilidades para la ambigüedad o la ambivalencia: allí todo es como debe ser. Otros encuentran en la autoridad un modelo a seguir, pero la mayoría se rebela porque consideran que esa etapa posterga sus iniciativas y se opone a la autonomía que tan fer vientemente se intenta lograr. Hay que su bordinarse para acciones opuestas, justo ei el momento en el que la bandera de su lu cha es la libertad.

A los 18, o alrededor de esta edad, generalmente se pasa de la pertenencia a instituciones conocidas, como la familia o la escuela, a otras desconocidas y menos protegidas, como la universidad, el trabajo o el servicio militar. Hasta ese momento todo era controlado, y aun las ansiedades y los miedos tenían su lugar.

domingo, 2 de octubre de 2011

El sexo del hijo que viene

¿Qué razones pueden llevar a un padre o a una madre a desear fervientemente que su futuro hijo pertenezca a uno u otro sexo?
Antiguamente se esperaba con ilusión que el hijo mayor fuera varón para poder así perpetuar el apellido y también, no vamos a engañarnos ahora, porque se le daba un mayor valor al varón, pensando que las hijas representaban una carga. Aún hoy en día, en China, donde el gobierno ha instaurado la política de un único hijo por matrimonio para frenar el crecimiento demográfico, se autoriza un segundo embarazo si el primer hijo ha sido niña.

En otros países las cosas están más equilibradas y el tamaño ideal de familia es la parejita. Es decir, la versión adaptada a los tiempos del "clan" que contaba con un amplio surtido de niños y niñas. Porque así, el matrimonio ve cumplido esos íntimos deseos que, aun a su pesar, subyacen agazapados en el inconsciente: que no desaparezca el apellido del padre, aunque la guía telefónica esté plagada de Rodríguez: contar con el "seguro" de una hija que se ocupe de ellos en la vejez, porque según la tradición las niñas son más dulces y cariñosas; hacer realidad la fantasía del hombre y la mujer de vivir nuevamente, el uno en el niño y la otra en la niña, su infancia y su adolescencia.

viernes, 30 de septiembre de 2011

TATUAJE casero, pasatiempo peligroso


Algunos adolescentes se dedican a tatuarse con puntiagudas estilográficas o agujas. Trazan corazones u otros dibujitos a modo de pequeñas «obras de arte» sobre el dorso de sus manos. ¿Lo hacen como prueba de valentía, como símbolo de su hombría, como pasatiempo o como broma escolar sin importancia? Sea cual fuere la razón que les lleva a hacerlo, están poniendo su salud en peligro.

Al igual que los tatuajes profesionales, éstos son muy difíciles de eliminar. Pero estos dibujos hechos con tinta o tinta china son más arriesgados todavía y tienen que ser eliminados quirúrgicamente pues las punzadas de un profano introducen la tinta a diferentes profundidades de la piel.

martes, 27 de septiembre de 2011

Los ahorros de los adolescentes

Los adolescentes que hemos entrevistado tienen gastos muy diversos. Algunos, además de percibir una mensualidad de sus padres, reciben "propinas" de los abuelos, tíos o tías. Como dice Elena, de 15 años: "Ellos son más mano suelta... como los veo poco..."

Entre sus preferencias de consumo hay por lo menos treinta objetos o actividades en las que coinciden: comprar ropa, regalos, posters, casetes, discos, revistas musicales, fotos de cantantes, golosinas, chucherías, libros de aventuras y bijouterie. Algunos gastan en tabaco.

"Es mi peor vicio", dice Andrés, de 16 años. Muchos prefieren ir al cine, teatro, a las discotecas, a jugar a máquinas electrónicas, o al billar, a  partidos de fútbol o de tenis. Algunos costean las clases de gimnasia o danza otros gastan el dinero en alquilar películas de video, y todos en salir con sus amigos. Algunos chicos fueron un poco ambiguos: "En algo que me guste", dice Laura; "en caprichos", dice Andrea, ambas de 15 años.

¿Y qué hay del ahorro? Ana, de 15 años, parece tenerlo muy claro: "Pienso que el dinero está para gastarlo y disfrutarlo. Me fastidia ahorrar por ahorrar'. Pablo, de 17 años, dice: "Mi deporte favorito es la patineta, pero es un deporte caro y me cuesta mucho ahorrar para comprarme un buen equipo. Si tuviese más dinero lo ahorraría para gastármelo en eso". Marina, de 15 años, es contundente: "No puedo ahorrar ni despilfarrar porque casi no dispongo de dinero". El consumismo de Jorge, de 15 años, va cambiando con las estaciones: "En verano despilfarro más que en invierno" Pero Iván y Alejo no tienen la menor duda: ellos ahorran. Sueñan con tener más y más. Carlos dice que si tuviese mucho dinero lo pondría a interés o compraría dólares, y así cuando fuese mayor, se compraría un departamento. Marina quisiera tener un máquina fotográfica y un teleobjetivo. Elena cambiaría los muebles de su habitación, viajaría y se compraría buenos equipos de deportes.

Ahorrar y aprender a administrar el dinero es algo que no se enseña con largos discursos sobre economía. Se aprende de la experiencia de todos los días y del sistema de valores y prácticas de cada familia.

No conviene ser demasiado rígidos en el tema del dinero ni "cerrar la canilla antes de tiempo". Poco a poco nuestros hijos se irán haciendo más independientes y basados en sus ensayos y sus errores manipularán el dinero de forma más racional y adulta.

domingo, 25 de septiembre de 2011

¿En qué gasta la plata?

Todos los humanos nacemos codiciosos. ¿Quién no ha visto a su hijo pequeño pelearse por un juguete, pedir más caramelos con la boca llena de ellos o protestar frente a un quiosco porque nos negamos a comprarle otro juguete más?

Ahora, sus exigencias son mayores. Quieren más cosas y más caras. Lo mejor, entonces, es bueno darles una asignación semanal o mensual para que satisfagan sus deseos, y al mismo tiempo aprendan a administrar su dinero. Sin embargo, cada familia funciona de distinta manera y a algunos padres les resultará más cómodo darles dinero sólo cuando lo necesiten o darles una asignación mínima para luego ir añadiendo algo más para gastos extras.

Las cosas por las que ellos se desviven a nosotros nos pueden parecer completamente superfluas e innecesarias. Pero si les damos su dinero tenemos que estar preparados para resistir los errores que los adolescentes cometan con él sin reprocharles nada. No es raro que una quinceañera decida comprarse un esmalte de uñas color negro, ni que un muchacho de dieciséis años se gaste la mensualidad entera en una entrada para un concierto de rock. No es conveniente interferir en sus adquisiciones. Si se equivocan, ellos deben hacerse responsables de sus decisiones y aprender de su experiencia.

viernes, 23 de septiembre de 2011

De bebé a "casi un hombre"

Todas estas vivencias son relatadas por una mamá:

"Cuando hace pocos días nos sentamos con mi marido y el menor de mis hijos para hablar sobre el futuro de éste, la elección de una carrera o qué otra alternativa podría ocurrir en los próximos 4 ó 5 años, de golpe lo vi grande. Con información, con intereses, con dudas, pero también con conocimiento de sus límites y aversiones. Mientras lo miraba, pensaba que poco a poco había dejado de ser "mi bebé gordito" para transformarse en "casi un hombre", afeitado, pelilargo, muy alto y muy flaco. Y digo casi porque creo que terminará de ser un hombre cuando elija su lugar y comience su independencia económica. Siento que, realmente, está terminando una etapa".  Este es el momento en que nuestra función de padres- contenedores va dejando lugar a otra instancia, la de padres-acompañantes.

Aunque todo se da gradualmente, es hermoso asumir que estamos adquiriendo un rol de observadores y dejamos atrás el de activos involucrados. Si bien la tarea de padres no se agota nunca, la perspectiva desde donde acompañamos a nuestros hijos varía con el tiempo. Siempre estamos comprometidos pero, a medida que crecen, cada vez lo hacemos más en silencio.

En el caso de los hijos varones de esta edad, hay que observar si su relación con el padre ha variado. Un día, papá se da cuenta de que la asimetría -incluso física- ha terminado y de que en casa hay otro "hombre" que le usa la camisa y el auto y le discute acciones y puntos de vista. Este puede ser un momento de ruptura, en el que la competencia y la envidia suelen colarse en la relación. Pero también puede nacer un nuevo equilibrio de reacomodamiento y admitir que todos van siendo "grandes", con más o menos historia, con más o menos experiencia de vida.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Los tiempos cambian


Los cambios traen consigo temores a lo desconocido y puede suceder que sean enfrentados y solucionados o que reactivamente se luche contra todo lo que viene a modificar un orden conocido y tranquilizador. En distintas comunidades, una misma situación puede ser normal o impuesta. Por ejemplo, el hecho de vivir solo, de alejarse del hogar cuando todos o la mayoría lo hacen, cuando la norma lo impone, es atravesar un proceso previsto, un cambio que, aunque pueda no ser deseado, por lo menos se preverá.

En realidad, en esta edad se produce el alejamiento o separación de la familia y lo más probable es que se instalen las iniciativas en el afuera. Así, aparecen las primeras parejas estables y los grupos de amigos y compañeros de deportes o trabajo son las relaciones que adquieren más vigor.

También la militancia política puede aparecer en esta época, ya que las reivindicaciones y las causas justas están a la orden del día y muchos jóvenes toman el rol de transformadores de la sociedad, basado en su necesidad de acción.