Entrada destacada

Cómo alimentarse y alimentar a sus hijos

Madre es madre! Y para la mayoría, la mayor preocupación en el día a día con los niños es sin duda la comida. Algunos porque los niños ...

domingo, 27 de marzo de 2011

Desmotivación escolar


Si el niño no está motivado para aprender, su actitud no es favorable y no disfruta con cada nuevo conocimiento que tiene entre manos, difícilmente conseguirá un buen rendimiento escolar. Esta tarea comienza en casa, transmitiéndole amor hacia todo lo académico y haciendo de su tarea un reto interesante. Cuando los objetivos están muy alejados de su competencia, provocan frustración, desinterés y, finalmente, llega el abandono.


A veces, ocurre lo contrario. Le ofrecemos tareas ya sabidas que, como no lo motivan, le provocan aburrimiento (muchos niños superdotados fracasan justo por esto).

También es importante que él mismo se marque una meta, pero no con el objetivo de quedar bien o con miedo a fracasar, sino con el afán de superar su propia capacidad.

sábado, 26 de marzo de 2011

Cuidado con los celos por la llegada del bebé


Cuidado con lo que dicen las visitas

Hay que evitar a toda costa comentarios desafortunados de los parientes y visitas, como "ya te queda poco tiempo de ser el rey de la casa", comentarios que, podemos estar seguros, no serán buenos para la criatura y no lo pondrán de muy buen ánimo para recibir al hermanito que va a venir. Además, debemos explicarle que el nuevo integrante lo va a querer muchísimo y que él podrá cuidarlo y protegerlo. Pero no debemos exagerar ni pintarlo todo de color rosa, porque así evitaremos decepciones.

El primogénito tendrá que pasar inevitablemente por momentos difíciles, así que tampoco conviene prometer cuadros idílicos ni de beatífica armonía.

Pero, eso sí, debemos tener especial cuidado en hacer sentir a nuestro hijo en estos meses lo mucho que lo queremos, lo especial que es para nosotros y que ni nuestro cariño por él ni su posición en la casa van a verse amenazados por las circunstancias que se avecinan. Este es el mejor modo de ayudarlo con sus preocupaciones y de que las cosas sean más fáciles después del nacimiento del bebé.

Cuando el parto esté ya muy cerca, debemos asegurarle al pequeño que mamá no se irá al hospital sin avisarle: así evitaremos posibles trastornos del sueño. Incluso, si el imprevisto se presenta durante la noche, hay que despertarlo para despedirse de él.

jueves, 24 de marzo de 2011

Problemas de lenguaje


El lenguaje es fundamental en el desarrollo humano, ya que es clave en la estructuración del pensamiento, y las dificultades pueden influir en las capacidades cognitivas. Desde bebés, hay que hablar mucho con nuestros hijos, ofreciéndoles un modelo claro y correcto que, poco a poco, por medio de la imitación irán haciendo suyo.

Una de las alteraciones más frecuentes es la disfemia (tartamudez). Se detecta a partir de los siete años. Antes de esa edad, algunos niños tartamudean, pero puede deberse a una simple cuestión evolutiva que, probablemente, desaparecerá con el tiempo. Sólo si los síntomas persisten, conviene ponerse en manos de un especialista.

Por desgracia, el tartamudeo influye en el rendimiento escolar si no se le da un tratamiento adecuado, ya que genera mucha inseguridad en quien lo padece, sobre todo en situaciones de grupo como las que se dan en el colegio, haciendo que el niño se inhiba. Es fundamental que estos niños crezcan en un ambiente relajado y no se los interrumpa nunca para corregirlos.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Prepararse para la llegada de un hermano


Y desde ese mismo momento debemos prepararnos para los celos. No hay cosa más natural, y no debe tomarnos desprevenidos. Algunos padres, al no saber que los celos se presentan siempre e inevitablemente, tienen terribles sentimientos de culpa o incluso dudan en darle a su primogénito el disgusto de darle un hermanito.

Pero no hay que asustarse. Lo extraño sería que los celos del mayor no se presentasen. Aunque pensemos que tener un hermanito debería alegrarlo, pongámonos en su caso. El hasta ahora rey de la casa ve amenazado su disfrute exclusivo de los mimos y atenciones de toda la familia. Un usurpador está al acecho.

La situación para él es muy parecida, e igual de grave y amenazadora, que la que sufre un rey cuando ve peligrar su trono, o un amante que va a ser desplazado por un rival. La cosa no es, por lo tanto, para tomarla en broma.


¿Qué podemos hacer? En estos meses previos al parto hay que informarle con claridad lo que ocurrirá y contestar a sus preguntas. Conviene también interesarlo en el arreglo de la habitación y en el ajuar del futuro bebé. Si vamos a usar objetos que han sido suyos, no le digamos que ya no lo son. Y, por supuesto, no le quitemos nada que sea actualmente suyo para destinarlo al que va a venir. Será conveniente dejarlo tomar parte en alguna decisión sobre los preparativos. Así le damos la oportunidad de involucrarse y de sentirse importante.

martes, 22 de marzo de 2011

El comienzo de las clases


Cuando al comenzar el año, Sebastián llevó a casa su primera mala nota, se armó un buen revuelo. Aunque los padres no querían atormentarlo, no podían dejar de preguntarse el motivo: que si no habrá hecho los deberes, que si la relación con la maestra no será del todo adecuada, si no será que no ha adquirido un hábito o que le está fallando su técnica de estudio.

Llegaron incluso a preguntarse si no tendría la suficiente capacidad para comprender lo que se le enseña y realizar las tareas que le exigen. Después de muchos interrogantes y unos cuantos tanteos, salió a la luz el verdadero culpable: desde hacía tiempo, un problema auditivo le impedía escuchar con claridad a la maestra y le provocaba cierta falta de atención.

Casos como el de Sebastián ocurren a diario en las aulas. Por eso, ante los primeros síntomas de que algo no anda bien, es preciso ver qué está pasando, para buscar la solución rápido y no dejar que el problema se haga mayor.

Si bien no hay que descartar ninguna de las posibles causas que barajaron los padres de Sebastián, existen otros factores que quizá no estén tan claramente a la vista, y que pueden ser determinantes en el fracaso escolar si no se está alerta, trataremos estos problemas en las siguientes publicaciones.

lunes, 21 de marzo de 2011

Celos ante la llegada de un hermanito


Hace unos días que Diego está más mimoso que de costumbre. No se aparta de la pollera de mamá y hasta ha reclamado otra vez el chupete que ya había abandonado.

¿Qué le pasa? Muy sencillo: mamá está esperando un bebé. Todavía no le han dicho nada, pero él tiene una fina antena que le indica que se acerca algo que cambiará su vida. Los niños suelen mostrar su inquietud incluso cuando el hermanito se encuentra todavía en la panza de mamá, y esa inquietud puede aparecer antes de comunicarle el suceso que se avecina.

Si el pequeño tiene sólo tres o cuatro años, no hay que decírselo demasiado pronto, pero tampoco demasiado tarde. Conviene prepararlo mostrándole que otros niños tienen hermanos y poniéndolo en contacto con gente que esté en este caso. En el quinto mes, cuando el embarazo ya es evidente, podemos darle la noticia. Y debemos adelantarnos si sospechamos que alguien se nos puede anticipar.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Qué hacer cuando se pierden los chicos


Uno de los grandes temores de los padres es que los niños se pierdan en lugares públicos o en grandes negocios. Para evitar sustos es recomendable tomar algunas precauciones y sobre todo no perder la calma.

Trate de que sus niños siempre lleven algún tipo de identificación. Puede utilizar medallas, cintas en las muñecas o tiras cosidas en la ropa en las que figurarán nombre y teléfono. Si se olvida de todos estos recursos, guarde en los bolsillos de las prendas de los niños un papelito con esta misma información y tenga siempre en la cartera una fotografía reciente de ellos.

Lo más importante es que sus hijos sepan qué hacer cuando se pierdan. Explíqueles que siempre deben pedir ayuda a agentes de policía, personal de seguridad o guardavidas. Muéstrele que estas personas usan gorra, uniforme o tienen silbatos para que puedan identificarlos ante una emergencia. Si son más grandes, acuerden encontrarse en algún lugar específico como la puerta de un local.

Además, recuérdeles que si se pierden en un lugar cerrado usted irá a buscarlos y por ningún motivo deben salir a la calle. Si a pesar de haber tomado estas precauciones alguno de sus hijos se aleja en un descuido, no se desespere y, una vez que lo haya ubicado, haga del reencuentro una experiencia feliz.

lunes, 14 de marzo de 2011

Problemas escolares, un llamado de atención


Suena el despertador y todas las mañanas se reiteran las mismas escenas. El joven manifiesta no oírlo, se levanta tarde, y cada vez inventa una excusa diferente. No quiere y no puede ir a estudiar, situación que implica un llamado de atención de envergadura mayor y que tiene que alertarlos, dado que está expresando problemas serios que demandan una ayuda Las motivaciones que provocan el rechazo a la escolaridad y que se manifiestan con un bajo desempeño y hasta con e abandono de sus estudios, deviene de factores difíciles de explicar.

Algunas veces aparecen ante la inminencia de una crisis; por ejemplo, el divorcio de sus padres o la pérdida de un ser querido, una mudanza, etc. Porque sienten temor de no poder responder a las expectativas, a lo mejor demasiado exigentes de sus padres.

Pero esta falta de voluntad hacia la escuela también puede hacer su entrada cuando reclama un lugar en su grupo familiar pues cree -fantasía o no-, que las preferencias se centran en uno de sus hermanos y no en él. O para mortificar a sus padres, como un sutil reproche que intenta darles a entender que tiene dificultades para hablar con ellos. Un buen comienzo de solución sería el que acudan a la consulta con un terapeuta especializado, además de apersonarse a la escuela, en busca de una adecuada orientación. Seguramente, al tiempo se vislumbrarán cambios positivos en el rendimiento escolar.

Podríamos seguir enumerando diferentes problemas que hacen compleja (y hasta diría incómoda) la convivencia con los adolescentes. La sugerencia útil que les proponemos es que traten de detectar los momentos más viables y adecuados para escucharlos y también aquellas situaciones donde es preciso cortar una discusión con un enérgico y simple "no". Los padres tienen el deber de guiar y controlar las conductas psicosociales de sus hijos, pero también deben ayudarlos a desprenderse de ellos para que aprendan a ejercer solos distintas funciones que les posibiliten crecer y madurar.

sábado, 12 de marzo de 2011

¿MI HIJO NECESITA IR AL OCULISTA?



La mayoría de los problemas visuales que tienen los niños se detectan cuando comienzan a ir al jardín de infantes o la escuela y se enfrentan a textos escritos o dibujados. Sin embargo, hay algunas señales que los padres pueden comenzar a notar desde mucho antes. Si su hijo presenta alguno de estos síntomas, deberá consultar rápidamente a un profesional.

Observe si el niño adelanta la cabeza al resto del cuerpo o si la inclina hacia los costados cuando escribe o dibuja.

También deberá tener en cuenta si necesita acercar los libros a los ojos y si sigue con el dedo o con el lápiz las letras de un texto. Otro de los síntomas es que se saltee letras al leer o escribir. Fíjese si comete muchos errores cuando copia algún texto.

El parpadeo excesivo, se halle o no frente a una luz intensa; frotarse con frecuencia los ojos, enrojecimiento o lagrimeo, picazón o ardor, también pueden ser signo de alguna dificultad en la visión.

Preste atención si su hijo le comenta que tiene frecuentes dolores de cabeza, mareos, náuseas o si se queja porque ve doble o borroso.

Además, controle si el niño frunce el entrecejo o entrecierra los párpados para poder ver mejor o si padece orzuelos muy seguido.

jueves, 10 de marzo de 2011

Los niños olvidan las cosas



Constanza vuelve del colegio con una nota de la maestra dando cuenta de que hoy, nuevamente, olvidó llevar a clase nada más y nada menos que el libro con el que debía trabajar. Sus padres se lo habían recordado la noche anterior, la mochila había quedado preparada, y sin embargo...

Diego, por su parte, ha pasado toda la tarde en casa buscando y recortando fotos de torres, catedrales y castillos, ilusionado con la propuesta de su maestra de hacer un mural en la escuela al día siguiente. Antes de acostarse, todo ha quedado cuidadosamente preparado dentro de una carpeta. A la mañana siguiente, Diego se va al colegio y la carpeta se queda en casa. Exactamente en el mismo lugar en el cual él la puso para no olvidarla.

Belén está contentísima. Va a pasar el fin de semana en una granja escuela con sus compañeros de clase. En la secretaría han dado un papel a todos los niños para que sus padres firmen la autorización necesaria. Menos a ella, que ese día tuvo que ir al médico. Su madre, le pide que lo reclame pero no hace caso, el papel no llega.

¿Dónde tienen la cabeza estos hijos nuestros? ¿En qué están pensando para olvidar cosas tan sencillas e incluso tan directamente ligadas a sus intereses como éstas?


Sin duda, los inexplicables despistes de los niños pueden tener su origen en las causas más variadas:

• Timidez o vergüenza: Nuestros hijos ya no son bebes. Pero tampoco son adultos y ellos conocen muy bien la distancia que hay entre ambos mundos. Aunque los mayores hace rato que han dejado de aparecer ante sus ojos como seres omnipotentes, todavía son los que mandan y los que tienen la razón. Y si un adulto razonable debía haber dado a nuestra hija un determinado papel y no lo ha hecho (como en el caso de Belén), ¿cómo va a ir ella a pedírselo?

Es probable que no se atreva a hacerlo. Aunque la nena sea desenvuelta en las relaciones con sus iguales o la familia, relacionarse con los mayores que representan la autoridad, quizás no le sea tan fácil y antes de hacerlo prefiere "olvidar" el encargo.

• Presión del grupo: En ocasiones, a nuestro hijo le conviene "olvidar" ciertas cosas. Este tipo de olvidos suele ser más frecuente cuando tiene que ver con sus relaciones de amistad dentro del grupo, tan importante para él, y ante el que debe mantener su prestigio. Si nuestro hijo ha quedado con otro chico para jugar un partido de fútbol, cómo va a decirle que no puede porque tiene que hacer deberes o mandados. Casualmente se le olvida lo que debía hacer y se va a jugar tan tranquilo.

• Rebeldía: No es tampoco difícil que los intereses de nuestros hijos se opongan radicalmente a los nuestros. Por ejemplo, si les pedimos que recuerden que deben tomar un horrible jarabe, que no se olviden de que el martes hay que ir al médico para ponerse la vacuna, que tengan presente que estamos citados con la maestra para revisar los exámenes, que no se comprometan con ningún amigo el domingo pues vamos de visita a casa de la tía Beatriz... no esperemos milagros. Sus olvidos serán una forma de rebelarse contra todas esas cosas que les parecen desagradables y que les son impuestas.

• Cruce de intereses: Constanza, la niña de nuestro primer ejemplo, prepara su mochila cada noche con buena intención, pero de pronto, tras meter las pinturas, se cruza con el nuevo vestido de la muñeca que ha prometido llevar al colé para enseñar a su amiga Bibiana. Resultado: en el "cruce de caminos", el vestido de la muñeca llega al colegio y su libro de trabajo se queda en casa.

• Despiste total: Hay niños por lo general muy creativos, polifacéticos, que tienen tanto que imaginar, tanto que pensar y tanto que sentir, que no r es difícil que un detalle tan banal" como recordar que la toalla de baño mojada no se deja sobre la cama (se lo hemos dicho mil veces), se les olvide. Son despistados empedernidos y lidiar con ellos supone hacer acopio de paciencia.


Cada caso necesita atención y comprensión por nuestra parte, además de una charla seria y clara sobre sus "crisis de amnesia". En ocasiones cuando las palabras no convencen, habrá que buscar alguna estrategia para que el niño logre entender que en la cabeza también hay sitio para recordar, por ejemplo, dónde se deja la toalla.

Tratemos de no alterarnos demasiado, de repasar con el desmemoriado lo que tiene que hacer y de no agobiarlo con encargos excesivos que no conseguirá recordar. También podemos regalarle una bonita y divertida agenda que lo hará sentirse importante y, a lo mejor, sirve para algo más.

Tampoco nos vendría mal hacer un sincero examen de conciencia y preguntarnos si nosotros no somos tan olvidadizos como ellos. A lo mejor, lo que tanto nos enoja de su conducta es lo que no nos atrevemos a admitir respecto de la nuestra. Quién sabe... a lo mejor-han salido un poco a nosotros.